Miércoles​ 20 de diciembre del 2017.

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Jamie la diseñadora en cuanto se enteró del accidente en los noticieros de la televisión salió directa al hospital, ya había pasado un día, en dos más sería su boda, no podía creerlo, ella la había visto unos momentos antes de la hora en la que sucedió el trágico accidente

Cuando llegó donde Alaska esta le platicó lo que los doctores les habían dicho, América aún no despertaba y no sabían hasta cuando lo haría, a todos los atemorizaba que se pasaran los meses sin verla reír, hablar, sin simplemente sentirla presente, sin que pudiera ver crecer a sus hijos.

—Yo la vi antes del accidente, estaba muy mal, no debí dejarla sola, pero ella me lo pidió, no podía contradecirla. —Se culpó Jamie.

—¿De qué estaba mal? —preguntó Willmer que había estado escuchando la conversación sin meterse.

—Llegó un chico de traje, cabello negro, alto. Se mencionaron nombres, Derek y Damián, Derek y no recuerdo bien el otro nombre pero dijo que era el padre de los bebés que espera América, la amenazó con que la alejaría de los bebés en cuanto nacieran si se casaba contigo —dijo esto último en voz baja no queriendo sonar cotilla. Alaska y Willmer supieron de manera inmediata quién había regresado a San Diego, Derek también estaba involucrado pero no sabían hasta que punto, Will estaba dispuesto a descubrirlo, su sangre se volvió espesa y le quemaba como el fuego dentro de sí, se puso de pie, era momento que el maldito de Dominic dejara de meterse en sus vidas.

—Me mandas un mensaje si hay noticias. —le dijo a Alaska.

—No hagas nada de lo que te puedas arrepentir Will, recuerda que cuando América despierte te necesitará consigo, a su lado y no dentro de la cárcel. —Willmer se fue sin responder a ese sabio concejo, después de todo él ya tenía muchos muertos en su conciencia y eso no le quitaba el sueño, por el contrarió, el motivo de su insomnio sólo podría ser su hermosa novia que se encontraba postrada inconsciente en una cama de hospital. Alaska y Oliver al igual que América no tenían mucho que se habían enterado de la doble vida de Willmer y lo respetaban puesto que nunca los había metido dentro del narcotráfico ni se habían visto perjudicados por su amistad, tenían años de amistad y eso hacía que se tuvieran cariño y sentido de lealtad.

Oliver había ido a tomar una ducha para volver más tarde al hospital y ahora ir Alaska a dormir un rato a casa, así de esta manera estar turnándose, los padres de América no tardarían en llegar, pasarían del aeropuerto directamente al hospital.

Willmer manejó de prisa al departamento que tenía Dominic, aquel mismo donde Dominic le quitó la virginidad a América. Bajó con el arma cargada dispuesto a hacer lo que según él pensaba debió haber hecho mucho tiempo atrás. A suerte de no sé quien de los dos Dominic no se encontraba en ese lugar, ni siquiera ya vivía ahí cuando su estadía era en San Diego.

Dominic estaba en su mansión desayunando con la mirada pérdida, el orgullo a su opinión pisoteado en el suelo, sus pensamientos lo hacían revolverse en su asiento incómodo. Después de haber confrontado a América tenía una sensación de melancolía y tal vez no precisamente porque no haya aceptado su proposición de matrimonio, ¿cómo la aceptaría si se notaba a leguas que estaba profundamente enamorada del imbécil de Willmer?, incluso la vio vestida con su espectacular vestido de novia, tenía una corona en la cabeza pareciendo una princesa de Disney, recordó la curva de su estómago y apretó los puños con coraje, eran sus hijos, su hermano se lo había contado testigo que la propia América se lo había dicho. Cuando perdió a su segundo hijo, ese mismo día la madre de sus otros dos hijos que aún venían en camino aceptó la propuesta de matrimonio de la única persona que repudiaba en el mundo, era una burla, además que tenía una carga sobre sus hombros que no lo dejaban conciliar el sueño; Karo no había llegado al mundo por culpa de Rebeca y de Willmer, pero que América haya perdido a uno de sus hijos era culpa suya, él la había llevado a aquello con cada acción desde que ella puso un pie dentro de empresas Winter, se arrepentía del trato que le dio, desde la forma en que le habló, las formas que la insultó, el como invadió su espacio personal, se dejó dominar por los celos, unos celos que lo llevaron a ser el asesino de su propio hijo, si él no hubiera sido tan patán serían trillizos los que diera a luz América en unos pocos meses.

¿Era posible que la amara? Le dolía saber que su cuerpo había sido tocado por las sucias manos de Willmer, no podía estar con otra chica sin imaginarla a ella, se sentía patético. Y sin aprender de sus errores un día antes la había tratado de la forma que ningún hombre debería de tratar a una mujer, pero lo cumpliría, si se casaba con Willmer primero muerto a que ese tipo fuera quien pasara más tiempo con sus propios hijos que él mismo, prefería tener la patria potestad para él sólo, aunque eso lastimara a América, lo haría.

Su subconsciente se burlaba de él repitiendo que lo hacía de alguna manera para poder orillar a América a quedarse consigo, porque una madre hace todo por sus hijos ¿verdad?

América no lo había contactado y por un momento pensó que sí estaba equivocado, que de verdad eran hijos de Willmer, estaba ilusionado de aún en la forma en la que sucedió la rubia lo fuera hacer padre, le dolería, le dolería toda el alma de ser lo contrario. Sus pensamientos lo hicieron enfurecer y en un acto de desesperación arrojó todo lo que había en la mesa al suelo con tanta fuerza que se quebró una que otra cosa. Su celular comenzó a sonar con insistencia una y otra vez desde el piso de arriba que no tuvo otra opción que subir a contestar, era el imbécil de su hermano.

—No estoy de animo, que sea rápido —dijo al responder.

—América ha tenido un grave accidente, ¿ya lo sabías? —No escuchó nada más, el celular resbaló entre sus manos cayendo de lleno al piso.

N/A.

Capitulo dedicado a: OrnellaOrlando y FOSL1517
Mte

Gracias por leer.

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora