84. five times

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La primera vez fue una noche de octubre, hacía algo de frío pero no podía quejarse, era algo soportable

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La primera vez fue una noche de octubre, hacía algo de frío pero no podía quejarse, era algo soportable. Podían oír el Rock n' Roll desde una cuadra atrás, habían decidido que sería bueno beber una cerveza para así darse un tipo de despedida, sería bueno distraerse en tiempos difíciles había dicho Steve. Su hermana también había decidido salir junto a un par de amigas, no estaba de acuerdo pero tampoco tenía el derecho a negarle algo a su hermana, no cuando ella sería la encargada de cuidar a sus demás hermanos y a sus padres cuando él se fuera. El bar estaba lleno pero aún así habían asiento para los dos, pudo ver a su hermana, Becca junto a su mejor amiga y un par más en un mesa en la esquina del lugar, su estómago se apretó al ver a la castaña reír junto a su melliza, no había sido un secreto para ella que James disfrutaba observar a su mejor amiga, es más, esperaba que él diera un paso antes de irse a la guerra pero él nunca hizo nada. Esa vez fue la primera vez que James Buchanan Barnes sintió su corazón acelerarse.

La segunda vez, fue al verla junto a Becca en su despedida. Toda su familia estaba ahí antes de embarcar para marcharse a la Guerra, los jóvenes se despedían de su familia esperando volver a verlos pero no muchos lo lograrían, y James lo sabía. La castaña estaba ahí con un vestido y perfectamente peinada, se acercó algo cautelosa antes de envolverlo en sus delgados brazos, Bucky sintió que si estaba un minuto más entre ellos su corazón se saldría de su pecho. Olió su cabello antes de dejar un suave beso en su mejilla, él sonrió antes de alejarse.

La tercera vez fue cuando la vio parada junto a Margaret Carter, vestía el uniforme militar y seguía perfectamente peinada. Muchos hombres la vieron con respeto y sintió que su corazón crecía del orgullo, se acercó con algo de respeto mientras oía como Steve recibía aplausos por haber salvado al equipo.

—No pensé verte por aquí, Becca no debe estar muy contenta —habló mientras miraba a la castaña. Ella le regaló una suave sonrisa que calentó su corazón.

—De hecho no lo está, pero alguna de las dos tenía que estar aquí.

— ¿Desde cuándo...? —preguntó. Quería saber desde hace cuánto se había enlistado.

—Partí una hora después que tú, y me enlisté un día antes que lo hicieras tú.

— ¿Y no me dijiste? Eres cruel... —ella río y dejó una mano sobre su hombro.

Esa había sido a tercera vez, fue cuando ella río junto a él.

La cuarta vez fue antes de irse a la misión junto a Steve, era una noche algo fría y la mayoría de los comandos aulladores estaban bebiendo preparándose psicológicamente para lo que los esperaba. Bucky no era la excepción, pero decidió pasar el tiempo observando el bosque mientras calentaba su cuerpo junto al fuego, ella se había sentado a su lado mirando las llamas. Le ofreció alcohol, lo aceptó bebiendo un buen trago antes de entregárselo.

—Prometeme que volverás —le dijo mirándolo. Él le sonrió.

—No puedo prometer algo que no sé, Len. Trataré de no morir en el intento.

Ella lo miró antes de golpearlo en el hombro. Ambos rieron temiendo lo que vendría.

—Le prometí a Becca que volvería contigo, no puedo volver sin ti Bucky —Len lo miró con preocupación. James pasó una mano por sus hombros para acercarla a él. Besó su cabello mientras seguían mirando el fuego. Ella se alejó para mirar su rostro, sintió su corazón acelerarse cuando ella unió sus labios junto a los de él, tomó sus caderas para sentarla sobre él. Esa noche las estrellas fueron testigos de la cuarta vez que James Barnes se sintió enamorado.

La quinta vez fue distinta, había despertado en un lugar desconocido y nada era igual, peleó guerras y perdió, murió y volvió a vivir. Sí, se sentía diferente. Steve le extendió una cápsula y le permitió subirse antes que él a la máquina que lo llevaría donde pertenecía.

Cerró los ojos antes de tocar la puerta de la oficina, por un momento optó por arrancar al notar la demora, ¿Que sucedía si ella estaba con alguien? ¿Tan egoísta era para volver en el tiempo sólo para buscarla? Había leído demasiado de ella en los museos y también vio su vida junto a un historiador. No, no era capaz de destruir su destino por su egoísmo. Negó antes de volver por donde había llegado.

—Fuiste bastante malo en tratar de no morir, James Buchanan Barnes.

Apretó su mano metálica contra su bolsillo, temía que ella notará que había algo diferente en él. Ya no era el mismo que antes, había pasado por tantas cosas.

—Lo siento, yo... Me equivoqué de oficina —dijo tratando de marcharse. La firme mano de Len se lo prohibió.

—Te perdí una vez hace un par de años, no estoy dispuesta a volver a hacerlo.

Él volteó y miró su rostro.

—Ya no soy el mismo hombre que conociste, Len.

Ella sonrió acariciando su rostro. Su suave tacto lo tranquilizó.

—Ni yo soy la misma mujer. Pero eso no impide que te ame.

Sí, esa había sido la quinta vez.

Bucky Barnes »One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora