Capítulo 65

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Cierro la puerta a mis espaldas una vez en casa, cuando la noche se hizo presente, Melissa no tuvo más remedio que dejarme ir ya que mañana es día de clases.

El interrogatorio fue de lo más incómodo, por lo que sólo le hice saber que si pasó y que su mejor amiga ya no es virgen. Sentía algo extraño dentro de mí que me quitaba la calma, no había recibido textos durante mi increíble fin de semana y no puedo evitar pensar en que esta es la famosa calma antes de la tormenta.

Caminé hacia la cocina y encuentro a John sentado en uno de los banquillos de la cocina, tomando una taza de café.

—Hola papá.

Las palabras salen sin ser procesadas por mi cerebro antes y ambos nos damos cuenta de eso. Su cabeza gira tan rápido hacia mí que me sorprendió que no siguiera su curso dando una vuelta completa. Se veía extraño, algo en sus ojos pasaba, es como si estuviera agotado internamente, pero… ¿De qué?

—Hola… —susurra. Puedo notar en su voz la emoción. No quería discutir por esto así que lo dicho… dicho está.

—¿Mike? —pregunto abriendo la nevera para buscar quién sabe qué cosa.

John se aclara la garganta y le da otro sorbo a su café.

—Frank lo llamó, al parecer tenía algo importante que decirle y salió volando hacia allá ——explica de forma nerviosa y eso me pone de los nervios a mí.

—¿Se sabe algo de los mensajes? —pregunto mientras ocupo un lugar frente a él en la mesa de la cocina.

—No lo sé, no me han comentado nada aún. Estoy en la misma incertidumbre —sentencia.

Asentí mirando un punto fijo en la mesa y de pronto un silencio extraño se planta entre nosotros. La pierna de John no deja de rebotar debajo de la mesa y eso hizo que me dé cuenta de que enserio oculta algo. Antes de darme tiempo de preguntar, la puerta se abre dejando entrar a mi tío y su compañero.

—Delia —me saluda con una pequeña sonrisa que le correspondí—. ¿Cómo estuvo la fiesta?

Me atoro con mi propia saliva al escuchar esa pregunta y Mike corre a darme pequeños golpes en la espalda.

—Estoy bien, la fiesta estuvo genial. ¿Alguna noticia? —cuestiono cambiando rápido de tema.

—Es una mujer —anuncia Frank.

La taza que sostenía mi padre entre sus dedos cae al suelo provocando un estruendo en la cocina.

—¿Cómo lo saben? —pregunta hablando rápido e incluso asustado.

—Bueno, rastreando los números telefónicos no obtuvimos mucho, pero llegamos a un acuerdo con la empresa telefónica que le vende las líneas y todas están dirigidas a una mujer. Es todo lo que nos dijo el gerente, puesto que debe proteger la identidad de sus clientes y bla…, bla…, bla…

Frank voltea los ojos, esto no tiene sentido. ¿Una mujer? Creí que Snyder sólo tenía un hermano… quizá sea alguna otra pariente loca buscando venganza, pero de igual manera hay algo que no encaja y nuestro trabajo es averiguar qué es.

—¿Dónde está Cassie? —pregunto luego de unos minutos de silencio.

—Fue a visitar a su madre junto con Mary —explica Mike para luego ponerse a juntar los vidrios rotos de la taza que mi padre dejó caer—. ¿Todo bien hermano?

Mi tío parece sentir la misma vibra extraña que yo.

—Estoy bien, debo irme. Te llamo luego.

Le da una palmada en el hombro a Mike para luego acercarse a mí y darme un beso en la frente, algo anda muy mal aquí. No recibo muestras de afecto de John tan seguido, puede que sea un poco reacia con respecto a nuestra relación, pero jamás le prohibí que me dé un abrazo o un beso fraternal. Esta vez es extraño porque sentí dentro de mí que nada iba a ser igual después de hoy.

—¿Te veo mañana?

Miro al hombre que me dio la vida a los ojos y veo las emociones cruzar en ellos.

—Claro, pequeña.

Me regala una sonrisa para luego darse media vuelta y desaparecer por el pasillo hacia la salida. El ruido de la puerta cerrarse nos hace saltar en nuestro lugar. Mi tío deja salir un largo y entrecortado suspiro de cansancio.

—¿Lo notaron verdad? —Frank pregunta y ambos lo miramos con temor a contestar—. Algo esconde.


***


Caigo rendida en mi cama luego de tomar una relajante ducha, es una lástima que no vuelva a disfrutar de un baño normal luego de haber compartido esa experiencia íntima con Scott. El calor asciende en mi cuerpo mientras los recuerdos inundaban mi mente.

Sus labios sobre los míos moviéndose de manera sensual y sus caderas chocando, buscando contacto con mi cuerpo. Sus largos dedos acariciando mi piel y las palabras sucias susurradas en mi oído, todo él es un ángel perfecto, o como él lo definiría… Un Dios.

Tomo el teléfono con la esperanza de ver su nombre en la pantalla, pero no había nada en él. Cierro los ojos dispuesta a rendirme al sueño cuando el ruido en mi ventana me hace saltar de la cama. Me apresuro en tomar la lámpara como arma y cuando el intruso pudo abrirla, entra sin problema alguno, pues claramente está acostumbrado.

—¿Pensabas golpearme con eso? —Una sonrisa ladeada aparece en su rostro—. Nada mal, Diana.

Toma la lámpara dejándola en su lugar y trato de controlar mi cuerpo cuando se detiene nuevamente frente a mí. Si supiera lo que estuve pensando hace menos de cinco minutos.

—¿Qué haces aquí?

Presiona sus labios en los míos en modo de respuesta y gimo ante el contacto, provocando lo mismo de su parte.

—Supongo que extraño dormir contigo —dijo besando mis mejillas hasta llegar a mi cuello—. ¿No tienes problema verdad?

Sus dientes arañan mi clavícula y un gemido más fuerte atraviesa mi garganta. Cubro mi boca de forma inmediata, rezando para que Mike no me haya escuchado.

—Ningún problema —digo luego de unos segundos, intentando tranquilizar mis hormonas.

Scott se separa por un instante y me mira de la cabeza a los pies mordiendo su labio inferior. Por primera vez me siento sexi sólo con mi pijama que consiste en unos pantalones cortos y una camiseta suelta. Mi cabello húmedo descansa en forma de moño desordenado sobre mi cabeza y unos calcetines gruesos cubren mis pies. Extraño, lo sé, pero me gusta dormir con mis pies calientes.

—Me vas a matar —dice acercándose de nuevo—, pero prometo comportarme bien ésta noche. —Roza sus dientes en mi oreja y siento los bellos de mi nuca erizarse—. A no ser que me pidas lo contrario.

Gimo involuntariamente ante sus palabras y mis dedos envuelven su cabello con fuerza. Debemos parar porque llamar la atención de Mike en estos momentos es lo último que queremos.

—Aunque no quiera, debes comportarte, siempre y cuando quieras salir vivo de aquí —bromeo provocando una pequeña risa de su parte.

—Siendo honesto, me va a costar no dormir a tu lado a partir de ahora.

Luego de esa mini confesión, sé da media vuelta y se quita la camiseta. Lo miro completamente embobada. Va a ser una larga noche.

Nuevamente disculpas por la demora, la semana se me hizo larga y apenas tuve tiempo de escribir 😭 espero que les guste y muchas gracias por leer❤...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora