Sábado 12 de agosto.

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Ya ha pasado un mes desde que me encuentro en reposo —a pesar hacia trampa y me levantaba por ratitos— y Will se ha puesto manos a la obra para enseñarme a manejar. Durante el instituto ya manejaba el Ford Focus de mi padre con ayuda de Zac que es muy atrabancado con las motocicletas y automóviles, mientras a Taylor —que fue el primero en enseñarme— lo desesperé con tanto grito, hacía que el auto avanzara dos metros y frenaba de golpe, hasta que se rindió de intentarlo conmigo y le cedió el puesto a Zac con el que no bastó más de un par de horas para andar con fluidez por las calles de la ciudad, fue tanta mi emoción que manejé por las calles de Brooklyn, Manhattan, Columbia, atravesando los condados, Madison, Cayuga, Yates, Livisgton, Wyoming, Erie, entre otros ¡por poco llegamos a las cataratas del Niágara!, por falta de tiempo no lo hicimos, las saltamos y terminamos en Orleans, la noche había caído y la pasamos en la casa de unos primos donde hicimos de todo menos dormir. Nuestros primos nada más vernos comenzaron a organizar una fiesta y por el resto de la noche la pasamos bien entre la mayoría de invitados afroestadounidenses, es una historia que jamás olvidaré. Al día siguiente entre musica electrónica, Zac en el asiento del copiloto, botanas entre los asientos y un auto que nos llevó de vuelta a casa marcamos un recuerdo inolvidable, ¡por dios!, manejé hasta el pleno centro de New York de vuelta a casa con mi hermano haciéndome reír con sus ocurrencias sobre el calentamiento global, gran parte de nuestros ahorros adolescentes se esfumaron en eso, sin contar que antes de llegar a casa pasamos a un local de tatuajes donde Zac se tatuó en la espalda la estatua de la libertad, junto a el lema de nuestro estado natal "excelsior", además le retocaron la fecha de nacimiento y muerte de una tía, hermana de mi madre que murió el 11 de septiembre del 2001 en el atentado de las torres gemelas. Admiro a mi hermano, cada tatuaje que se hace tiene un gran significado emocionalmente, yo me haría unos cuantos si tan sólo no le tuviera pavor a las agujas, cabe mencionar que Taylor nos reprendió ciento de veces porque no lo llevamos en nuestra aventura.

El punto es que por ello se me ha facilitado en muy poco tiempo manejar de nuevo con fluidez mi nuevo auto que es precioso, fácil y ligero de manejar pero la duda sigue presente.

N/A.

Capitulo dedicado a: saraithm_nalla,

Mte

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora