Las imágenes aparecen en mi cerebro inconsciente sin cesar, es como cuando estas a punto de caer en un sueño profundo y luchas por despertar. Así es exactamente como me siento, pues no tengo la fuerza para abrir los ojos y mi respiración es errática en este momento. La débil vibración me hace despertar para sentir solo una cosa: dolor.
Un jadeo entrecortado sale de mí cuando tomo el teléfono. Mis manos no dejan de temblar y cuando logro sostenerlo, el nombre de Scott brilla en la pantalla destrozada por la caída. Intento unas cinco veces deslizar mi dedo antes de por fin poder contestar.
—Diana, llevo diez minutos llamando, ¿dónde estás?
Mi mente no puede coordinar una respuesta, es más creo que no puede formular ni una palabra, por lo que un sollozo seguido de mi llanto descontrolado es lo único que pude emitir. Scott nota enseguida lo que había pasado y no deja de hacer preguntas.
—Se la llevaron… Scott se la llevaron.
Las lágrimas corren mis mejillas y no sé qué otra cosa decir. Miro a mi alrededor, es increíble que nadie haya visto nada, debe ser sin duda alguna la calle con menos personas en la que he estado.
—¡Diana!
—Ven por mí.
Pero no sabía dónde estaba así que cuelgo el teléfono y como puedo le envío mi ubicación.
El tiempo pasa lento, demasiado para lo que está pasando. Las lágrimas ya habían parado de fluir dejando mi rostro tirante y adolorido. No quiero ni puedo moverme y mi vista sigue clavada en un punto fijo en la calle, aunque sé que un auto frenó a pocos metros de mí.
—¡Delia! —La voz de Mike retumba en mis oídos, pero no podía verlo, no quería escucharlo.
—Está en shock… Diana mírame por favor. —Scott sostiene mis mejillas entre sus manos, intentando inútilmente que me fije en él—. Hay que llevarla al hospital.
Fue lo último que escuché antes de sentir que me levantaban del piso y me llevaban a cuestas. En el camino solo escuchaba palabras sueltas que no lograban llamar mi atención.
—¿Está herida? —Su voz me saca de mi ensimismamiento.
—Cassie… —susurro mirando a la mujer junto a mi tío. Sus ojos estaban rojos e hinchados, pero no había nada de rencor en ellos y antes de que pueda notarlo comienzo a llorar descontroladamente de nuevo—. Lo siento, yo… Yo hice lo que pude.
Mis manos cubren mi rostro y tengo la sensación de que voy a colapsar en cualquier segundo.
—Cálmate por favor.
El abrazo de Scott se aprieta más y su voz era apenas un susurro lleno de sentimiento. Siento como los latidos de mi corazón incrementan antes de que un mareo me domine y me lleve a otro sueño, o más bien… pesadilla.
Ella está ahí parada, en medio de la oscuridad y completamente frágil, mirándome fijamente mientras yo intento levantarme para llegar a su lado.
—Delia… —susurra su dulce voz.
Mi cuerpo responde a lo que mi cerebro exige y corro hasta caer de rodillas frente a ella. La abrazo con fuerza contra mí intentando protegerla de todo.
—Ya estoy aquí, Mary —afirmo acercándola más a mí, con temor a perderla—. Estas a salvo.
—Es tarde, Delia.
Me aparto lo suficiente para mirarla a la cara y descifrar a qué se refiere. Entonces veo la sangre, roja y espesa en su pecho, manchando su uniforme del colegio y quitándole la vida.
—No, no, no…
La desesperación se apodera de mí mientras ella cae en mis brazos. Sollozos de dolor salen por mi boca y mis manos intentan detener inútilmente la hemorragia.
—Delia…
Su voz se pierde con mi nombre, su último aliento fue hacia mí y yo no pude hacer nada. Los gritos desgarradores abandonan mi cuerpo. Esto no puede estar pasando, Mary era inocente y no merecía nada de esto por mi culpa. Lágrimas espesas cubren mis mejillas mientras lloro la muerte de mi pequeña hermana.
—Ahora es tu turno.
Una voz de mujer me hizo girar la cabeza lo suficiente para ver el cañón de la pistola directo en mi frente y antes de poder decir o ver algo más, aprieta el gatillo y acaba con todo.
—¡No! —exclamo abriendo los ojos.
La luz me encandila al instante y cuando logro adaptar mi vista a la habitación en la que estoy, noto en una milésima de segundo que es un hospital. La puerta se abre al segundo y Scott con un doctor, seguidos por Mike y Cassandra entran a toda velocidad.
—Delia, tranquila.
Mike es el primero en acercarse mientras el médico revisa los aparatos a los que estoy conectada.
—Mary… —comienzo a decir pero mis ojos se desvían hacia su madre.
—Cariño, no sabes cómo me siento por esto, pero sé muy bien que no fue tu culpa y que hiciste todo lo posible para que no se la llevaran…
La voz de Cassie se rompe con la última palabra y me desgarra un poco más por dentro.
—Pude haber hecho más —digo con un hilo de voz.
—Hiciste todo a tu alcance, Delia —interviene mi tío.
Simplemente asiento sin fuerzas para decir otra cosa, pero media hora más tarde el señor Charles Baker junto con Frank, se unen a la visita en el hospital para hacerme revivir el horrible encuentro.
—¿John?
La sorpresa en la voz de Frank y en los rostros de todos los presentes, me la esperaba absolutamente, pero eso sólo aumenta el dolor en mi pecho.
—¿John secuestró a Mary? —Cassandra nos saca a todos de nuestras cavilaciones.
Los ojos de Mike se posan en ella por un segundo y veo la vergüenza en ellos, y de cierto modo su lucha interna.
—Cariño, vamos a encontrarla.
Mi tío la abraza con fuerza y ella le corresponde el gesto.
—Hay que dejar descansar a Delia —dice Frank y todos asientes de acuerdo con él.
—Quiero unos minutos con ella —Scott habla y todos lo miran.
—Cinco —sentencia mi tío.
Todos salen de la habitación y cuando la puerta se cierra, la mano de Scott aprieta la mía.
—¿Estas lista?
Lo miro confusa. Scott se aleja lo suficiente para ir a buscar un bolso.
—¿Qué?
Abre dicho bolso y me mira. Había ropa mía y suya también.
—Nos vamos, no tenemos mucho tiempo así que sí queremos ayudar a Mary, debemos correr —habla y saca la ropa al mismo tiempo. Yo me quedo ahí… congelada.
—¿Puedes explicarte? —pido rendida.
—Sé dónde está Mary, pero necesito que confíes en mí.
Sus ojos se posan en los míos y hay secretos en ellos, pero también irradian la confianza que me prometió.
—No sé si tengo las fuerzas.
No hablaba de lo físico, siento que en este punto sólo quiero hacerme a un lado y que los profesionales hagan su trabajo.
—Diana, tú sin duda, eres la persona más fuerte que jamás he conocido. Estaré a tu lado en cada segundo porque te necesito y no podré sin ti. —Su mano se posa en mi mejilla—. No voy a dejar que nada te pase, como sé que no dejarás que algo me suceda a mí. Juntos nos complementamos y lograremos lo que sea.
Poso ambas manos en su nuca y lo acerco lo suficiente para juntar sus labios con los míos. Me devuelve el beso con desesperación y muerde mis labios con suavidad.
—Acabemos con esto —murmuro tan cerca de él que nuestros alientos se mezclan entre sí. Esta noche se termina toda esta mierda.Aquí está 😍 disfruten y gracias por el apoyo ❤ por si me retraso mucho, les deseo Feliz Navidad y un Hermoso Año Nuevo 🎅🤩 espero poder actualizar antes, porque el final está cerca 🤗 mucho amor para todos 💗...x

ESTÁS LEYENDO
Un Pequeño Cambio De Planes ©
Ficção AdolescenteUna Chica. Un Chico. Una Misión. Un Objetivo. -¿Tenías que aparecer para complicarlo todo? -exclamo, con lágrimas en los ojos. -Entenderás Lía, que no es así... ... Esto es borrador que voy a ir editando sobre la marcha 😌✏ Muchas gracias por leer ♡...