Capítulo 26

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Mis ojos se cierran y mi respiración se agita a medida que se acerca a mi cuerpo. No quiero verlo porque sé que es quién me atacó y que viene a cumplir con su promesa.

—Por favor —digo con un hilo de voz al sentir que está a escasos centímetros de mí.

— Hola Diana…

Mis ojos se abren al instante al escuchar su voz. Pienso que quizá esté alucinando por culpa de la medicina que hay en mi sistema, pero sé que no, Scott está parado frente a mí y nunca estuve tan feliz de verlo.

—Scott —murmuro.

Sus ojos se iluminan y se apagan al mismo tiempo. Me recorre lentamente de pies a cabeza y sé que debe ser un buen golpe de shock verme en este estado.

—Acabaré quien que te hizo esto. —Su tono crudo me revuelve el estómago—. Quise venir antes, pero supuse que tu tío no me dejaría entrar… Lo siento. —Instintivamente me acerco más a él y siento que su respiración cambia.

—No te preocupes, están buscando al sujeto —susurro en un intento de no despertar a Cassie—. Debes irte.

Mis manos van a su pecho y lo empujo con suavidad. Si lo encuentran aquí nos va a caer una buena y no quiero aguantar los interrogatorios de Mike todavía.

—Sólo quería ver que estés bien. —Pega su frente con la mía—: Y decirte que… que te quiero.

Sus palabras encienden fuego dentro de mi corazón y se acelera de forma considerable.

—¿Cómo dices?

Mi respiración se agita, pero él no contesta y me besa. Es dulce y cuidadoso al principio, pero cuando mis manos se enredan en su cabello, Scott emite un gruñido que es bien recibido por mi ego y me acorrala contra la puerta para profundizar el beso a su gusto.

—¿Delia?

Nos separamos de golpe, como si un balde de agua fría nos hubiera caído sobre la cabeza.

—Mierda, es Cassie. Debes irte.

Lo empujo de nuevo y con una pequeña sonrisa, me besa nuevamente y se apresura a salir.

—Cuídate, ¿sí? —Asiento rápido—. Te veo luego Diana y cierra la ventana.

Sonrío ante su irónico comentario y rápidamente me apresuro a trabar la ventana y me quedo unos segundos viendo su silueta desaparecer en la oscura noche. Corro hacia la puerta y le contesto antes de abrirla.

—¿Sí…? —Respiro profundo y abro para encontrarme con la mirada confusa de Cassie.

—¿Estás con alguien? —Me quedo de piedra—. Te sentí hablar.

—No, yo… —Me entran los nervios—: Estaba hablando sola. —Ella me mira extrañada—: Practicaba mi voz ya que estaba un poco afónica ésta mañana —aclaro con rapidez.

—De acuerdo —dice no muy convencida—. A la cama entonces que debes descansar.

Cassie me ayuda a llegar y subo con cuidado a la cama.

—Gracias, buenas noches. —Ella se acomoda nuevamente en su lugar y cae rendida en los brazos de Morfeo.

¿Cómo dormir con esta emoción dentro de mí? Scott King confesó que me quiere. Sé que no debo ilusionarme por eso, pero no puedo evitarlo y nos conocemos desde hace tan poco que la duda comienza a jugar malas pasadas con mi mente. Lo he dicho cientos de veces a mí misma y frente a mi espejo para convencerme de que la realidad, la maldita realidad, es que Scott es un criminal y debo encerrarlo en una maldita prisión quizá por siempre. Comienzo a desinflarme a medida que las teorías van y vienen. Tal vez Scott sabe lo que pretendo y busca confundirme para que no cumpla con mi objetivo y a la vez quiere romper mi corazón. Cuando me besa e incluso las últimas miradas que me dedicó me dicen que no piense mal de él, pero ¿cómo hacerlo? No puedo ignorar todas las pruebas en su contra y mucho menos su actitud inicial conmigo. Quizá quiere alejarme de Peter para lastimar a su amigo, me niego a pensar que soy su arma para torturar otros corazones y me niego a seguir pensando directamente. No importa cuántas teorías me plantee porque en todas y cada una de ellas, quien termina herida soy yo.


***


Gruño frustrada cuando por quinta vez consecutiva trato de ponerme la camiseta. Melissa me sostiene con una irritante sonrisa pintando su cara y por fin lo logro.

—Ojo por ojo. —Se le escapa una risita y la miro confundida—. Lo digo por todas esas veces que me sostuviste estando ebria —explica y me tiende la chaqueta.

—Creo que esto es peor —suspiro.

Me acaban de dar el alta y mi tío está llenando todos los formularios con la ayuda de Cassie para poder irme ya mismo de este lugar.

—¿Están listas? —Mike irrumpe en la habitación con unos cuantos papeles en sus manos.

—Ya casi —digo terminando de acomodar la última prenda que en dos intentos me pude poner. Victoria personal.

—Que horrible que daban fumigar su casa —comenta Melissa.

Mi garganta se cierra y comienzo a toser de manera nerviosa. Tuvimos que inventar todo eso porque con lo preguntona que es Mel y lo mala guardando secretos que soy yo, iba a terminar contando cada maldito detalle. Todo es por su bien. Susurra mi voz interna e intento aferrarme a eso a como dé lugar.

—Sí, bastante —dice mi tío—, pero estaremos bien en lo de Frank —sentencia tranquilamente, como si se dedicara a mentir.


Salimos del hospital y la luz del sol me encandiló por un segundo, es increíble pensar que sí Mike no hubiera llegado a tiempo quizá no habría tenido la oportunidad de apreciar esto otra vez. ¿Cuántos hermosos detalles nos perdemos día a día por estar pensando o haciendo cualquier cosa? Espero poder valorar más las cosas pequeñas como sentir el sol en mi piel y la brisa soplando mi cabello… Sentirme viva.

Primero dejamos a Melissa en su casa con la promesa de que la llamaría más tarde para ponerla en tanto de mi recuperación y al llegar a la casa de Frank, una extraña seguridad me recorre por completo. Luego de lo sucedido y con toda la paranoia que fui capaz de sentir, es bueno poder respirar un poco.

—¡Bienvenidos! —Frank nos recibe como siempre, con su gran sonrisa.

—Sigues siendo un gran anfitrión —bromeo bajando lentamente del auto.

—Gracias pequeña. —Él ayuda a mi tío con los bolsos—. Espero que se sientan como en casa, entren vamos.

Frank nos da un tour medio rápido por su casa y nos mostró cada habitación del lugar. No es grande, pero si tiene un toque hogareño y único.

— Este es tu cuarto Delia.

Abre la puerta y me deja entrar primero. La habitación es pequeña y hermosa, justo lo que necesito. Dejo uno de los bolsos sobre la cama e intento hacerme a la idea de que por ahora este será mi hogar.

—¿Te gusta? —Cassie se adentra y se sienta a mi lado—. Luego podemos darle unos toques femeninos —sugiere y veo a Frank palidecer.

—No van a pintar la casa de rosa —aclara y todos reímos.

—Descuida, está perfecto así. —Le sonrío.


***


En la cena pude apreciar el extraño cuadro familiar que tengo en mi vida. Es bastante extraño, pero de alguna forma siento como si tuviera dos padres y una nueva figura materna que seguir. Me siento tan afortunada con tenerlos en mi vida y sé que no somos la familia modelo, pero esto es perfecto para mí y es todo lo que necesito para sentirme mejor con toda esta situación.

Me encuentro recostada adaptándome a mi nuevo espacio, pensando en Scott y en Peter también. Los dos me han confundido demasiado y no sé qué pensar o creer. Peter me escribió hace unos veinte minutos diciendo lo arrepentido que está por haberse propasado conmigo, pero necesito más tiempo para perdonar. Con respecto a Scott, supuestamente me quiere, pero no estoy segura de quererlo yo a él, me gusta mucho y sé que está mal, pero no puedo hacer nada para evitar a eso.

—¿Flacucha? —Escucho a mi tío del otro lado de la puerta.

—Entra.

Y así lo hace. Camina lentamente hasta que se sienta en el otro extremo de la cama y me mira con seriedad. No me gusta nada esa mirada.

—Hablé con Frank y estuvo de acuerdo conmigo. —Asiento para que siga hablando—: Estarás fuera del caso —establece y me quedo sin aire.

—¿Cómo dices?  ¡No es justo! —exclamo molesta—. Me esforcé mucho en esto, no pueden dejarme afuera… —Simplemente no lo puedo entender.

—Sé que no parece justo, pero no voy a permitir que vuelvan a lastimarte —habla de manera tranquila. ¿Cómo puede estar tranquilo?

—Tío Mike, por favor… —suplico al mismo tiempo que él niega con la cabeza.

—Lo siento. —Se levanta de la cama dispuesto a irse.

—Pero…

—Pero nada Delia, la decisión está tomada.

Cierra la puerta con fuerza y me desmorono. Es increíble que me hagan esto, merezco estar aquí, trabajé muy duro y pasé por mucho para lograr todos los avances que me pidieron. Lágrimas, es todo lo que puedo hacer y lloro como si no hubiera un mañana. Mis ojos pesan y mi corazón late al ritmo de la decepción. Ellos podrán dejarme fuera todo lo que quieran, pero yo no me iré.

Esto está tomando un giro interesante 😌 gracias por el apoyo constante y por leer mi historia ❤ los leo...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora