Capítulo 27

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Es martes por la mañana y una extraña calma rodea la casa. Estoy sentada en la cocina tomando una humeante taza de café y mirando mi Instagram. Es inútil y nada puede distraerme de la realidad en la que estoy. Me gusta un criminal al cual le he dedicado aproximadamente un mes de puro trabajo para poder probar sus delitos, en dicho mes empecé a salir con uno de sus mejores amigos el cual terminó siendo peor que cualquiera. Me peleé con mi mejor amiga por una confusión con otro chico. Me golpeó hasta dejarme inconsciente un extraño que en mi opinión trabaja para el mayor narcotraficante de la ciudad y para rematar esto, todo fue en vano, porque estoy fuera del maldito caso.

Sé que fue difícil para Mike encontrarme en esa situación, él juró protegerme y yo sé más que nadie que esa siempre será su intención. Agradezco todo lo que hace por mí, pero es mi decisión ahora, pienso tomar el toro por los cuernos y probar ante todos que puedo con todo esto. Delia Hart no caerá ante la primera batalla.

—Buenos días. —Me sobresalta la voz de Frank.

—¿Qué hay de bueno? —gruño de mala gana.

Estoy molesta con Mike, pero también con Frank porque sé que él no se opuso cuando mi tío me sacó del caso en un abrir y cerrar de ojos.

—Delia yo no tuve nada que ver —dice de forma tranquila y se sirve una taza de café.

—No mientas, Mike me dijo que fue idea de los dos.
Él suelta una risotada mientras niega con la cabeza.

—Claro que no, sabes que fui uno de los que peleó por tenerte en el caso. No iba a estar de acuerdo en que te saquen por el primer tropiezo —explica. Bueno eso tiene sentido.

—De cualquier forma, ya no se puede hacer nada. —Bebo un sorbo de café y suspiro con pesadez.

—¿Estás segura? —Frank sonríe con complicidad.

—¿Qué estás insinuando?

—Sólo digo que Mike no tiene que saber nada y que estaré más que feliz de que me informes todo lo sucedido a mi —Frank informa tranquilamente, como si fuera tan sencillo.

—No lo sé, ¿Qué pasará si mi tío se entera?

No sé si quiero tantos problemas a la vez, ya es suficiente con ocultar todo de Melissa y ahora también hay que hacerlo con Mike.

—Confía en mi Delia, nunca estuvimos tan cerca de no ser por ti. —Sonrío ligeramente al oír esas palabras—. ¿Qué dices?

—Sí, sabes que lo haré. —Él sonrió—. Gracias Frank.

—Es un placer.

Ambos continuamos desayunando y cuando Mike se despierta, nos acompaña, completamente ajeno a mi previa conversación con Frank.


***


Sólo una pequeña marca había quedado en mi mejilla luego de una semana del ataque. Melissa vino a verme todos los días y practicó diferentes tipos de maquillaje en mí, para que, de esta manera, al regresar a clase, los únicos indicios de lo que me pasó serán internos. Mi costilla está mejorando, aunque no puedo hacer ningún tipo de esfuerzo aún y es terriblemente molesto.
Peter me llamó unas tres veces y decidí que no tenía caso seguir ignorándolo por lo que hablamos un buen rato en donde me hizo saber que tan arrepentido estaba por nuestro último encuentro. No sé nada de Scott y eso sin duda me decepciona más que el intento de abuso de Peter y odio sentirme así, tan dependiente de una persona que no es buena para mí.

Nuestra rutina normal antes de ir a clase había comenzado como siempre en Starbucks y luego de saludar a Johnny, a quien ya consideraba un amigo, partimos hacia la Universidad.

—Entonces decidí darle una oportunidad a Dennis —dice por fin Melissa.

Sonrío al oír eso, sé que Mel está ansiosa por eso y luego de oír su larga lista de pros y contras de salir con Dennis, me alegra saber que se quiere arriesgar e intentar.

—Me parece bien por ti Mel, siempre y cuando no cambies nuestros planes por él —bromeo con respecto a nuestra pelea por chicos.

—¡Por supuesto que no! —exclama ofendida—. Tú estuviste para mi cuando nadie más lo estuvo y yo no permitiré que ningún chico se interponga en eso.

—Gracias Mel.

Nos abrazamos. Nuestra relación es lo más importante para mí y tendré en cuenta todo esto que ella me dijo antes de involucrarme sentimentalmente con alguien.

Cuando llega la hora del almuerzo tengo los nervios a flor de piel y mi pierna no deja de rebotar bajo la mesa. Mel habla animadamente con Dennis y es algo lindo de observar, tienen una química innegable.

—¿Todo bien? —pregunta mi amiga.

Desvío la mirada hacia mi plato de pasta y asiento, pero Mel me conoce demasiado para saber que estoy en el borde de una crisis.

—Sí —le aseguro.

En ese momento alguien se sienta a mi lado, pero tengo miedo de ver de quien se trata.

—Hola.

Su voz se infiltra en lo más profundo de mí ser y un suspiro abandona mis labios.

—Hola. —Le regalo una pequeña sonrisa.

—Me preguntaba sí quizá… —Duda un poco, pero prosigue—: ¿Te gustaría venir a ver el partido más tarde?

Me lo pienso un momento, Peter en serio se ve arrepentido y creo que quiero darle una oportunidad.

—Claro, será divertido.

Le regalo mi mejor sonrisa, aunque siento que no es la más honesta de todas.

—¡Genial! —exclama contento—. Le vamos a patear el culo a Chicago —bromea y Dennis ríe.

—Por supuesto que sí, además… —Pasa un brazo por encima de los hombros de Mel—. Tengo a mi mejor porrista para hacerme compañía.

Ella lo besa tímidamente, parece que las cosas van a caminar bien.


***


Le mentí a Mike y me arrepiento de eso, pero es por una buena causa. El partido de fútbol es a las siete y luego me quedaré en casa de Melissa. Claramente le dije a mi tío solamente el último paso de mi itinerario, aunque no puso mucha resistencia ya que me pidió que le envíe un mensaje cada una hora para garantizar que estoy bien.

Estamos en las gradas con Mel y hace un poco de frío. Tengo puesto unos clásicos jeans con un abrigado suéter negro y un gorro de lana a juego, pero a pesar de todo puedo sentir el frío calarse en mi cuerpo. No entiendo como las porristas no se congelan con esas mini faldas que usan, me da hipotermia sólo verlas.

—¡Creo que ya van a salir! —Melissa grita por encima de la euforia que hay en las gradas.

Todos salieron en fila corriendo, las porristas comenzaron su rutina en donde se veía más ropa interior que baile y Rebecca Minnette dominaba muy bien esa parte. Los chicos se sacaron los cascos para saludar a los locos estudiantes de la NYU y cuando todos estuvieron descubiertos lo reconocí. Scott King sonreía a todos los fanáticos y de pronto su mirada cae en mí, no puedo evitar sonreír como tonta, me tiene flechada y recién ahora me había dado cuenta.

Algo pasó y mi sonrisa se borra al segundo de aparecer. Rebecca cruza la mitad del campo y sin perder ni un solo segundo de protagonismo, lo besa. Mi corazón se contrae al notar que Scott le corresponde el maldito beso y cuando terminan su espectáculo, el estadio explota en aplausos y gritos.

—¡Parece que hay mucho amor en el aire! —grita el anfitrión.

No me quedo a oír el resto de lo que tiene que decir. Escucho a Melissa gritar mi nombre y no me importa porque tengo que salir de aquí.

Maldita Rebecca 🙊 Gracias por leer🔥 Se pone cada vez mejor❤ los leo...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora