Me siento como una idiota, creo que es la manera más fácil de explicarlo. Llego a la parte trasera del estadio donde solamente hay oscuridad y no sé cuánto me quedo ahí. Siento los gritos de los fanáticos del fútbol sin cesar y comienza a dolerme la cabeza.
Tengo sentimientos confusos ahora mismo y lo único que sé es que Scott es un maldito mentiroso. Ya no volveré a creer en nada de lo que me diga porque este es mi juego King y estoy dispuesta a lo que sea para ganar.
Me quito como puedo el beso de ambos de la cabeza y me vuelvo a encaminar hasta llegar mi lugar junto a Melissa.
—¿A dónde fuiste? —pregunta hablando un poco fuerte.
—Me sentía un poco mal y fui al baño —miento aplicando el mismo tono de voz.
—Es que no me avisaste y te llamé.
Bien, a mentir de nuevo.
—Lo siento, tenía que llegar rápido o iba a vomitar aquí.
Las náuseas se presentan en mi al recordar el maldito beso.
—Ah —dice mi amiga y no vuelve a hablar del tema.
El partido estaba a nuestro favor y cerca de terminar. Chicago ya no podía revertir las cosas. No puedo evitar mirarlo, sus movimientos son increíbles y me golpeo mentalmente por no dejar de fijarme en él. Trae una camiseta con el número 01 en la espalda y la gran palabra King predomina gran parte de la misma. Las chicas se vuelven locas por él y me odio tanto por pertenecer a esa lista.
Peter, por otro lado, está jugando bien, pero no capta mi atención lo suficiente y aunque intento fijarme sólo en él para no ser obvia con Melissa a mi lado, mi vista siempre termina sobre el capitán.
El juego concluye por fin y salimos victoriosos. Los aplausos invaden todo el lugar mientras los chicos se sacan los cascos y saludan amistosamente a sus rivales.
Dennis se acerca lo suficiente a nuestra parte de las gradas y se levantó la camiseta. Mis manos cubren mi boca en señal de asombro y me emociono por lo que veo. ¡Que afortunada es mi amiga!
¿Melissa, serías mi novia?
Las palabras están escritas en la camiseta blanca que lleva debajo de su uniforme y mi amiga se queda helada. Le doy un pequeño codazo para que reaccione e inmediatamente sacude la cabeza para despabilarse por completo y una enorme sonrisa se abre paso en su cara.
—¡Sí! —grita y todos a nuestro alrededor enloquecen.
Mel baja las escaleras rápidamente para encontrarse con su, ahora oficial, novio. Se besan y él la gira varias veces en el campo como si fueran protagonistas de una película… Todo muy romántico.
Los estaba viendo como todos ahí, pero la burbuja se pincha cuando noto que alguien me observa a mí. Intento buscar entre las personas a mí alrededor y casi al instante, lo encuentro. Isaac, el ruso, me mira desde el otro lado del campo y todos mis miedos se sacuden en mi interior. De pronto me siento diminuta y debo admitir que las ganas de llamar a Mike están tirando con fuerza en mi lado racional.
Scott corre hacia él, intercambian un par de palabras y un momento después tengo a ambos con sus ojos en mí. Desvío la mirada rápidamente y cuando me armo de valor para afrontarlos, ambos se están yendo por el túnel de los jugadores.
Salgo lo más rápido que puedo de ahí, tengo que encontrarlos y saber de qué van a hablar. Llego al estacionamiento que está repleto de fanáticos, sé que hay una entrada desde ahí hacia los vestidores y me escabullo lo mejor que puedo entre la locura de las personas. Hay varios chicos a mi alrededor que no notan mi presencia o quizá ya están acostumbrados a ver chicas aquí, aunque no esté permitido.
Veo a Scott primero y me escondo detrás de una columna lo suficientemente ancha como para ocultar mi cuerpo. Él deja su casco en la banca y se sienta.
—Te he dicho que no vengas aquí.
Su tono de voz es escalofriantemente calmado y parece que puede explotar de un segundo a otro.
—Y yo te he dicho que te alejes de esa chica.
Ahora que sé que es ruso, el acento está presente en cada palabra.
—Me alejé, no te preocupes y dile al jefe que el sábado estaré ahí. —Se levanta y le da la espalda.
—Eso espero. —Una risa fría se escucha de repente—. Si no quieres que le hagan daño de nuevo.
Mi sangre se congela. Había sido él, me golpeó hasta dejarme inconsciente y ahora mismo lo está admitiendo.
—¿Crees que me importa? — ¡Ouch! Veo lo que en verdad significo para Scott, nada en absoluto—. Sólo estaba divirtiéndome como hago siempre, todas son iguales para mí —concluye sus palabras con una risa fría.
Me quedo ahí sin mover ningún músculo, eso piensa de mí. Soy igual a todas las demás para sus ojos, no hay nada que me haga especial o diferente. Debí quedarme con Peter desde un principio e investigar a Scott desde afuera, pero no. Caí como las demás en sus redes, al menos no llegué a su cama, aunque pienso que perdí más que eso y no voy a volver a ser la misma después de él.
—Mejor entonces —sentencia Isaac—. Te veré el sábado, niño. —Sale por la puerta y una dosis de calma me recorre.
Scott gruñe y le da un puñetazo a uno de los casilleros. Luego murmura varias cosas que no entiendo y finalmente respira. Siento el ruido de la puerta y antes de que pueda reaccionar, veo a los chicos entrar.
—Alguien vino a visitarnos.
Me volteo y veo a un chico completamente desconocido para mí.
—Permiso —murmuro e intento pasar antes de que Scott me vea.
El chico me cierra el paso y me muestra su mejor sonrisa de baboso. A este le doy un guantazo.
—Déjala ir.
Él se encuentra a menos de un metro de mí y puedo sentirlo. El chico se mueve sin pronunciar palabra alguna.
Salgo corriendo de ahí, me descubrió y para ser honesta no me importa. Después de lo que acabo de escuchar ya no quiero saber más nada.
Voy a tratar de encontrar a Melissa o a Peter, el primero que aparezca será bienvenido para sacarme de aquí. Freno mi paso un segundo y saco mi teléfono para escribirle a Mel.
—¿Qué tanto escuchaste?
Su voz me hace saltar, me volteo de forma lenta y lo encuentro a pocos pasos de mí. Su cabello está pegado en su frente y su respiración agitada ¿Cómo puede verse perfecto así?
—Lo suficiente —blasfemo con demasiada molestia.
Lo miro a los ojos e intento no caer en su hechizo nuevamente.
—¿Sabes? No es verdad lo que le dije.
Una risa histérica me abandona y él frunce el ceño.
—¿En serio? —Él se acerca y yo retrocedo—. ¿Qué parte no es verdad? Porque parecías muy convencido al decir que soy igual que todas. ¿Qué es lo que escondes?
Baja la mirada e internamente estoy rezando que me diga la verdad para encerrarlo un buen tiempo.
—No es bueno que lo sepas. —Vuelve a acercarse, pero esta vez no me muevo—. Es por tu bien, Diana… —Su mano roza mi mejilla y mis ojos se cierran por inercia—: No sabes lo importante que eres para mí.
Su nariz roza la mía y me hace sentir tan débil en el mejor de los sentidos. Sus labios estaban casi sobre los míos.
—¿Delia?
Me aparto a una velocidad sobrehumana de él y cuando volteo veo a Dennis parado en shock.
—No es lo que crees. —Me defiendo lo mejor que puedo y él niega con la cabeza.
—No me des las explicaciones a mí. —Mira mal a Scott—. Ve a dárselas a Peter, aún está buscándote.
Sin decir nada más, el novio de mi mejor amiga se dirige directamente a los vestidores.
—Debo irme. —Me separo de Scott lo más posible.
—¿Te quedarás con él? —Su tono de voz muestra sorpresa—. ¿Aun cuando intentó abusar de ti? —brama mostrando su furia.
—Al menos no me ve igual a las otras chicas —replico con el mismo tono.
—Pero te comportas como ellas…
Un puñetazo cruza su cara y la sorpresa nos toma a ambos cuando notamos que fui yo quien lo golpeó. Las lágrimas se acumulan en mis ojos y me alejo otro paso más de él.
—No vuelvas a acercarte a mí.
Corro lo más rápido que puedo antes de que me arrepienta y vuelva a caer en sus mentiras.👊 Scott 👊 Espero que sigan disfrutando de esta increíble historia. Gracias a todos por leer ❤ los leo...x
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Un Pequeño Cambio De Planes ©
Fiksi RemajaUna Chica. Un Chico. Una Misión. Un Objetivo. -¿Tenías que aparecer para complicarlo todo? -exclamo, con lágrimas en los ojos. -Entenderás Lía, que no es así... ... Esto es borrador que voy a ir editando sobre la marcha 😌✏ Muchas gracias por leer ♡...