Capítulo 73

354 44 4
                                    

Delia

La ida al hospital es una locura y no he dejado de llorar ni un segundo ni siquiera cuando mi madre se rindió. El cuerpo de mi padre iba directo a la morgue mientras que luchábamos porque Frank siguiera respirando hasta llegar a nuestro destino.

Mike conduce como un loco mientras que los autos nos abren paso gracias a las sirenas policiales. Cassie, aprieta la herida de Frank mientras que él jadea con dificultad, Mary va abrazada a un lado de Scott y yo del otro.

—Resiste Frank estamos cerca.

Mike mira por el retrovisor y acelera un poco más. Me desprendo del abrazo de Scott cuando veo que los ojos de Frank se empiezan a cerrar.

—No, no, no… por favor no te rindas.

Tomo su mano y dejo que la apriete con fuerza. Los sollozos sacuden mi cuerpo y dolor me corroe entera porque no quiero perder a nadie más.

—Estaré bien, pequeña.

Pero él no creía las palabras que salían de su boca.

—Frank, lo siento…

Me aferro con fuerza a su brazo. No estoy lista para dejarlo ir. No puedo.

No recuerdo cuando llegamos al hospital, ni como terminé en una de las áreas de emergencias recibiendo puntos por la herida de bala en mi brazo. A Frank se lo llevaron lo más rápido posible al quirófano y todos los demás esperaban impacientemente en la sala de espera; a excepción de Scott, quien estaba a mi lado tomando mi mano con fuerza… Como si temiera que me fuera a ir.

—Listo Delia, deberás volver cada dos días por dos semanas a limpiar la herida.

La doctora termina de vendar mi brazo con el mayor cuidado, le regalo un vago asentimiento con la cabeza y ella sale de la sala dejándonos solos.

—Lo hiciste bien, Diana ¿Te duele? —Scott pregunta de forma dulce mientras se sitúa en frente de mí.

No es dolor físico lo que siento, sólo emocional y literalmente me siento destrozada.

—No lo hice bien, Scott…

El peso en mis hombros comienza a crecer nuevamente. Mis ojos ya se encuentran hinchados de tanto llorar y aun no entiendo que pude haber hecho mal.

—¿De qué hablas?

Toma una silla y se sienta mirándome directamente a los ojos. Me intimida su mirada pero al mismo tiempo me transmite una paz que jamás creí encontrar en un momento así.

—Nunca tuve el amor de mis padres, las dos personas que más deberían haberme querido no lo hicieron. Eso me hace creer que no lo hice ni lo he hecho bien en todo este tiempo, no fui suficiente para mantener a mi familia unida y sólo fui la causante de muerte y heridas. —Muerdo mi labio con fuerza intentando reprimir los sollozos que deseaban romperme a la mitad—. No sirvo para nada.

—¿Sabes qué creo yo? —pregunta luego de un minuto de silencio. No le doy indicio de respuesta por lo que abre su boca para continuar—: Creo que nunca en mi vida conocí a alguien que tenga los huevos que tú tienes. Diana, tú jamás te has rendido con nadie, no lo hiciste conmigo ni con Mike o incluso con Melissa. Tú siempre estuviste para todos y eso te convierte en el maldito comodín perfecto. Me enamoré de ti porque sabía que eras la primera chica que apareció en mi vida que sabía cómo manejar las cosas y que a pesar de todos los problemas siempre estabas dispuesta a arriesgar incluso tu vida por los demás. Sí eso no es hacer las cosas bien, entonces no sé qué es. —Scott deposita un pequeño beso en la comisura de mis labios y sus pulgares limpian mis lágrimas con suavidad—. No bajes la guardia solo porque un par de personas no te quieren, porque hay un gran número que haría lo que sea para verte feliz.

Lo abrazo con más fuerza de la necesaria, todavía no entiendo cómo pude terminar con alguien como él, pero si se lo digo me dará otras cien razones por las cuales me quiere y ahora mismo solo deseo relajarme, dentro de lo necesario, en sus brazos.

Cuando volvemos a la sala de espera hay un extraño cuadro pintado. Cassandra está sentada bebiendo un café mientras acaricia el pelo de Mary, quien duerme recostada sobre el regazo de su madre. Mike por otro lado está parado frente a la puerta por la que se habían llevado a Frank y muerde sus uñas con nerviosismo, un pésimo hábito que ya lo había intentado dejar.

—Mike —le digo suavemente.

Él se voltea con demasiada rapidez y se acerca para estrecharme entre sus brazos. Cierro los ojos disfrutando de la sensación mientras le devuelvo el gesto de la mejor forma posible.

—¿Cómo estás? ¿El brazo está en orden?

Asiento ante sus dos preguntas porque no quiero hablar y sólo quedarme con esta sensación de seguridad por un rato.

—Mike yo… lo siento.

Scott nos interrumpe hablando de manera nerviosa, como si estuviera intentando desactivar una bomba, si no le tienes paciencia puede explotar en cualquier segundo.

—Escucha, no fue lo correcto. Debiste pedir apoyo y no huir con mi sobrina esperando salvar al mundo —mi tío habla con calma, hasta me sorprende un poco. Scott asiente dándole la razón—. Aun así, sé que la intención de ambos era hacer lo correcto, pero no lo vuelvan a hacer.

Mike vuelve a abrazarme.

—Lo sentimos, tío.

—Lo sé, sin resentimientos para ambos.

Mike tira del brazo de Scott para unirlo al extraño abrazo familiar que estábamos compartiendo.

—Hey, eso no es justo. Ya me reemplazaron por Scott.

Me desprendo del agarre de ambos cuando escucho la voz de Melissa. Ella venía caminando por el pasillo con sus padres, el pequeño Jack y Dennis. Corro hasta tirarme sobre ella, es increíble cuanto extrañas a una persona cuando piensas que no la vas a volver a ver.

—Tú y yo sabemos que eres irremplazable, Mel.

Ella me aprieta con fuerza y un quejido de dolor se me escapa cuando hace contacto con mi brazo recién curado.

—No puede ser, te volvieron a disparar —dice asustada—. No estás haciendo un gran trabajo, King. Segunda vez que le disparan bajo tu mando.

Scott simplemente voltea los ojos mientras choca su puño con Dennis en forma de saludo. Los padres de Melissa se acercan para hablar con Mike y Jack fue a sentarse junto a una recién despierta Mary.

Todo se estaba poniendo bien, pero aún no hay novedades de Frank y eso nos tiene a todos bastante ansiosos.

Cerca de tres horas después, por fin se abren las puertas del quirófano y con mi tío nos acercamos a paso rápido hacia el doctor.

—Doctor, ¿cómo está? —Mi tío es el primero en hablar.

—¿Es familiar del paciente? —nos pregunta.

Mike se tensa a mí lado y algo me dice que no quiere perder el tiempo con formalidades.

—Él no tiene familia, somos agentes del FBI así que tendrá que darme la información que le estoy pidiendo.

Cuando termina de hablar, sus dientes están tan apretados que pensé que iban a partirse.

—El paciente se encuentra estable, fue una cirugía complicada puesto que la bala perforó la parte baja del pulmón, lo cual comprometió bastante su estado. Las siguientes doce horas estará completamente monitoreado porque todo puede pasar, es un hombre fuerte pero aun así debe luchar si se quiere quedar. Les mantendré informado.

Y así sin más se da media vuelta y se mete a otro consultorio. Creo que puedo hablar por todos cuando digo que quedamos petrificados, Frank debe pelear por su vida y es demasiado incluso para alguien tan fuerte como él, pero lo va a lograr… Tiene que hacerlo.

Las horas pasan y aún no hemos tenido noticias sobre el progreso de Frank. La situación es más que tortuosa para todos.

Cassandra se llevó a los niños junto con los padres de Mel a la cafetería del hospital para que coman algo. Scott fue por café para todos y yo me acerco nuevamente a Mike, quien está sentado esperando pacientemente que algún médico aparezca.

—No te he dicho que lo siento —dice en cuanto me siento a su lado. Lo miro confusa por lo que prosigue—. Por tu padre, sé que se estaban acercando más y lamento que todo se arruinara.

Lo miro entre sorprendida y enojada.

—Tío, él perdió todos nuestros avances en cuanto decidió secuestrar a Mary, estaba loco de remate y sé que lo había comenzado a perdonar, pero su muerte no me va a afectar como la herida que tiene Frank ahora. Ustedes son mi familia y sé que para ti debe ser difícil también, él era tu hermano, pero avanzamos una vez y lo haremos todas las veces necesarias.

Tomo su mano apretándola un poco más de lo normal y mi tío me mira con los ojos cristalizados, estaba luchando internamente para no desmoronarse.

—Nunca tuve hijos, Delia. Era uno de mis propósitos con Kate, pero el destino se la llevó antes de poder darnos tal lujo. Luego te puso a ti en mi camino y supe que las cosas iban a estar bien, no negaré que fuiste un demonio de pequeña… —Sonrío ante sus palabras—. Pero cada vez que reías o simplemente demostrabas tu felicidad, sabía que estaba haciendo las cosas bien.

—Siempre las hiciste bien.

Apoyo mi cabeza en su hombro.

—Gracias, flacucha.

Estuvimos así un rato y cuando el médico vuelve a hacer acto de presencia, todos nos pusimos de pie para afrontar la verdad.

—Responde correctamente al tratamiento.

El júbilo y la felicidad, nos sacude a todos por igual y me tiro sobre Mike abrazándolo con fuerza. Nuestra familia iba a estar bien y eso es todo lo que realmente me importa.



Disfruten el penúltimo capítulo 🙃 traté de hacerlo lo más largo posible así que espero que les guste y que sigan amando esta historia tanto como yo... Scott principalmente 😍 como siempre gracias por el apoyo ❤...x

Un Pequeño  Cambio De Planes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora