Ya casi son las siete y me estoy dando unos últimos retoques. Me pongo brillo labial y repaso una vez más la línea negra en la parte inferior de mis ojos. Debe ser la primera vez que me maquillo para impresionar a un chico, normalmente lo hago para mí misma.
No seguí el consejo de Melissa, no quiero una prenda fácil de remover porque no confío en mí misma estando cerca de Scott. Opté por unos pantalones cortos y la blusa que recomendó Mel. Me paro frente al espejo para dar un último vistazo. Me noto un poco distinta, pero el cambio no me incomodaba y me siento realmente bien con mi apariencia. Creo que todas las chicas necesitamos esto, mirarnos al espejo y querernos por lo que somos.
—Estoy lista —le digo a mi reflejo.
Scott
Bajo del auto y puedo sentir el nudo en mi estómago. Yo jamás estuve nervioso por algo, mucho menos por una chica, pero ella es más que eso y mi corazón lo sabe. Después de todo lo que hemos pasado juntos, me cuesta trabajo el creer que por fin vamos a tener una cita como hacen las personas normales en estos días. Hemos roto cada regla en lo que se refiere a una relación perfecta sin darnos cuenta de que ya lo era.
Lo nuestro fue más real que cualquier otro romance de película, desde el primer momento que la vi me partió el corazón al salir con Peter. Luego me esforcé el doble porque se fijase en mí y quizá no lo hice de la forma correcta, pero todo resultó como quería al final.
Es difícil explicar la gran satisfacción que sentía cuando me miraba con pura rabia en sus azules ojos. Es que ella no sabía enojarse de tal manera conmigo para en verdad transmitirme dicho sentimiento y me gusta la idea de conocer cada fibra de su ser.
Simplemente no puedo saciarme de ella lo suficiente, cuando la beso, no puedo parar, ella es todo lo que deseo y jamás me cansaré.
Subo los tres escalones de su casa con el corazón latiendo con más fuerza que nunca, debo calmarme o me dará algo en cualquier momento. Toco la puerta y diez segundos después la mujer de su tío, Cassandra si mal no recuerdo, abre con una gran sonrisa.
—Hola Scott, pasa. —Se hace a un lado—. Te ves muy guapo.
—Muchas gracias. —Sonrío ante su halago.
—¡Delia! —llama mirando hacia el piso superior—. Scott ya está aquí.
Escucho un “ya voy”, aunque no presté mucha atención porque en ese momento veo a su tío aparecer en el umbral de la puerta. No le tengo miedo, pero sé que no le agrado y aun no entiendo por qué.
—Hola —saludo y él me regala una fulminante mirada.
—Quiero a Delia aquí a las diez.
—Mike —advierte Cassandra sólo con su tono de voz.
—Sólo estaba aclarando algo…
No le presto más atención, pues mi vista se queda clavada en la escalera. Ella baja lentamente por la misma y está hermosa. Me quedo realmente asombrado, me gusta cuando deja su cabello natural, sus ondas rubias cayendo sobre sus hombros y realmente irradia una luz única. Definitivamente es una diosa, no hay otra definición para ella.
—Hola —susurro con admiración. Me quedé sin habla.
—Volveré a las once —se dirige a su tío con algo de seriedad en su rostro.
—No creo que…
Ella se acerca a él y le da un beso en la mejilla, cortando de esa manera su réplica.
—Volveré a las a once —repite y su tío finalmente asiente.
—De acuerdo —contesta resignado.
Ella se acerca a mí y toma mi mano. Tuve que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para no besarla en ese instante.
—Conduce con cuidado Scott —me pide Cassandra y asiento mientras salimos de la casa.
Fueron los tres minutos más incómodos de mi vida sin duda. Abro la puerta del copiloto y la ayudo a subir. Me agradece con su hermosa sonrisa, parece estar nerviosa y eso me pone más nervioso a mí. Subo al auto y enciendo la radio con el volumen bajo. Antes de encender el motor me giro hacia ella y me mira. Me acerco y por fin mato las ganas de besarla, estampando mis labios con los suyos. Siento sus manos en mi cabello, siempre tira del mismo cuando la beso y francamente me fascina. Profundizo aún más nuestro beso recorriendo sus labios con mi lengua y cuando la escucho gemir, me contengo para no quitarle toda la ropa.
—Me vuelves loco. —Reparto pequeños besos por su rostro—. Te ves preciosa. —Ella se sonroja.
—Gracias —murmura—. Tú te ves muy bien también.
Me mira detenidamente con una pequeña sonrisa que me pone a mil.
—No me has visto sin nada aún.
Le regalo un guiño y veo cómo se sonroja nuevamente. Dejo salir mi risa mientras enciendo el auto y parto nuestro camino conduciendo con cuidado por la ciudad. Ella mira por la ventanilla intentando descifrar hacia dónde la estoy llevando. Es una sorpresa y ya quiero ver su cara cuando lleguemos. Me estaciono frente al edificio y bajo del auto. Troto hacia el otro lado para abrir la puerta como todo un caballero. Aún no me reconozco.
—¿Dónde estamos? —pregunta con la famosa arruga formada en su frente.
—Es parte de la sorpresa. —Tomo su mano y noto la duda en sus ojos—. Confía en mí.
Ella asiente y me sigue dentro del edificio. Subimos por el ascensor y noté que no paraba de mirar hacia todos lados con nerviosismo. Cuando salimos, la guíe por el pasillo hasta llegar a la enorme puerta color negro con gran número nueve en ella.
—¿Esto es un hotel? —jadea sorprendida y no puedo evitar reír ante su ocurrencia.
—No, Diana. —Coloco la llave en la cerradura y abro—. Este es mi nuevo apartamento.
Ella entra sorprendida, mirando todo el lugar. Espero que no me malinterprete, quería enseñarle mi apartamento y preparé una cena deliciosa para ella.
—Wow, ¿significa que no volverás a la fraternidad? —pregunta mirando cada rincón y niego con la cabeza. Mi chica se acerca y me abraza—. Es genial Scott.
Se separa lo suficiente para mirarme y la beso, es que jamás me canso. Sus manos recorrieron mi pecho y eso me hace perder el control. Pego su cuerpo contra la pared y dirijo mis besos a su cuello. Huele tan bien, lo único que hacía era deleitarme con ella y los sonidos que salían de sus labios. Mis manos acarician a gusto su cintura mientras que mi boca continúa recorriendo la línea de su cuello.
—Scott… —susurra y me aparto un segundo para mirarla. Mi perdición.
—¿Qué pasa?
Ella pone ambas manos en mis hombros y me aparta un poco de su cuerpo.
—Estoy segura de que no me trajiste para esto, ¿verdad? —pregunta avergonzada.
Bueno no la invité exactamente con ese plan, pero eso no quita que no me lo haya imaginado.
—No —digo omitiendo lo demás—. ¿Tienes hambre?
Asiente y la guío hacia la cocina donde ya tengo todo preparado para servir.
Trato de quitarme lo demás de la cabeza, aunque era realmente difícil verla deambular por mi nueva casa con esos pantalones cortos.Bueno advierto desde ya, que el próximo capítulo va a estar muy interesante!😉 espero que disfruten éste! Muchas gracias por leer y por el apoyo ⭐💗...x
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Un Pequeño Cambio De Planes ©
Teen FictionUna Chica. Un Chico. Una Misión. Un Objetivo. -¿Tenías que aparecer para complicarlo todo? -exclamo, con lágrimas en los ojos. -Entenderás Lía, que no es así... ... Esto es borrador que voy a ir editando sobre la marcha 😌✏ Muchas gracias por leer ♡...