Capítulo 1

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Houston, Texas

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Houston, Texas.

Andrea se sentía feliz por haber vencido el proceso, no solo por todo el esfuerzo, tiempo, dedicación y horas de estudios, pero también porque sentía que aquella era su manera de hacer justicia. Su padre simpre valoró todo lo que obtuvo con su trabajo, y nunca perdió su humanidad. Él siempre buscó rebelarse ante las injusticias. Y a su manera intentó hacer algo bueno para las personas menos favorecidas. Desde los primeros años de su carrera, Ignacio se propuso a disponer dos dias de su agenda para atender a las personas que no tenían medios de obtener un buen abogado. Y su hija mantuvo eso.

Hace dos años que perdí a mi adorado padre en un accidente de avión, pero nunca me voy a olvidar todo lo que me ha enseñado. Cuando conocí la señora María Gutiérrez, ella estaba en una lucha solitaria en contra de la industria farmacéutica que había dejado a su hijo, José Daniel, un niño que solo tenía diez años de edad, con muchas secuelas por causa del uso de un medicamento fraudulento, como no tenían recursos financieros, el cuadro clínico de José Daniel tuvo complicaciones y él ahora necesitaba de cuidados especiales, para tener una mejor cualidad de vida.

Andrea no tuvo duda de que se quedaría con el caso, iba a ser muy difícil de ganar, ya que la industria ya había respondido a muchos otros procesos con esta misma causa, pero siempre lograban a hacer algún trato y cerrar el proceso. Con ella también quisieron ofrecerle un trato, pero los valores eran ridículos.

La señora María confió en mi trabajo y decidió seguir adelante con el proceso. Yo sabía que mis chances eran muy pequeñas, pero siempre me gustó los retos y yo tenía la motivación perfecta, la sonrisa de este niño.

Estaba recibiendo las felicitaciones por mi trabajo cuando suena mi celular. Era mi hermana, Irina.

Andrea:  ¿Hola loquita, ya llegaste? - Pregunté. Mi hermana era modelo y estaba en españa grabando un comercial.

Irina: Sí, por eso te llamo, ya estoy en Houston. Entonces, ¿Cómo te fue en el juzgado? Me imagino que ganaste, ¿No? - Preguntó divertida.

Andrea: Así es, hermana. ¡Ganamos! Me alegra saber que pude ayudar a esa familia. - Dijo, con una sonrisa.

Irina:  ¡Felicitaciones, hermana! Ya te he dicho mil veces pero es la verdad, ¡tú eres la mejor, mi generala! ¡Esto se merece una buena celebración! - Dijo, animada.

Andrea: Sí, una celebración en mi cama, con mi pijama, chocolates, películas y muchas horas de sueño... No voy salir a ninguna parte, Irina. Estoy muy cansada, di todo de mí en este caso, ahora merezco descansar y aprovechar unas horitas de sueño. Mañana tengo una cita con el abogado de Oliver. Sabes que soy la abogada de Luisa en el proceso de divorcio, ¿Verdad? - Preguntó, algo cansada. No me gustaba para nada estar en esa situación. Luisa y Oliver eran mis amigos desde la preparatoria, yo creía que su amor iba a durar toda la vida. Bueno, en ese tiempo yo también creía en esas tonterías, junto a Luisa y Oliver fue que yo conocí a Fernando, mi ex prometido, el hombre que me hizo perceber que el amor no pasa de un cuento para atrapar a las personas ingenuas.

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