59.- rain

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—Oh vamos cariño —Sebastian rió junto a mí mientras paseábamos por una desierta calle en Nueva York. Luego de incontables veces sin coincidir decidí tomarme unas vacaciones del trabajo e ir a buscarlo al set de su nueva película.

— ¡Pero si es Sebastian Stan! —seguí jugando —. Sr. Stan ¿podría darme una foto por favor?

Él rió y se alejó un poco de mí para poder posar en una foto, reí al sacar la foto.

— ¿Está lista Srta. Paparazzi? Mi hermosa novia se tomó unas vacaciones por mí y tengo que volver junto a ella.

—Claro, siempre es un gusto verlo Sr. Stan. ¡Suertuda la chica que está junto a usted? —seguí el juego mientras guiñaba un ojo.

—Suertudo soy yo.

Él tomó mi mano y me acercó para poder besarme.

—Te extrañaba —murmuré contra sus labios.

—Y yo a ti —respondió —. No es fácil ser enfermera y actor.

Había conocido a Sebastian tres años atrás cuando él llegó al hospital junto a Will y Chace luego de que los tres tuvieran un leve accidente, Chace me pidió el numero ya que a Sebastian le daba algo de vergüenza. Cuatro días después me escribió, salimos y ahora llevábamos dos años y medio de noviazgo.

—Will se casará —me dijo cuando comenzamos a caminar otra vez —, quiere que sea su padrino junto a Chace y los demás muchachos.

—Será bueno verte en esmoquin —sonreí algo burlesca.

—Sí bueno, ellos también desean que tú seas la dama de honor. Será bueno verte en vestido —respondió con burla. Miró las tiendas que se encontraban en nuestro camino y me acercó a una —. Mira.

— ¿Qué cosa?

Él señaló Tiffany's, en esta se encontraban unas cuantas joyas.

—Se verían bonitas en ti —comentó.

—Sabes que no soy una mujer de joyas amor.

—Aunque... tú te ves preciosa con todo —me miró con una sonrisa.

— ¿Cómo no voy a amarte? —me acerqué a dejar un beso en sus labios.

Seguimos caminando por unos treinta minutos más, hasta que unas leves gotas nos hicieron detenernos.

—Creo que está lloviendo.

—No me había dado cuenta —dije con sarcasmo. Ambos reímos.

De pronto las pequeñas y leves gotas se volvieron en una lluvia torrencial, ambos mirábamos como todas las personas corrían para refugiarse.

—Ven —me invitó. Lo seguí sin saber a dónde nos dirigíamos.

—Seb ¿Dónde me llevas?

—Shh... —siguió caminando junto a mí.

Unos minutos después él paró de caminar.

—Seb, estamos en mitad de la calle —miré si venía un auto.

—Sí, lo sé.

Él sacó su celular un momento, segundos después una canción comenzó a reproducirse.

» ¿Te acuerdas cuando recién nos conocimos? —preguntó sobre el sonido de la lluvia y la música.

— ¿Cómo olvidarlo?

—En una de nuestras primeras citas comenzamos a hablar sobre nuestros deseos culposos y algo clichés —sonreí al entender a qué se refería —. Me dijiste que alguna vez desearías bailar bajo la lluvia junto a alguien que amas con tu canción favorita de fondo.

—Sebastian Stan, eres el mejor ¿lo sabes verdad?

Él sonrió como sólo él sabía hacerlo.

—Like a river flows surely to the sea, darling so it goes, some things are meant to be —cantó al ritmo de Elvis.

—Nunca dejas de sorprenderme —murmuré contra su oído. Ambos bailábamos al ritmo de la música.

—Preciosa... —él se alejó un poco para mirarme a los ojos —, cásate conmigo.

Me quedé el silencio esperando que fuera una broma.

— ¿E-En serio?

— ¿Crees que bromearía sobre casarme contigo? ¡Eres el amor de mi vida!

Reí por los nervios pero aun así me acerqué a él para abrazarlo con fuerza.

—Sí, ¡Claro que sí!

Sebastian rió y puso un anillo en mi dedo anular. Nos besamos como si estuviésemos sellando la promesa. Una bocina nos hizo correr hasta la vereda.

— ¡Tengan cuidado idiotas! —gritó el conductor. Ambos reímos, nada nos arruinaría nuestra felicidad.

—Sí, por más linda que sea la joya, nunca superara su belleza —dijo mirando mi anillo.

¿Cómo no amarlo? 

Bucky Barnes »One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora