Nos demoramos cerca de 30 minutos haciendo la documentación, aún estaba congestionada por las lágrimas y tenía los ojos rojos, Pablo no me soltó ni un solo segundo, ya fuera que me tomara las manos o me abrazara, pero ahí seguía.
La vendedora me informó que tenía hasta el primero de noviembre para pagar la totalidad o buscar un banco que hiciera el financiamiento de lo que faltaba; por suerte solo era retirar más dinero y ya todo estaría solucionado. Esperaba hacerlo antes del lunes para así no tener tanto de que preocuparme al volver.
Alfredo y Mauricio nos llevaron a una cafetería cercana al hospital, Pablo quería conversar en el auto pero yo le pedí que se callara al pensar que ellos podrían decirle algo a Samuel. Tras ordenar qué beber, volvimos a la conversación principal.
—¿Entonces?
—¿Qué? —pregunté, jugando con el recipiente de los mondadientes.
—El que se haya ido con una mujer no es una razón válida para que él no lo sepa.
—Para mí sí lo es.
—¿Por qué?
—Samuel ha cambiado mucho, se fue el martes y no ha llamado, por todo se irrita y dudo que sea por el reflejo del embarazo como dijo Francisco. No sé qué le está pasando, pero nunca pudimos hablarlo porque siempre terminamos a los gritos. Nunca me imaginé estar embarazada y mucho menos imaginé vivirlo así.
—Es egoísta que no se lo digas —dijo después de un prolongado silencio.
—Estoy segura que si todo hubiera salido bien desde el principio, se lo habría dicho —refuté rodeando los ojos—. Es verdad, antes era un egoísmo protector, no voy a decir que no, pero ahora él dijo que no quiere hijos y dijo cosas que no debió decir. No voy a permitir que lo sepa, obligándolo a tener una responsabilidad que no quiere.
—¿Qué harás cuando él se entere? —lo miré preocupada.— Se va a enterar, Laila. De un modo u otro lo hará. Entonces, ¿qué harás cuando eso suceda.
—No sé —murmuré—. Preferiría que no lo supiera.
—No es que me agrade la idea, pero ¿no crees que si se lo dices podrán solucionar las cosas?
—¡No! No sea que quiera quitármelos.
—¿Por qué insistes en que te los va a quitar?
—La hermana de mi mejor amiga tuvo cuatro hijos con un sueco, él se los quitó cuando se separaron, allá la justicia le dijo que si quería la custodia, debí quedarse en el país. Ellos siguen separados, pero ella no volvió por eso.
—¿Y eso que tiene que ver contigo?
—Los hombres son vengativos...
—No pues, gracias —dijo sarcástico, cuando la mesera apareció con nuestras bebidas.
—Pablo, es en serio. Solo piensa esto: nosotros prácticamente ya estamos separados, es que no hay ni formalidades. Después le salgo conque estoy embarazada, él cree que me embaracé solo por retenerlo y en venganza decide que quiere criar a los niños. Siendo francos, en el nivel económico él me lleva ventaja.
—Pienso que estás paranoica con el tema, Lai —alegó, rompiendo su sobre de azúcar para echarlo en su café.
—Solo pienso en las miles de posibilidades, no es paranoia. Tampoco quiero que mis hijos tengan que toparse con otra o con varias mujeres. Ya sabes, algunas no quieren a los hijos de sus parejas y no se si me gustaría que ellos le dijeran "mamá" alguien más.
—¿Me estás diciendo que los vas a criar tú sola?
—Sí... ¿Por qué no?
—Si criar a un niño es costoso en este país, no me imagino dos.
—Bueno, ya me inventaré algo —me encogí de hombros, bebiendo mi kumis.
—¿Qué vas a hacer cuando estés en cama o mientras los bebés estén recién nacidos? Según entiendo, no tienes un trabajo estable.
—Es cierto, pero podría mirar que hago y aprovechar al máximo lo que tengo de dinero, aún tengo ahorros que funcionarían por un tiempo. En el peor de los casos, volvería a trabajar de bartender en un bar. Lo importante ahora es que todo salga bien con el viaje y que al regresar ya tendré casa propia.
—¿Cuándo lo entregan?
—Finales de noviembre y los niños nacerían a principio de diciembre.
—No lo creo.
—¿Qué? Pero si para diciembre ya serían nueve meses, eso me dijo Francisco.
—Sí, pero los embarazos múltiples suelen ir hasta el séptimo u octavo mes. Es por eso que él manifestó que no quería dejarte viajar en cuanto volvieras.
—Eso no lo vi venir...
—Y tú regresas para septiembre, ¿verdad?
—Sí, incluso ya medio empaqué algunas cosas para que al volver solo sea sacarlas y llevarlas al departamento de mis papás.
—¿El que Elsa te dejo poner en arriendo?
—Ese mismo, solo que ahora está desocupado.
Pablo se quedó en silencio un rato mientras yo pensaba en qué haría a largo plazo. Gracias a Samuel me había involucrado en algo que nunca había querido, pero que ahora no estaba dispuesta a perder, por eso debía ser estratega y desarrollar un buen plan de contingencia.
—Te propongo algo —dijo al fin—. Para cuando vuelvas, puedes enviar todo al departamento de tus padres y venir a vivir conmigo, así podría cuidarte mientras estás en cama y esperas la entrega tu departamento.
—No lo sé... pensaba en mudarme a allí y llamar a Elsa para que me hiciera compañía —contesté, sacando una idea que no había imaginado.
—Bueno, eso puede ser también. Mira si ella esta de acuerdo y sino, ya sabes que cuentas conmigo para lo que sea.
—Gracias.
—De nada, Lai —sonrió al ponerse de pie—. Vuelvo al trabajo.
Nos despedimos y él se fue. Volví al departamento pensando en todo lo que habíamos hablado, quizá si hablaba con Samuel del tema las cosas empeoraría o saldrían mejor, pero debía intentarlo. Tenía mucho por perder, pero también había mucho por ganar.
Me senté en el sillón de la sala y me decidí por llamar a Samuel. Intente una, dos, tres veces, pero se iba directo al buzón de mensajes, lo intenté un vez más en la que sí contestó.
—¿Aló? —era la voz de esa mujer. Me quedé en silencio, escuchando música al fondo, ¿dónde estaba metido?— ¿Aló?
—¿M-me puede pasar por favor a Samuel? —titubeé.
—Disculpa, pero ahora mismo está ocupado.
—¿Muy ocupado? —pregunté, presintiendo que no era así.
—Demasiado ocupado —rió—. Lleva la botella a la mesa —levantó la voz para darle la orden a alguien—. Mira, si quieres llámalo en la noche porque en verdad está ocupado.
—Bien, gracias.
Colgué sin esperar más, ¿qué tan ocupado podría estar como para no llamar o atender mi llamada? Iba a guardar una última esperanza y lo llamaría en la noche. Mientras eso, organizaría mi maleta para el viaje.
*****
¿Qué pensarían si Laila terminará con Pablo? No harían linda pareja?Chicos, no olviden tenemos grupo de Facebook: Law Cuervo Las Pruebas Del Amor ——-> El link lo pueden encontrar en mi perfil.
Una lectora lo ha creado y me encantaría que fueran a unirse, así podríamos hablar todos sobre la historia y podríamos hacer un en vivo para que tratemos de conocernos. ¡Hagamos que la familia crezca más!
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Las Pruebas Del Amor (Sin corregir)
RomansaCuando Laila Haggard, guiada por un sueño, conoce a Samuel Gross, descubre que éste no solo es el famoso escritor Sam Sly, sino que también es un poco diferente a ella; sin embargo, eso no es impedimento para que la atracción haga de las suyas y naz...