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Natasha me entregó un vaso con batido de frambuesa, también le dio uno a Wanda y María. Las cuatro estábamos sentadas en el gimnasio.
— ¿Me perdí de algo? —preguntó.
—Nada aun. Thor y Bucky han entrado a las duchas —respondimos.
Natasha silbó bajo. María por su parte se encontraba concentrada mirando como Pietro y Steve entrenaban.
— ¿Qué le dieron a estos hombres para ser tan calientes? —pregunté.
—A dos le dieron un suero —respondió Wanda.
—Uno es un dios —agregó Nat.
—Y el otro es un experimento de HYDRA —finalizó Maria.
— ¿Alguna conoce al creador del suero que le dieron a Buck y Steve? —las miré brevemente.
—El Dr. Abraham Erskine —respondió María.
— ¿Podríamos hacerle un altar? —sugerí. Las tres aprobaron la idea.
—Se va a sacar la remera, se va a sacar la remera, se va a sacar la remera —Wanda me golpeó mirando a Steve.
—Bendito sean los soldados —las cuatro suspiramos.
—Nuevos objetivos a las tres en punto —murmuró Hill.
Wanda, Nat y yo miramos en la dirección señalada y vimos como Thor y Bucky venían saliendo sólo con la parte de abajo del buzo.
—Te juro que me lanzaría a besarlos en este mismo momento —Wanda dijo. Nat y yo reímos.
—Ustedes son unas cochinonas —Tony se paró a un lado de nosotras junto a Parker. Ambos nos miraban con una sonrisa y con los brazos cruzados.
—Oh cállate Stark —dije. Miré a Peter —. Que yo sepa, te había dejado entrenando.
—Sí bueno ya que vi al mocoso solo y sin la entrenadora que le tocaba hoy —Tony puntualizo —. Decidimos buscarla, y mira lo que nos vinimos a encontrar. Nuestras tres vengadoras y nuestra inteligente María deleitándose con un par de cuerpos bonitos.
—Y caras también —Wanda señaló —. Sólo míralos, por favor.
—Parker puede entrenar solo, además es bueno recrear la vista de vez en cuando —dije.
Tony rió y luego puso su sonrisa maliciosa.
—Qué me dicen de una apuesta —dijo. Las cuatro lo miramos.
— ¿Por cuánto dinero? —preguntó Wanda.
—Cien dólares.
—Trecientos y estoy dentro —dije.
—Pero trecientos cada una —Wanda sonrió.
—Hecho —asintió Stark —. ¿Ustedes? —preguntó mirando a María y Natasha.
