Capítulo 74 - Final - Última parte

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Scott


Mierda.

Esto es la puta gloria. Cuando me pidió que parara el auto, esto es lo último que se me pasó por la cabeza entre todas las situaciones. Me encanta cuando está así, no dolida ni sufriendo por la mierda de su madre, me gusta cuando se decide por lo que quiere y va por ello.

—Diana… —murmuro contra sus carnosos labios. En respuesta mueve sus caderas para estar lo más cerca posible de mí—. ¿Estás segura?

—Muy segura.

Muerdo con fuerza mi labio inferior para luego besarla nuevamente. No me importa si estoy en un puto estacionamiento a plena luz del día, pero de igual forma me separo de ella para inspeccionar el lugar en busca de algún espectador. No me voy a arriesgar a que otro vea a mi chica en este momento de lujuria pura, si me desea le daré todo lo que quiera.

Subo su vestido mientras me deleito acariciando la suave piel de sus muslos, es preciosa y jodidamente sexi… Es increíble que sea mía. No tenemos mucho tiempo, aunque sé que no voy a durar mucho si se sigue frotando de esa forma contra mí. De un movimiento le bajé las bragas de algodón, mientras mis labios comen su cuello.

—Scott…

Sus gemidos se mezclan con mi respiración errática. Carajo, creo que nunca me había puesto tan duro como lo estoy ahora. Mis dedos se hunden en ella sin piedad y disfruto la calidez con la que siempre me recibe.

—¡Dios!

Su espalda se arquea por completo y el calor se triplica por mil en el auto.

—Siempre estás lista para mí.

Mis palabras surten el efecto deseado cuando grita mi nombre. Me fascina la idea saber que soy el único que la ha hecho sentir así. Sin dar más vueltas me bajo el pantalón, listo para hacerla mía. Sus labios acarician los míos nuevamente mientras con más lentitud de la necesaria la ayudo a descender hasta llenarla por completo.

—¡Scott!

Sus manos se aferran a mi cabello y comienzo a bombear dentro y fuera de su cuerpo. Ella se mueve de una manera lenta y tortuosa que hace que pierda la razón.

—Dios… Se siente tan diferente…

Entonces caigo. Freno mis movimientos en cuanto me doy cuenta que no llevo el maldito condón.

—¿Qué pasa? —pregunta intentando reanudar sus movimientos.

—No tengo un condón.

Dejo caer la cabeza con frustración. Se siente de maravilla sentir su calidez sin ninguna barrera, pero hacerle un bebé no es parte del plan, al menos no por ahora.

—Por favor…

Es oficial, quiere acabar conmigo.

—Mierda nena, sabes que quiero hacértelo hasta perder la puta razón, pero dejarte embarazada no es parte de nuestros planes.

Gime decepcionada cuando salgo de ella, pero no le doy tiempo para que se levante las bragas cuando hundo mis dedos en su interior otra vez.
—Eso no significa que no te vaya a hacer sentir bien.

Ella deja caer su cabeza en mi hombro mientras se mueve contra mí mano, me está volviendo loco y de pronto la idea de hacerlo sin condón ya no me parece tan arriesgada. Borro el último pensamiento y me concentro en cómo se tensa encima de mí.

—Mierda…

Su aliento se atasca y pone los ojos en blanco, está para devorarla en este mismo instante.

—Vente para mí Diana —gruño y muerdo su cuello sin piedad—. Cuando llegue a casa te haré mía sin ninguna interrupción —le prometo.

Con esas palabras se libera de toda la tensión que tenía acumulada dejando que pequeños espasmos la recorran por completo. Nos quedamos sentados en silencio unos minutos mientras mi mano acariciaba su espalda, me gustaría quedarme así eternamente, pero hay un juicio al que debemos volver.


Delia


Terminamos pidiendo dos cafés negros y unas rosquillas para llevar, puesto que mi momento de debilidad en el auto nos quitó más tiempo del que teníamos, aunque si me dieran a elegir entre ir a la cafetería o Scott… Me volvería caníbal.

—¿En qué piensas?

Muerdo mi labio mientras lanzo lejos mis pensamientos pecaminosos. ¿Cuándo me volví así?

—En la decisión que se va a tomar, no puedo evitar imaginar cientos de escenarios, aunque sólo haya dos posibles.

Scott me aprieta el muslo mientras sigue conduciendo.

—No te comas la cabeza, Diana. Sea culpable o inocente, nos vamos a asegurar de usar todos los medios legales para que se aleje.

Lo miro por un segundo sin dar crédito a lo que dice, no me había planteado la opción de que la declaren inocente. En mi cabeza era una condena o la muerte, aunque la segunda opción parezca poco probable no pude evitar pensarlo.

No digo más nada mientras volvemos al juzgado, no pueden declararla inocente. Las acusaciones de su abogado de oficio no tenían ni pies ni cabeza y realmente no creo que el jurado se crea todos esos disparates. Alguien, no… Ella tiene que pagar.

La herida que casi provoca la muerte de Frank, la muerte de mi padre y seguramente otros tipos de crímenes atroces, son sólo algunas cosas que deberían encerrarla de por vida. Que los Dioses me ayuden para que sea así.

La jueza hizo acto de presencia como siempre, cuando ya estábamos todos en la sala esperando. Los nervios se presentan en mi estómago de nuevo y literalmente siento como el desayuno rápido sube de nuevo hasta presentarse en mi garganta.

—Buenas tardes, retomamos la sesión nuevamente. Les recuerdo que este es un juicio por intento de homicidio, tráfico de drogas y secuestro de una civil. El jurado tomó una decisión la cual será comunicada en unos instantes.

Todos nos sentamos cuando termina de hablar. Al parecer el jurado discutía entre susurros y se podía notar que no estaban todos de acuerdo con la decisión y yo siento que me estoy muriendo aquí sentada. De pronto un hombre de barba larga y anteojos demasiado grandes para su rostro, se pone de pie y aclara su garganta.

—La decisión está tomada, su señoría. —dice el hombre.
Su voz es áspera como si se hubiera pasado su vida fumando. Un hábito realmente asqueroso y poco sano, me alegra saber que Scott está intentando dejarlo por mí. Aún puedo recordar cuando me lo dijo.



Scott iba y venía por el pasillo de la universidad, mientras yo lo observaba sentada en la banca comiendo una manzana.

—¿Puedes relajarte?

Hago todo un esfuerzo para no reírme. La verdad es que se ve adorable cuando está nervioso y la vista no está nada mal. Tiene puesta una camisa blanca para variar y sus clásicos jeans rasgados… no podría dejar de verlo, aunque quisiera.

—No, ya se están tardando demasiado.

Comienza a morderse las uñas. Arrojo el carozo de la fruta al cesto de basura que estaba a mi lado y me acerco a él.

—El examen saldrá bien, Scott. Estudiaste toda la semana y es el último. Deja tus uñas ya —digo apartándole la mano de la boca.

—Lo siento, me está costando. —Lo miro ceñuda por lo que continua—. El cigarrillo.

—¿Lo has dejado…?

Me quedo pasmada. No lo había visto fumar últimamente pero no pensé que lo hubiera dejado.

—Lo estoy intentando, ya sabes, me contaste que el humo te hace mal y yo… Yo quiero hacer las cosas bien.

Su lengua sale para remojar sus labios rosados. ¿Puede ser más perfecto? Mi asma ha estado dormida por años, pero sé lo que puede despertarla y el humo es una de las principales causas. Además, es lo mejor que pude haber oído, su salud es muy importante para mí y sé que el maldito cigarrillo solo hace un mal en este mundo.

—No tenía idea.

Enredo mis dedos en su cabello para atraerlo hacia mí, sus brazos fuertes envolvieron mi cintura acercando nuestros cuerpos lo más posible.

—Haría lo que sea por ti, Diana —dice con un suave susurro.

Roza sus labios con los míos de una manera tan delicada que me hace derretirme en sus brazos. Me enamoré de la persona correcta.


Lo miro a mi lado, sosteniendo mi mano con el mismo nerviosismo que aquel día y vuelvo a dar gracias mentalmente por estar aquí apoyándome como lo hice yo en su momento.

Mi mente se vuelve a centrar en el aquí y ahora cuando veo que le entregaban la resolución escrita a la jueza.

Ahora termina todo y lo puedo sentir.

—Muy bien, el jurado decidió lo siguiente…



Antes de que se vuelvan todos locos. Ya lo sé. ¿Cómo pudo haber terminado así? Bueno he de decirles que tampoco fue mi idea. Literalmente estaba escribiendo y cuando puse la última frase, frené y no pude seguir. Siempre pensé que iba a ser difícil darle un final a la historia, pues debe ser épico y hacer que te sientas conforme. Los finales felices no paraban de llegar a mi cabeza, pero ninguno me convenció lo suficiente. Simplemente supe que ese era el final en cuanto puse el último punto suspensivo y una sonrisa enorme apareció en mi cara cuando lo hice. Asumo que así se sienten los grandes escritores como Itssamleon o MercedesRonn cuando lo sienten porque cuando empecé a escribir Un Pequeño Cambio De Planes hace dos años, jamás pensé en cómo terminaría o si lo haría alguna vez. Gracias por motivarme a hacerlo con sus votos y comentarios, escribir para mí es como salir de la realidad de cada día, a veces los problemas de uno son demasiado grandes y escribir me ayudó a superarlos.
Les aclaro que habrá un epílogo porque sé que ni yo misma podría vivir si no lo hago, pero debo pensar en eso aún así que les pido paciencia y que no se vayan 😅 tengo pensado en un extra también, en donde Delia conoce a la familia de Scott, pero es solo una idea. Leo sus opiniones como siempre y espero que tengan una linda semana o mejor aún... una linda vida ❤...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora