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Dominic:

—¿Se puso muy pesado mi papá? —me pregunta América.

—No. Solo me advirtió que no me pase de listo contigo, que él ya es mayor pero que tiene dos hijos varones fuertes y jóvenes que me pueden hacer mucho daño. —Sonrío, ella suelta una carcajada.

—No te creo —susurra entre el sonido de su risa.

—Yo tampoco lo creía en el momento, por suerte no me reí aunque la situación me pareciera graciosa. Además tu padre ni siquiera es mayor. ¿Cuántos años tienen?

—Ambos tienen cuarenta y cinco.

—¿Lo ves? Son jóvenes y se ven mucho más jóvenes.

—Lo sé. Mi papá es un dramático.

—Ahora entiendo de donde lo has sacado —digo a modo de broma. Golpea con su codo mis costillas también a modo de broma, supongo.

Nos bajamos del taxi. Aún no puedo creer que esto esté pasando, ¿cómo es qué todo va tan bien?, ¿cómo es qué todo sucedió tan rápido?, ¿cómo pasamos de qué me odiara a que ahora sea mi esposa?, mía.

—Señorita dos boletos para el próximo avión que tenga vuelos lejos de estados unidos —le pide América, la chica frunce el ceño—. No estamos tratando de huir, somos recién casados y no teníamos planeado viajar pero se dió la oportunidad. Sorprendame con un lugar bonito y con el vuelo que salga más pronto por favor.

—Justo ahora están haciendo el chequeo de maletas en la barra dos para el vuelo 13125 con escala en el distrito federal y como destino Yucatán, México. Deberían probar las playas exóticas, en lo particular les recomiendo "las coloradas" el agua es rosa, y la arena blanca sirve como exfoliante natural para la piel y hay lagunas de las gamas de los diferentes azules y verdes. ¿Quieren qué su destino sea Yucatán? —Para mí suena estupendo, regreso la vista a América, ella también se encuentra convencida.

Pagamos a prisa los boletos a la vez que entregamos nuestros pasaportes. Cuando tenemos los boletos hacen el chequeo de las maletas y como el vuelo está por cerrar nos hacen pasar directamente hasta nuestros asientos.

Poco después mientras las azafatas hacen su ritual o como sea que se llame eso de indicar donde están las mascarillas de oxígeno y esas cosas el vuelo inicia.

América recarga su cabeza en mi regazo, su aroma se filtra por mi nariz y me llega hasta a el alma. Me siento tranquilo con ella así, a mi lado. Pero al mismo tiempo me da miedo, porque tan rápido como llegó tan rápido como se puede ir. Así es ella, espontánea, con sus ideas y decisiones propias eligiendo que quiere armar y que quiere destruir y aunque ahora me encuentro en una sola pieza no sé si llegue a ser destruido por ella, porque su lo decide hacer sabe que tiene el poder.

Por en momento disfruto de mi momento de paz y plenitud. También un poco receloso, desde que nacieron mis hijos no ha habido día que no los vea, y aunque será solo una semana me sigo sintiendo un poco culpable de que se hayan quedado con "mis suegros", vaya, que raro suena eso.

Llamo a la azafata y le pido una copa de champán, le pregunto a América si quiere algo pero se niega y eso que no hemos desayunado, dice que es muy temprano para tener hambre.

—¿Segura que no tienes hambre?

—No. ¿Y tú?

—No.

—¿Y tienes sed? —pregunta de nuevo.

—No —vuelvo a negar.

—¿Entonces tomarás alcohol nada más por tomar?

—¿Tiene algo de malo tomar una copa de champán?

—Bueno, pues no. Pero es muy temprano Dominic. ¿Solo será una? —Asiento con la cabeza a forma de respuesta.

—Solo una. —No muy convencida se acomoda de nuevo en mi regazo.

Cuando llega la azafata y me da la copa América ni siquiera se mueve un ápice y yo tampoco quiero que lo haga, sus brazos me rodean la cintura dejándome sentir el calor que desprende su cuerpo. Tanto pasamos para estar aquí, que esto a mi parecer es puro milagro.

Me quedo dormido poco después de América, a ambos nos despierta la voz de los pilotos diciendo cuanto tiempo falta para llegar al distrito federal. Nos acomodamos en nuestros asientos, América sigue sin tener hambre, como falta una hora para aterrizar le pido el desayuno. Comemos juntos, en silencio. Ella deja más de la mitad de lo que le han servido y eso que la ración de por si ya era pequeña. Me preocupa que por eso del modelaje le haya dado algún tipo de transtorno de la alimentación. Cuando tubo a nuestros hijos y estuvo en coma perdió peso y eso que ella ya era delgada. Y ahora, con lo poco que come no ha subido ni un solo kilo desde que se fugo con Robert del hospital. Y eso me preocupa mucho.

Bajamos del avión, nos la pasamos la próxima media hora caminando por un moll para desentumir las piernas y la espalda. En este corto trayecto dos chicas y  un chico la han reconocido. Ha sido poco tiempo el que ha sido modelo pero tomando en cuenta que es más bonita que cualquier otra chica que las agencias tengan ed obvio que aunque haya chicas con más experiencia ella las opacaría.

Corremos de regreso al avión esquivando a la gente que nos mira mal por ir por ahí corriendo en un país que no conocemos y pidiendo disculpas en un idioma que no es el que ellos hablan.

Para nuestra buena suerte que traemos encima llegamos justo a tiempo. Se vuelve a hacer el ritual de las azafatas y luego partimos directo y sin más escalas a Yucatán y según informa los pilotos no se llevará más de tres horas llegar ahí.

Y así mismo sucede. Cuando comenzamos a descender las escaleras el calor del estado nos pinta la piel. Es pasar del frío de New York a el clima medio del Distrito Federal para luego el abundante calor de Yucatán que es parecido al de Los Angeles con la diferencia que aquí quema el sol un tanto más.

36/38.
Mte

Gracias por leer.

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora