Capítulo 35

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Narrador omnisciente

Melissa

Melissa solía despertarse tarde los sábados, pues no tenía mucho que hacer, además, había conseguido terminar el ejercicio práctico que tanto le había costado. Se quedó acostada hasta las diez y con mucha pereza logró levantarse de la cama. Tenía la sensación de que algo no iba a andar bien, pero era difícil de explicar el motivo.

Luego de darse un baño bajó a desayunar con su familia, sus padres eran increíblemente callados durante la mañana y la casa estaba aún más silenciosa sin el pequeño Jack dando vueltas por todos lados. El día anterior se había ido a dormir a la casa de uno de sus amigos de la escuela y ella extrañaba horriblemente la presencia de su hermano. Desde que nació se convirtió en la estrella que le dio luz a su hogar y sin duda a su vida.

Cerca del mediodía le escribió a Delia para verse en el centro comercial, pero no obtuvo respuesta alguna y eso le extrañó. Ella siempre contestaba rápido los mensajes, pero sin darle más importancia de la que realmente tenía y decidió salir con su novio.

Estaba loca por Dennis y a pesar de que la conquistó en base a la falsa tutoría de cálculo que ella le dio, pensando que le iba mal en esa clase, pensó que sería buena idea seguir estudiando para el examen con él.

Delia actuaba muy extraño desde hace varias semanas ya y por más que ame estudiar con su mejor amiga, ella no le dedicaba el tiempo que le concedía antes. No la culpa, porque quiere que ella viva su primera vez sus propias experiencias con chicos y está más que feliz de verla salir del cascarón.

Dennis pasó a buscarla a su casa tan puntual como siempre y con una gran sonrisa pintando su rostro. Melissa avisó a sus padres que saldría con su novio y prometió a su madre presentarlo en la cena. Jules se conformó al instante y comenzó los preparativos inmediatamente.

—Hola.

Melissa besó suavemente los labios de Dennis.

—Hola Lis.

Ella volteó los ojos de forma exasperada, odiaba ese sobrenombre y a pesar de eso, cuando él lo decía le resultaba atractivo.

—Empezaré a llamarte Den —refunfuñó simulando estar ofendida.

Dennis sonrió y puso en marcha el coche.

—No me molesta en lo absoluto… Lis.

Puso una mano en su rodilla y emprendió el camino. Luego de media hora en la carretera Melissa sospechó que hoy no iban a estudiar.

—¿A dónde me llevas?

Melissa mordió su labio inferior ansiosa. Dennis sonrió, pero no contestó. Sólo condujo unos cinco minutos más y se estacionó en una especie de barranco con una vista preciosa de la ciudad de Nueva York. Melissa observó maravillada el lugar y cuando se volteó, vio a su novio con una canasta de picnic y una manta en sus brazos.

—Pensé que quizá podríamos relajarnos hoy. —La besó de forma dulce—. Preparé sándwiches de pavo, tus favoritos.

Tendió la manta en el suelo y la invitó a sentarse.

Dennis era un ángel, que llegó a su vida para sanar sus antiguas y horribles heridas a causa de sus otras relaciones. Él que la hizo sentir mujer por primera vez, mostrándole que no todos los hombres son malos y que tal vez sí se puede volver a confiar.

—Mi mamá quiere que vengas a cenar. —Él tragó sonoramente—. ¿Qué pasa?

—¿Y si no les caigo bien?

Melissa dejó el sándwich a un lado y se subió a horcajadas de él. Dennis posó ambas manos en sus caderas acercándola más.

—Ellos te amarán… ¿Sabes por qué? —Dennis negó con la cabeza—. Eres el primer novio oficial que les presentaré, por lo que eres importante para mí y ellos estarán de acuerdo en todo lo que me haga feliz.

Dennis la besó sin perder más el tiempo. No recuerda cuando fue exactamente el día en que se dio cuenta que ya no podía sacarse a esa chica de la cabeza, pero si sabe que se alegra de haber seguido su corazón y haberla conquistado.

—Te amo, Lis —murmuró aun rozando sus labios.

Melissa arrugó la nariz al oír el apodo, pero finalmente le sonrío.

—También te amo, Den —correspondió y sus labios se volvieron a unir.


***


Cuando llegaron a su casa, los nervios de Dennis se veían desde lejos y el pobre parecía que en cualquier segundo iba a salir corriendo. Melissa lo calmó tomando su mano y asegurándole que todo iría bien, pero ya no estaba tan convencido.

Eran cerca de las seis cuando entraron a la casa, Jules fue una gran anfitriona con su yerno y lo abrazó como si le conociera de toda la vida. El padre de Melissa por otro lado, sólo le ofreció un fuerte apretón de manos y le dio la bienvenida a la familia Lewis. Jack apareció corriendo a saludar a su hermana y miró al nuevo integrante con cara de pocos amigos, al parecer alguien si estaba celoso.

—Jack él es Dennis —Melissa se agachó a su altura—. Es mi novio.

La cara del pequeño se desfiguró.

—No puedes tener novio —replicó—. Sólo yo decido eso.

Dennis sonrió al oír las posesivas palabras de su cuñadito.

—Creo que nos llevaremos bien —dijo Dennis y el pequeño lo miró mal—. Te prometo que cuidaré a Melissa de la misma forma que lo has hecho —aseguró Dennis poniéndose a su altura.

—No —el pequeño volvió a negarse y su cuñado lo miró confundido—. La cuidarás más de lo que yo lo hice.

Melissa sonrió al oír esas palabras y Dennis asintió chocando su puño con él.

Todo iría bien a partir de ahora y Melissa sólo quería eso. Se sentía plena y completa como nunca antes.

Sacó su móvil y aún no obtenía respuestas de Delia, la llamó tres veces y el buzón de voz la recibió en cada una de ellas. La mejor opción que se le cruzó en el momento fue llamar a Mike, estaba preocupada y luego de lo que le sucedió a su mejor amiga en la calle con ese asalto, Delia le prometió que siempre le mantendría al tanto con un mensaje. Pero hoy no le escribió y tampoco le respondió. Ese presentimiento que había sentido en la mañana se presentó nuevamente en su pecho y sin más rodeos marcó el número de Mike.


***


Mike

Para Mike la vida siempre había sido buena, sus padres lo educaron con amor y gentileza, le inculcaron los mismos valores que a su hermano John. Respeta sí exiges respeto, algo simple y complicado a la vez, uno no quiere admitir que cometió un error y disculparse, pero aun así se espera que la otra persona lo haga. Todos debemos tropezar y golpearnos en algún momento, porque con cada caída nos hacemos fuertes y reconocer esa fuerza nos hace humanos.

Eso pasó cuando perdió a su padre debido al cáncer, aún recuerda lo que sufrió a sus doce años cuando tomó por última vez la mano del hombre que le dio todo y se despidió.

Su madre en cambio, no pudo seguir adelante sin él, poco a poco se fue enfermando y un día simplemente no despertó. Los doctores dijeron que su muerte fue producto de una depresión grave, tomó pastillas de más y nos dejó. John con quince años sacó adelante a su única familia: Mike.

Parecía todo injusto, pero la vida se las arregló para darles un futuro mejor, jamás se permitieron dejar de estudiar y cuando John se fue a la Universidad él se sintió más sólo que nunca a pesar de la compañía de su abuela, la única interesada en cuidar de ellos luego de la tragedia familiar.

En la preparatoria no eran malos con él, puesto que siempre tuvo una apariencia robusta y ruda, un buen mecanismo de defensa solía decir su padre y vaya que lo era. Un día usó su poder para el bien y defendió a la chica nueva de alguien que le había tocado el trasero, no era su primera pelea, aunque sintió que por fin una valió la pena.

Luego de pasar la tarde en detención, salió por la puerta y ella lo estaba esperando con una dulce sonrisa, la más hermosa que jamás había visto. ¿Cómo sabes cuándo estás enamorado? Pues si su sonrisa es lo suficientemente poderosa para hipnotizar lo más profundo de tu corazón… estás enamorado. Kate y Mike se volvieron inseparables e incluso cuando su destino los llevó por distintos caminos a la hora de ir a la Universidad, sé volvieron a reencontrar, se casaron y comenzaron con la idea de planear una familia. A sus inicios el trabajo de ambos les quitaba tiempo de más, ella como agente de bienes raíces y él en sus primeros pasos como detective en el FBI. Terminaban muy cansados al final del día y decidieron aguardar para tener hijos.

Mike no debió esperar demasiado… Kate fue asesinada por un ajuste de cuentas en manos de un maldito que trabajaba para un narcotraficante que él encerró. El dolor que sintió al perder a la mujer de su vida fue peor que cualquier otro, el sufrimiento por la pérdida de sus padres se quedaba pequeño al lado de ese dolor. Le habían arrebatado a su otra mitad y tal parece que es cierto cuando dicen que si pierdes el amor de tu vida, el mismo, se lleva un pedazo de tu alma consigo y no hay peor dolor que dejar ir a tu alma gemela.

Sólo John pudo consolarlo lo suficiente, sentía un vacío que creía que jamás iba a llenar, pero cuando nació su sobrina algo revivió dentro de Mike. Esa pequeña niña de ojos azules como el cielo y sonrisa de ángel le iluminó su vida de una forma que no creía posible.

Lamentablemente y por culpa suya otra vez, su hermano también lo dejó demasiado pronto junto con su cuñada Jess. De nuevo y como si el castigo no hubiera sido suficiente ya, el mundo se le vino abajo y decidió que ya no quería seguir con su vida. Esa noche llegó a su casa con un objetivo, no volver a levantarse en la mañana. Revisó el teléfono como de costumbre y un mensaje de voz salió:

Buenas tardes, soy Carl Dickerson, abogado del señor John y Jess Hart, este mensaje es para Mike Hart con el objetivo de discutir el testamento de su hermano. Lo espero en mi oficina mañana al mediodía, la dirección será enviada por correo electrónico, lo espero.

El mensaje fue claro y preciso, sentía curiosidad por el testamento de su hermano. Su sobrina había sido designada a un hogar para niños y no le dieron ni la posibilidad de despedirse, ya no tenía nada.

Pidió el día en el trabajo y se reunió con el Sr. Dickerson. El abogado en cuestión le ofreció sus condolencias y se puso a leer el testamento con su típica vos monótona de abogado.

“… dejo en poder de mi único hermano mi casa, mis bienes en general…” puras cosas materiales que le importaban un bledo “… y lo más importante para mí, le otorgo la patria potestad total de mi hija Delia Hart Brown, mi mayor valor y sé que él entenderá que la familia es todo lo que tenemos”

Sólo eso. El motivo de seguir adelante estaba puesto en una pequeña de tres años que sólo lo tenía a él y viceversa. Jamás le fallaría a Delia, era lo único importante que le quedaba. Esa tarde, juró a su hermano y ante sí mismo que ella siempre estaría a salvo.

Comenzó desde cero, pidió traslado en el trabajo para la ciudad de Nueva York y se mudó inmediatamente. A medida que la pequeña crecía su miedo aumentaba, no quería que se la arrebatasen de repente por lo que la inscribió en cada curso de lucha y defensa personal que se le cruzó. Ella no iba a pasar lo mismo que su familia, iba a criar a Delia de manera ajena a su pasado y por supuesto ella jamás sabrá como murieron sus padres porque de ser así nunca lo perdonaría.

Para Mike le resulta difícil creer como han cambiado las cosas, que Delia sepa la verdad de su trabajo nunca fue parte del plan y mucho menos que trabajara con ellos, pero todo acabó ya. Había un nuevo objetivo ahora y era protegerla, ante todo.

—¿En qué piensas?

Cassie entró en la oficina con una sonrisa, ella tenía un poder similar al de Kate y por eso le gustaba tanto.

—En lo mucho que pasé para proteger a Delia y al final lo terminé arruinando —admitió.
Mike se levantó de su escritorio y se quedó parado mirando por la ventana.

—No lo arruinaste. —Ella tomó su mano y Mike la miró a los ojos—. La verdad no hace daño como la gente cree, es más, me apuesto todo a que libera a las personas justo como lo necesitan. A Delia no le dolió que le cuentes la verdad, sino que se la ocultaras, porque en el fondo ella quería sentirse parte de tu vida. Tú eres su única familia y ambos están mejor ahora, lo sé.

Cassie sonrió y acarició su mejilla, Mike le dio un beso corto y dulce en los labios. Hace casi dos semanas que estaban saliendo y aunque no se lo había contado a Delia, sabía bien que a ella le agradaría la idea.

—Gracias por apoyarme en todo esto. —Ella asintió y lo abrazó.

El teléfono de Mike sonó sobre su escritorio interrumpiendo el momento. Le resultó extraño ver el nombre de Melissa en la pantalla, pero Delia está con ella así que dejó la preocupación a un lado y contestó.

Gracias a todos por leer y por la paciencia, espero que les guste este lado de la historia, quise darle algo de protagonismo a los personajes mayormente cerca de Delia y sé que todos se mueren por saber como continua esto, pronto subiré el siguiente capítulo 🤗 estén atentos 😊 Gracias por el apoyo 💖...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora