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(Basado en los 40's)
— ¿Se puede saber cómo nos metimos en este lío? —señalé mirando a Steve.
—Dijiste claramente que querías celebrar la navidad con la familia. Bucky se lo tomó algo a pecho.
— ¿Pero era necesario invitar a toda mí familia? Yo sólo me refería a ti y Bucky, nadie más.
James se había encargado de llamar y mandar cartas a toda mí familia -que se encontraba esparcida por todo Estados Unidos- para invitarlos a pasar la navidad en el departamento de vivíamos junto a Steve. Era obvio que mí familia había aceptado encantada la invitación, sobre todo cuando no me veían hace más de tres años.
— ¡Tienes un novio estupendo querida! —dijo la abuela con una sonrisa. Bucky levantó sus pulgares con entusiasmo.
Mis sobrinos pasaron delante de Steve gritando y jugando con las espadas que tanto mí amigo como mí novio diseñaron con madera para ellos.
— ¿Quiere más ponche? —preguntó Steve a mí madre.
— ¡Claro que sí querido! ¿Cómo mí pequeña bebé consiguió un amigo cómo tú y un novio cómo James? ¡Se ha ganado la lotería!
—Creo que nosotros nos sacamos la lotería con ella señora, es una gran mujer. Sin ella tanto Bucky como yo estaríamos pidiendo limosnas fuera el viejo bar de la Sra. Prince.
Mamá rió y apretó la mejilla de Steve con cariño. Mí amigo me miró con duda, yo sólo me encogí de hombros.
— ¿Y cómo conociste a mí princesa? —preguntó papá.
Steve me miró para luego ambos mirar a Bucky. Negué pero él sonrió con encanto.
—Es una historia algo larga, pero la resumiré —dijo él ganándose la atención de toda la familia. Apreté el agarre que tenía sobre la bandeja de alimentos —. Todo empezó hace tres años, ella acababa de llegar a Brooklyn y yo traté de acercarme, mí buen amigo Steve dijo que sería demasiado ofuscador yo por mí parte no le hice caso. Me acerqué, ella se sorprendió y me golpeó haciendo que mí nariz se rompiera. Nuestra primera cita fue junto a Steve en Urgencias —finalizó con una sonrisa.
— ¡Esa es mí nieta! —gritó mi abuela.
Mi familia rió, pero Bucky aún no había finalizado.
—Ella se ofreció a cuidarme, pero es una pésima enfermera. Confundió los medicamentos y me terminó dando los que me producían alergia, nuestra segunda cita fue en urgencias, otra vez. Ella dice que no las consideraba citas ya que no estaba interesada en mí. Yo creo que siempre lo estuvo —acotó. Las risas siguieron —. Desde ese golpe nos hicimos inseparables, y desde el momento que estuve en urgencias supe que era la mujer indicada ¿cómo lo sé? en realidad, ni yo lo sé. Es sólo esa sensación que te dice: «ella es la indicada» y te dan ganas de bailar y cantar cómo sólo Frank Sinatra lo haría... Fue en ese momento en urgencias, luego de ese golpe que me di cuenta que ella sería la indicada —sonrió y se acercó —. Es por eso que me tomé el tiempo de invitarlos a todos aquí este año, porqué sé cuanto los extraña y porqué sé cuanto ella desearía tenerlos aquí para este momento.
— ¿Buck? ¿A qué te refieres?
Él sonrió.
— ¿Te casarías conmigo? —dijo.
La habitación se llenó de una exclamación general. Miré a Bucky para luego mirar a Steve -el cual sonreía con evidente felicidad-.
— ¿Esto no es una broma? —murmuré. Él negó —. ¡Claro que me casaría contigo!
Mi familia y Steve aplaudieron cuando dí mi respuesta. Abracé a Bucky para luego besar sus labios.
—Me gustaría quedarme en este momento para siempre —murmuró contra mis labios.
