Epilogo.

2.3K 118 6
                                    

Toco a la puerta con los nervios a flor de piel, me encuentro nerviosa, no voy a negarlo.

Me acabo de casar con el chico que jamás pensé que podría llegar a suceder. Y como si fuera poco, tengo a Sofia entre mis manos, Dominic carga a Damon y mis padres piensan que mi acompañante es Robert. Me imagino la sorpresa que se llevaran.

La puerta se abre y detrás de esta aparece mi madre, sonriendo exageradamente feliz. Su sonrisa no se borra incluso cuando nota que el chico de mi lado es un tatuado pelinegro y no un tatuado casi rubio.

—Pasen, bienvenidos. —Se corre aún lado para darnos espacio al pasar.

El departamento es pequeño, no es la casa en la que vivíamos de pequeños. Aún la conservan pero decidieron mudarse a este pequeño apartamento porque ahora solo son mis padres viviendo juntos y nuestra casa de la infancia era muy grande solo para ellos dos.

Mi padre también luce sorprendido. Yo no le he mencionado a Dominic que unos días atrás mi plan era venir aquí con Robert. Ahora eso no tiene importancia para mí, a él tampoco debería importarle. Y mis padres son lo suficiente respetuosos como para mencionarlo.

—¿Pero qué has hecho? —me cuestiona mi madre tomando mi mano izquierda y viendo mi anillo de matrimonio.

—Me he casado en Las Vegas mamá —confieso.

—¿Pero qué? ¿Con quién? —pregunta mi aturdido padre.

Dominic levanta su mano mostrando el anillo que se llevó hasta el último centavo de mis ahorros.

—No... —susurra mi madre.

—Mamá, la decisión fue mía.

—¿Pero en Las Vegas cariño? ¿Estaban borrachos o algo por el estilo?

—Sí, en Las Vegas mamá. Pero no estábamos borrachos, eso te lo puedo jurar.

—Estoy tan sorprendido, siempre pensé que los que se casaban en Las Vegas estaban pasados de copas.

—Pues en nuestro caso no mamá, ¿papá quieres decir algo? —le pregunto al verlo tan lleno de seriedad.

—Quiero tomarme una cerveza con Dominic antes de la cena, ustedes dos vayan a la cónica a terminar, quiero tener una charla a solas con Dominic.

Mamá entre comentarios graciosos de que no sea demasiado malo con Dominic nos adentramos en la cocina. El olor aquí adentro debería ser un delito, huele mejor que cualquier restaurante ingles.

—América, ¿estás segura de lo que han hecho? Yo pensé que tenías algo más que amistad con Robert.

—Robert, él, bueno. Es buena persona, un chico increíble, divertido y todo eso. Pero con esto no solo pienso en mí mamá. Mis hijos se merecen tener una familia con mamá y papá juntos. Así como ustedes nos crecieron a nosotros.

—¿Entonces te casaste con él por tus hijos? —Arquea una ceja interrogativa. Esto no esta tomando el ritmo que me gustaría. Su mandil de cocina con estampados florales no la hacen ver menos intimidantes.

—Sí. Pero claro que no es la única razón. Él me ha demostrado cuanto quiere estar conmigo mamá.

—Y la pregunta aquí es: ¿Y tú quieres estar con él?

—Yo le propuse matrimonio, creo que eso resuelve tus dudas. —Mamá abre los ojos como platos.

—¿De verdad?

—Absolutamente, lo hice de lo más cursi.

—¿Entonces lo amas? —Analizo su pregunta con detenimiento antes de continuar.

—No mamá. No aún, quiero estar con él. Sé que lo amaré.

—Estás mal cariño, si te has casado sin amor hiciste completamente mal las cosas. Pasarás tiempo junto a él y a tus hijos y llegarás a creer que lo amas cuando en realidad solo te habrás acostumbrado a tenerlo cerca.

—Eso no pasará, tengo fe en nosotros, en que lo haremos funcionar. Tú no te preocupes, nosotros lo resolveremos.

—Eso es lo que quiero pensar, aunque no estoy muy segura. Tienen hijos, lo comprendo, pero ellos lo serán para toda la vida sin importar si están casados o no.

—Lo llegué a pensar también mamá, pero son pequeños. No pierdo nada con intentarlo y si funciona seremos una familia feliz.

—¿Y si no funciona?

—¿Por qué tan pesimista mamá?

—No es que sea pesimista cariño, me preocupas y no está por demás considerar situaciones que aunque no quieres pueden llegar a pasar.

—No sé que pasaría si no funciona mamá, esa es la verdad.

—¿Lo ves? A eso es a lo que refiero. Siempre debe tener plan B, C y D.

—Lo consideraré.

—Bien. ¿Y tu trabajo? ¿Qué harás con el?

—¿Eres del FBI o por qué tanta pregunta?

—Soy tu madre y eso es mucho peor así que te exigo respuestas. —Asiento con la cabeza, es verdad, tiene razón.

—Le he dicho a Robert que ya no quiero trabajar en su agencia —respondo con la verdad.

—Suenas como una completa mal agradecida América. No le puedes hacer eso al chico que solo trató de ayudarte.

—Ya lo he hecho. —Sofia en mi regazo hace sonidos raros que momentáneamente distraen a mi mamá de hacerme la lata.

—Pues que mal. ¿Por lo menos te has disculpado?

—No. Lo haré cuando vuelva, lo haré también con Jonh. Creo que se lo debo a ambos después de todo.

—¿Volver de dónde?

—Del sitio que nos lleve el destino. Por cierto, mamá ¿puedes quedarte con los bebés unos días?

—¡Por mi encantada!

—Yo te aviso cuando volvemos. Dame concejos para la luna de miel. —El rostro de mi madre se pone rojo que parece que toda la sangre de su cuerpo se aloja en si cabeza.

—Yo no te daré nada. A puesto a que ya sabes mucho.

—No sé nada en realidad. No sé si debo sentirme nerviosa, que hacer en ese momento.

—¿Te estás haciendo la chistosita?

—No.

—Por Dios, pero si ya tienes hijos con él.

—Mamá, solo he tenido sexo una vez en mi vida y quedé embarazada, estaba borracha y de esa noche casi no recuerdo nada.

—¿Y Will?

—En Colombia.

—No, me refiero a que si nunca estuviste con él.

—No, nunca mamá. Solo he estado con Dominic, una sola vez, cuando me embaracé de mis hijos y fue por accidente.

—Mucha información para mis oídos.

—Bueno, ¿y los concejos qué?

—Busca en internet. Yo no te diré nada.

—Vamos mamá, ambas ya somos mayorcitas.

—¿Qué no ves que hay una bebé aquí? —Señala con la cuchara que sirve los platos a mi hija. Pongo los ojos en blanco como si Sofia fuera a entender o recordar lo que decimos.

35/38
Mte

Gracias por leer.

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora