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Así como leen, le he contado todo a Robert, tal y como sucedió, confío en él y de eso mismo se trata la confianza, le conté todo con lujo de detalle y él me juró no hablarlo con nadie.

—Si mi vida fuera un libro estoy segura que los lectores estarían exasperados por la manera en la que digo perdonar, olvidar y el cambio de página que me prometo que haré, pero no puedo, es decir, trato de hacerlo, pero doy un paso al frente y los fragmentos que estoy recuperando de mi vida pasada me superan en dolor, me hace retroceder kilómetros atrás cuando lo único que quiero es avanzar.

—Lo sé, y lo entiendo, te logro entender a la perfección, por eso esto es mi regalo de cumpleaños para ti. —De no sé donde saca una hoja de papel blanca doblada por la mitad y me la tiende—. Toma. —Me incita a tomarla de entre sus manos, la tomo con el corazón acelerado a mil, desdoblo la hoja que viene engrapada con otras tres hojas más, paseo mis ojos por las letras.

—¿Será miembro nuevo de nuestro equipo? —pregunto.

—Sí. ¿Recuerdas aquella vez qué nos fugamos del hospital cuando despertaste del coma?

—Sí lo recuerdo, ¿cómo podría olvidarlo? —suelto una risa desganada.

—Bueno, ¿también recuerdas qué dije qué cuándo estuviera listo acudiría a un psicólogo?

—Lo recuerdo como si hubiera sido hace un mes. —Trato que suene a broma fallando de forma repugnante en el intento, pero por lo menos logro que sonría de lado y un hoyuelo en su mejilla derecha es mi regalo por ser una comediante fatal.

—Fue hace exactamente un mes atrás —confirma—. Y quiero darte las gracias porque estando a tu lado simplemente estoy listo para cualquier reto, no importa que tan oscuro o que tantas llamas tenga en el y eso signifique que me calcinaré si fallo, pero aún así quiero intentarlo, y lo hago contigo porque lo necesitas; escucho siempre en mi habitación como tus propios gritos de tus propias pesadillas te despiertan, y luego de eso..., lloras, lloras toda la noche. ¿Y sabes por qué me doy cuenta? Porque he despertado cientos de veces por lo mismo, porque aún me sucede y estoy cansado que los demonios del pasado vengan cada noche a interrumpir mi sueño, porque a pesar que desde que te conocí, y no me refiero a hace un mes, me refiero al día del accidente, mis pesadillas de este tipo se apaciguaron y cambiaron a otro tipo de pesadillas, como por ejemplo que nunca despertarías del coma, que te desconectaban o cosas así, y aunque ya no son el mismo tipo de pesadillas que solía tener antes de ti, los recuerdos están en mi mente y de ahí nadie puede sacarlos, me enferman y hacen que no quiera levantarme por las mañanas, pero luego recuerdo que estás en la habitación de alado, escucho que aún cuando no dormiste bien, aún cuando lloraste por horas, tú simplemente no te rindes, te levantas tan fuerte como un gladiador, y yo no hago más que inspirarme de tu fortaleza y conseguir reír tan francamente como lo haces tú, y bueno, creo que es hora que ambos tengamos ayuda profesional, por ello nos acompañará Sthepen en nuestros eventos, estará siempre disponible para nosotros, cuando queramos hablar, desahogarnos, pedir orientación o algún concejo, cuando queramos tener secciones juntos o por separado.

—Yo... —susurro, nuevamente las lágrimas se deslizan por mis mejillas y bajo la vista haciendo que mi cabello funcione como cortina para no dejar que vea mi rostro, un sollozo brota desde lo profundo de mi alma.

—Muñeca, no quería hacerte llorar, lo siento —escucho que dice él. Respondería pero se me dificulta con el nudo devastador que tengo a media garganta. Respiro profundo y saco el aire lentamente tratando de esta manera de tranquilizarme, tomo una servilleta de la mesa y limpio mis lágrimas, me permito observar a Robert, su rostro demuestra que también se le ha hecho imposible no derramar un par de gotas saladas.

—¿Cuándo se integrará al equipo? —pregunto en voz baja.

—El lunes, cuando antes mejor muñeca.

—Gracias por el regalo, nuestro regalo, será memorable.

—Eso es lo que pretendo, no hay nada que agradecer, esto es por los dos y por todos. —Saca de su bolsillo un encendedor y prende ambas velas—. Y ahora cantaré la canción del dominio público para ti. —Sonríe de lado y con tranquilidad y voz baja comienza a cantar para mí, por un momento me olvido del dolor emocional y sólo tengo ojos para él, la forma en que mueve sus labios después del pastel que está iluminado por amabas velas y su respectiva flama, mis hijos cada uno en su asiento luciendo como ángeles, y yo... Yo en este momento me siento completa, con los espacios de mi corazón ocupados por las personas que están a mi alrededor. Estoy a punto de soplar las velas cuando Robert me interrumpe, baja su celular con la foto que me ha tomado y dice:

—Tienes que pedir un deseo ¿ya lo has pedido? —Niego con la cabeza e inmediatamente formulo lo que quiero.

—¡Feliz cumpleaños muñeca! —exclama.

Y es así como ambos nos encontramos ahora comiendo pastel y sosteniendo cada uno un biberón, y sorprendente Sofia se termina todo al igual que Damon.

N/A.

Dedicado a: kakasakuforever

8/38

Mte

Gracias por leer.

Maravilloso accidente. (Completa) (En Físico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora