Capítulo 49

595 70 16
                                    

Llego a casa muerta del cansancio, me está costando un poco adaptarme al estudio ahora que mi vida es normal de nuevo, pero no pienso renunciar a mi carrera ahora. A pesar de que sentía todo más emocionante con toda la acción de antes, tengo que resignarme y volver a los números.

—Ya estoy en casa —anuncio cerrando la puerta.

Son casi las tres de la tarde y normalmente Cassie y Mary ya están aquí a estas horas. Cuando Mike me dijo que ellas vendrían a vivir con nosotros me alegré mucho por él, creo que es su momento de ser feliz y por como sonríe cada día estoy más que segura que lo está logrando.

—Hola, Delia.

Escucho la voz de Cassie desde la cocina y entro. Mary está sentada leyendo un libro de fantasía mientras su madre pone algo en el horno.

—¿Es un pastel? —pregunto emocionada.

Obviamente nunca tuve pasteles al llegar del colegio, Mike es un pésimo cocinero por lo que pude darme esos gustos cuando cumplí mis catorce años y empecé a experimentar en la cocina. Luego de eso la cena siempre corrió por mi cuenta.

—De chocolate, Mike me dijo que es tu favorito.

Asiento con una sonrisa y me siento junto a Mary.

—Es mi favorito también —dice la pequeña con una sonrisa.

—Bueno es una coincidencia. ¿Qué lees? —cuestiono ojeando su libro.

—Las crónicas de Narnia —contesta sin despegar la vista de la historia.

—Le encantan esos libros —comenta Cassandra mientras me sirve una taza de café.

—También son buenas las películas —argumenta la pequeña.

—Oh, estoy de acuerdo con eso. —Las tres compartimos una risita—. ¿Mike? —pregunto dándole un sorbo al delicioso café.

—Sigue en el cuartel, me dijo que John vendrá con él luego del trabajo.

Asiento nuevamente. Mi relación con mi padre por ahora está bastante extraña, viene prácticamente todos los días y hablamos como si fuera lo más normal, pero luego siento que todavía es una alucinación mía y que él no es real. Es por eso que creo que va a ser así siempre, aunque en el fondo de mi corazón espero que no y tengo la esperanza de llegar a casa, verlo ahí y no sentirme incómoda por eso.

—Bueno, tengo una cita ésta noche —le digo en respuesta y veo su rostro iluminarse.

—¿Con Scott? —digo que sí con la cabeza—. Me alegro mucho Lía, él me agrada. —Me guiña el ojo—. A Mike no.

Ella ríe, pero yo no.

—Sé que no le agrada, pero no entiendo por qué.

Internamente busco una respuesta para mi pregunta, pero nada llega.

—Es porque sabe que estás enamorada de él y que tienes la edad suficiente para dejarlo —me informa Cassandra.

Nunca había dicho que estoy enamorada de Scott en voz alta, supongo que no había querido admitirlo y aun así los demás lo dedujeron con sólo verme cerca de él.

—¿Te irás con tu novio? —Mary quita la vista del libro sólo para preguntar eso.

—Scott no es mi novio —aclaro—. Y no me iré.

—¿Cómo le dices a la persona con quien te besas en la boca? —pregunta nuevamente la pequeña.

Bueno en eso tiene razón, pero Scott no me lo ha propuesto aún. Lo hizo sólo una vez y fue cuando estábamos en un duelo contra Peter, así que eso no lo tomo como algo válido.

—¡Mary! —replica su madre—. ¿Qué te he dicho de hacer preguntas que no son de tu incumbencia?

—Está bien —digo calmando la situación—. Scott no me ha pedido ser su novia aún, es complicado —añado mirando a mi nueva hermanita.

—Lo sé, espero no ser adolecente jamás.

No puedo evitar reír ante su comentario y Cassie se une a mí mientras abraza a su niña.

—Yo también espero eso así que no crezcas nunca. —Le hace cosquillas y la pequeña se carcajea con ganas.

—Ojalá y eso se pudiera evitar. —La voz de Mike nos sobresalta a las tres—. Mi flacucha es la prueba de que no se puede.

Se acerca y nos saluda a cada una, a su lado estaba John siguiendo sus pasos.

—Sentimental —murmuro volteando los ojos.

—¿De qué hablaban? —pregunta.

Toma una galleta del jarrón y Mary estira sus manitas para que Mike le dé una también.

—Delia tiene una cita.

Mary y su gran bocaza. A Mike se le cae dicha galleta.

—No ha venido a pedirme permiso —dice con seriedad.

—Wow, ¿en qué siglo vives? —bromea John y no puedo evitar reír—. La invitó a salir, no le pidió matrimonio —agrega divertido.

—¿La estás apoyando? —espeta enojado.

—Tío, es mi decisión no la tuya. —Me estoy cansando un poco de que trate así a Scott—. Saldré ésta noche y no te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando.

Me levanto de la mesa y me voy directamente a mi habitación.

—Debes dejar de ser tan duro con ella, cielo.

Escucho que Cassie le dice al terco de mi tío, pero no me quedo para oír su respuesta. Cierro la puerta de mi cuarto y llamo a Melissa, faltan menos de cuatro horas para mi cita con Scott y necesito ayuda.

—Hola…

Se escucha del otro lado de la línea y además podía sentir como una especie de jadeo.

—¿Hola?, ¿qué haces? —cuestiono con curiosidad mientras me tiro en la cama.

—Dennis se ha quedado dormido encima de mí, intento escapar —gruñe y me parto de risa—. No te burles, siempre queda muerto después del sexo… ¡Hombres! —exclama y me atoro con la estúpida risa.

—Ok. No quería tanto detalle —balbuceo borrando la imagen de Dennis aplastando a mi desnuda mejor amiga—. Llamé sólo para pedirte ayuda, no sé qué ponerme ésta noche para mi cita con Scott.

—Bueno, yo iría con una falda y esa blusa negra ajustada que te queda súper sexy —dice emocionada.

—Pero no sé a dónde me va a llevar —añado frustrada.

—De cualquier manera, la falda es lo indicado, tú elije con que lo combinarás.

Parece bastante lógico sin ser por algo.

—¿Por qué la falda sería lo indicado? —pregunto por fin.

—Porque es lo más fácil de quitar.

La oigo reír con fuerza y me tapo la cara con la almohada.

—Tenías que ser tú —replico con vergüenza.

—Tranquila estaba bromeando, tienes unas piernas preciosas, lúcelas. Cualquier cosa me llamas, intentaré moverme para ir al baño.

Sonrío mientras escucho como forcejea con Dennis una vez más.

—De acuerdo, gracias.

Cuelgo el teléfono y suspiro. Esto iba a ser más difícil de lo que pensé.


Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora