Esa noche del lunes, me quedé dormida en sofá de la sala mientras todos hablaban. Robert me preguntó si quería irme a la cama, solo asentí. Mis sobrinos me habían dejado tan cansada que no deseaba ni abrir los ojos. Él me cargó en brazos para llevarme hasta la habitación de Samuel, quien me arropó antes de decirme que, luego de finalizar la charla con ellos, vendría a dormir conmigo.
Y así fue. Solo sentí cuando se metió en la cama, estaba tan cansada que me costó coordinar mi cuerpo para girarme hacia él y abrazarlo. Me besó en la frente, haciéndome sonreír de la felicidad al saber que estaba en la misma, junto a mí.
Cualquiera diría que esa sería una buena noche, pero no fue así. Desperté al sentir el cuello de Samuel caliente, su sangre parecía hervir dentro de su cuerpo.
—Samuel —susurré palmeándole el pecho por sobre la camisa—. ¿Samuel? —insistí al ver que no respondía.
Me desenrede de las mantas para poder pararme y encender la luz. Estaba realmente pálido, con la frente húmeda y fuertes ojeras marcadas bajo sus ojos. No me acerqué demasiado, sino que corrí a buscar a mi hermana en la habitación que compartía con Robert.
—Elsa —murmuré tocando con suavidad la puerta varías veces.
—¿Eh? —se asomó con la puerta entreabierta, en medio de la oscuridad que había en el departamento.
—Creo que algo le ocurre a Samuel —ella encendió su bombilla y pude ver que estaba realmente somnolienta—. Está demasiado caliente y...
—¿Qué tan caliente? —abrió la puerta de par en par para salir conmigo.
—Está sudando y no sé si es fiebre.
—Voy a verlo.
Mi hermana se fue al otro lado del pasillo en busca de nuestra habitación. Se sentó a su lado y le palpó la frente antes de mirarme preocupada.
—Llama una ambulancia.
—Diego está abajo —murmuré llena de preocupación—, ¿lo llamo?
—No, llama una ambulancia, yo voy por Robert.
Corrí a la sala por mi teléfono, pues lo había dejado olvidado en la mesa de centro. Noté que Robert salía de la habitación junto con Elsa mientras yo marcaba el número de emergencias, sentía que el tiempo se me iba en la línea esperando, sabía que el servicio sería pésimo, por lo que no tuve mayor opción que agilizar las cosas utilizando el título de ministro que tenía Samuel. Luego de colgar llamé a Anna, tal y como lo había dicho Francisco, ella era la única que conocía todo sobre la condición médica de Samuel.
—¿Aló? ¿Laila?
—Sí —exhalé al oírla— Te nece...
—¡¿Qué pasó?!
—Samu...
—Laila, ¿un termómetro? —me viré al escuchar a Robert, quien interrumpió en la sala.
—En el baño hay un mueble, en una de la gavetas hay un botiquín.
—¿Donde están? —preguntó Anna al tiempo que Robert asentía..
—En el edifico —respondí, viendo cómo el desaparecía por el pasillo—. Samuel tiene fie...
—Llama a emergencias.
—Ya lo hice.
—Bien. Ya voy para allá.
—Gra...
Me quedé con media palabra en la boca. Volví a la habitación llena de preocupación, encontrándome con mi hermana sentada junto al lado de Samuel, quien llevaba el pecho descubierto de manta y camisa. El rostro inexpresivo con el que me miraba solo me inquietó más.
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Las Pruebas Del Amor (Sin corregir)
عاطفيةCuando Laila Haggard, guiada por un sueño, conoce a Samuel Gross, descubre que éste no solo es el famoso escritor Sam Sly, sino que también es un poco diferente a ella; sin embargo, eso no es impedimento para que la atracción haga de las suyas y naz...