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Entro en la casa y sin la compañía de Dominic me siento como una intrusa. Me dirijo a la cocina donde limpio un poco el desorden y tomo un vaso de agua fresca.

Cuando el timbre suena me dirijo a la puerta, antes de abrir me fijo por la mirilla. Abro la puerta de par en par e inmediatamente la casa se empieza a llenar de ayudantes que colocan las rosas con distribución por toda la casa. Y para que todos trabajen con más animo le subo todo el volumen posible -que es mucho- a la televisión donde he abierto youtube y puesto OMG de Camila Cabello. En menos de media hora la casa está repleta de jarrones negros con rosas de todos los colores.

Tomo mi celular y le mando un mensaje a Dominic de que puede venir a casa haciéndole creer que yo vengo recién del centro comercial. Calculo que se hará aproximadamente quince o veinte minutos en llegar que es prácticamente el tiempo que tengo para planear mi discurso o parte de el ya que desde la compra del anillo la ardillita de mi cabeza daba vueltas maquinando que diría en cuanto llegara. Recibo un mensaje de confirmación de que nos veremos en unos minutos y sé que más pronto que nada Dominic estará por aquí, espero no entrar en trance, quedarme con la mente en blanco y las palabras no salgan de mi boca, o peor aún, que lo que diga no sea lo adecuado. Subo corriendo por las escalera y me siento en el último peldaño con el vídeo que reproduciré mientras digo lo que sea que tenga que decir.

Ahora mi memoria me permite recordar gran parte de lo que fue América antes del accidente, recuerdo a Dominic, su cuerpo tatuado, recuerdo su mirada negra y felina en aquél lugar donde se me pasaron las copas. Recuerdo su trato cuando fue mi jefe, sus palabras hirientes y sus acciones erróneas. Y lo perdono, he perdonado a la persona que más me lastimó aún cuando sigue siendo un maldito patán sin escrúpulos que aún no tendiendo libertad decide que no es su tiempo de cambiar. Pero tratándose de Dominic, que ha mostrado una nueva faceta, una que yo también traté de herir y lastimar haciendo que tengamos el mismo peso sobre la balanza de los errores, pero de estos se aprende y queda el conocimiento.

Sé que lastimo a las personas siendo un poco consciente, todos al hacerlo lo están aunque sea un poco, pero nadie puede juzgarme, nadie con la capacidad de considerarse humano, porque cada ser vivo que habita sobre la tierra tiene lo mismo que los demás, respira aire, come alimento, bebé agua, tiene sangre, órganos, personalidad, identidad, sentido de pertenecía, sentimientos y errores. Y definitivamente esto último es lo que más hace y experimenta un ser humano sobre su estadía en la faz de la tierra.

Tengo errores, los tiene Dominic, los tienes tú que lees esto y también los tiene todos los que ves a tu alrededor, y no pienses que esto es malo, las personas más sabias son aquellas que tienen mayor edad y sí, también más errores.

La puerta se abre, me pongo de pie y desde mi celular reproduzco vía bluetooth al estéreo de la casa «Last Dance», la canción que al escucharla grita "Dominic Winter" en mi cerebro hasta en las notas más altas y de calidad en la voz una vez más de Dua Lipa.

33/38

Mte

Gracias por leer.

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora