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«Las Vacaciones Vengadoras», cómo las había denominado Tony eran preciosamente eso... vacaciones. Como lo decía su nombre. Pero no era sólo un receso para todos nosotros, no. Era un respiro llenó de actividades al aire libre, con miles de bichos picándonos y el sol quemándonos. Y podía asegurar que el único que realmente estaba disfrutando esto era Thor, y era por el simple hecho de que miles de mujeres se le habían acercado señalando que era «su Vengador favorito»
— ¿Cómo nos metimos en este lío?—recordó Loki mirando con asco los bichos que rodeaban el lugar.
—No lo sé, pero realmente no me están gustando estas vacaciones—murmuré. Bucky se acercó y entrelazó nuestras manos —. ¿Qué te sucede?
— ¿Nunca te dije que odio estos lugares?—me miró con algo de pánico en sus ojos—. Estamos tan vulnerables a que nos piquen cosas. ¿Que sucede si hay serpientes? ¿O caimanes? Por lo que más quieras no te alejes de mí —dijo dejando su rostro a la altura del mío.
—Bucky... ¿estás teniendo una crisis de pánico?—señaló Loki acercándose.
—No, no, no. Claro que no—negó con entusiasmo.
Tony se paró delante de todos y aplaudió para ganarse nuestra atención.
—Bien Vengadores, llegó el momento de la verdad—sonrió con evidente alegría—. Con esta actividad toda nuestra adrenalina saldrá hasta por los poros que Natasha con tanto entusiasmo se ha encargado de limpiar. Gritaremos tanto como Claire y Bucky al tener sexo.
— ¡Oye!—nos quejamos los dos con un sonrojo.
—Lanzaremos tantos improperios como Loki al fallarle un mal un plan. Sonreiremos tanto como Thor cuando una mujer le pide una foto. Seremos estratégicos como Steve en un misión. Terminaremos tan mareados cómo Wanda al terminar una fiesta. Pero sobre todo, serán inteligentes cómo yo.
—Oh por dios —Natasha se quejó.
— ¿Que haremos Tony?—preguntó Steve con cautela.
Stark sonrió con algo de malicia y siguió caminando.
—Creo que el pequeño Midgardiano quiere que no sigamos—señaló Loki.
Todos los seguimos con algo de miedo. Bucky apretó su agarre en mi mano y podía sentir su respiración algo agitada. Loki dejó una mano sobre el hombro de James y lo palmeó suavemente.
—Todo estará bien—dijo tratando de tranquilizarlo.
Bucky asintió y suspiró.
— Oh...—dijo Barnes al parar de pronto. Loki y yo miramos hacía donde lo hacía él.
—Santa...—seguí yo al ver el lugar.
—Mierda—finalizó Loki.
Y nuestro penúltima misión sería...
— ¡Saltar en Bungee!—gritó Stark abriendo sus brazos y presentando el lugar.
—Por un demonio, lo que me faltaba—musitó Wanda.
—Lenguaje—dijo Steve.
— ¡Eso no fue lo que quise decir!—se quejó mi amiga.
—¿Quienes serán los primeros en saltar? —preguntó Tony.
Bucky levantó el brazo.
— ¿Qué?
—Bien. Entonces Claire y Bucky primero—Tony nos siguió hasta el lugar dónde se encontraban los hombres que nos prepararían para saltar.
—Bucky, pero...—traté de decir algo pero el besó mis labios.
—Sólo sostén mí mano.
Asentí no muy convencida.
Dos hombre se acercaron y comenzaron a ponernos el arnés, cascos, y ajustaron las cuerdas con algo de fuerza.
—Bien. Todo listo—dijo Tony—. Buena suerte muchachos.
Barnes y yo nos tomamos las manos antes de caminar hasta la orilla del lugar. Podía oír cómo nuestros amigos nos gritaban para darnos apoyo.
—Pero antes de saltar me gustaría decir algo —dije mirando a mí pareja de más de cuatro años.
—Claire, dime por favor que no terminaras conmigo aquí.
—Uno...—dijo uno de los encargados.
—Oh, no. Es sólo otra cosa.
—Dos—dijo el otro.
—¿Qué es amor?
—Tres—gritó Tony y nos empujó.
El muy maldito nos empujó.
Al vacío.
Maldita seas Tony Stark.
—¡Estoy embarazada!— grité. Escuché un jadeó —. James Buchanan Barnes no puedes morirte ahora que seremos padres. Infierno sangriento—me quejé.
—¡Vamos a tener al bebé más lindos de todos!—gritó luego de unos segundos.
