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Kendra

El fin de semana por fin se hacia presente. Tras unos largos días en donde tuve que estar al pendiente de Aria en su nueva escuela, pero sobre todo con su enfermedad. Cuidarla sin que ella se enterara era cada vez mas difícil, no quería seguirle ocultando las cosas. Quizás ahora que regrese Louis de su viaje podremos pensar en como hablar del tema para que así ella logre tener mas cuidado. Aun no me hacia a la idea de que mi niña estaba enferma, pero tenia que dejar mis miedos atrás para poder ayudarla a salir de esto. Siempre juntas, fue así desde el primer momento en que me entere de su existencia.

-¡Buenos días, mamita hermosa!

Un enorme beso se impacto en mi mejilla como muestra de saludo. Sonreí al instante ante tal cariño matutino.

-Te has levantado de buen humor, ¿a que se debe, mi amor?-pregunte mientras le servía el desayuno

-Me encanta Londres, es todo lo que puedo decir

Se encontraba tan feliz que me asustaba. No porque no quisiera que mi hija lo fuera, sino porque me aterraba el futuro. Cada día me despertaba con miedo de que mi niña se debilitara, así como de que encontrase a Harry. Esos enormes miedos me quitaban el sueño por la noche. No quería que ninguno de los dos ocurriera.

-Me da gusto verte tan feliz, no quiero que nada ni nadie borre tu hermosa sonrisa-le acaricie con cuidado la mejilla. Era como una niña de porcelana, no quería quebrantarla.

La puerta se abrió de inmediato dejándonos ver a un Louis no muy sonriente, para nada feliz podría decirlo. Su rostro se encontraba ojeroso, su cabello desarreglado, así como su ropa arrugada. Aria rápidamente corrió hacia él, y yo la seguí con la mirada atenta de que no se lastimara.

-¡Regresaste, papi!-le brinco encima

Quise gritarle y decirle que tuviera cuidado, pero no podía delatarme, no aún.

-Ahora no princesa, estoy muy cansado-beso la mejilla de mi niña para después caminar rumbo a su habitación

Aria se dio la vuelta, mirándome con el ceño fruncido, me encogí de hombros.

-Quizás tuvo un viaje largo, es mejor dejarlo descansar

-Se veía triste, ¿Qué pasaría?-su voz sonaba preocupada-¿No crees que seria bueno averiguar?

-No señorita, tu padre también se merece su privacidad. Mejor come que tienes que irte a la escuela. Iré a despertar a Freddie.

No camine mucho cuando escuche un grito de dolor proveniente de Aria. Asustada me di la vuelta y vi como sostenía su mano derecha. Corrí hasta ella, se había vuelto a fracturar.

-¡Me duele!-gritaba y lloraba

Sin pensarlo dos veces, tome las llaves de la camioneta para llevar a Aria al hospital. Me importaba una mierda si era donde trabajaba _____, solo quería que Matt, el medico que atendía a mi hija la revisara.

Tan pronto lo hicimos, Matt se encargo de Aria mientras que yo me moría de nervios en la sala de espera. Esto lo comenzaba a ver como una señal, ya no debía de esperar mas para habar con mi hija sobre su enfermedad.

-Aria volvió a fracturarse otro hueso-me comento Matt tras llegar a mi-Al parecer no le han dicho nada, ¿cierto?

-Perdimos más tiempo, lo sé. Pero ya no quiero que esto siga ocurriendo.

-Para eso tienen que hablar con ella. Es importante que lo entiendan, Aria no es una niña y también tiene que cuidarse por si misma.

Con lágrimas en los ojos y el corazón en la garganta, asentí. Sabia que eso seria lo mejor.

-Lo hare en este momento, ya no quiero que estos accidentes sigan ocurriendo

-Adelante, si me necesitan estaré en mi oficina

Tuve que tomarme algunos minutos mas para poder pensar en como decirle a Aria. Louis no se encontraba a mi lado, en lo ultimo en lo que había pensado era en avisarle. Pero ya no quería perder mas tiempo, por lo que me puse de camino a su habitación.

Ahí estaba ella, acostada en aquella cama mirando su mano. Ella no entendía porque se estaba volviendo tan frágil, pero yo sí.

-Amor, ¿Cómo te sientes? -pregunte arrimando una silla a su lado

-Confundida-confeso-De nuevo me vuelve a pasar. No entiendo por que

Suspire

-Tengo algo que platicar contigo, princesa. Me hubiera gustado que tu padre estuviera aquí, pero todo fue tan rápido que ni siquiera le pude avisar.

-¿Qué me está pasando, mami?

Esa pregunta me estaba matando.

-Tienes un tipo de cáncer llamado Mieloma Múltiple-mis lagrimas comenzaron a brotar. Ni siquiera podía mirarla. Yo fui quien le dio la vida, ¿Cómo decirle que podía morir?

-¿Por qué a mí?-pregunto tranquila

-No lo sé, mi amor-confesé-Me gustaría tener esa respuesta, pero yo también me la hago-solloce

Aria tomo mi mano y sonriendo la apretó. Mi niña era fuerte, aun mas de lo que yo me imaginaba.

-El doctor nos explico a tu padre y a mi que debes de tener mucho cuidado, porque tus huesos están débiles. Por ello te has estado lastimando. Por lo que supe es muy raro que ocurra en personas de tu edad.

-¿Tiene cura?

-La tiene, pero será un camino difícil en que posiblemente enfrentemos muchos retos

-Saldremos de esto mami, juntas lo haremos como siempre lo hemos hecho-Esas palabras me llenaban el alma y me daban ánimos para no dejarme caer. Trabajaríamos juntas-Y la verdad es que me gustaría saber bien que es lo que tengo, ¿podría hablar con el doctor?

Asentí limpiando mis lagrimas

-Iré a buscarlo

Aria

En cuanto mi madre salió de la habitación fue que me permití llorar. Había querido hacerlo desde el momento en que mi madre me confeso que padecía de cáncer. Tenia miedo, evidentemente lo tenía. En este momento tantas preguntas pasaban por mi mente que me empezaba a doler la cabeza. Pero a pesar de todo, no quería que mi madre me viera derrumbada y aterrada por el diagnostico. En el momento en que sus ojos se llenaron de lagrimas supe que yo no podía hacer lo mismo, al menos no frente a ella. Así que lucharía con todo para seguir viviendo.

Afortunadamente hoy en día la palabra muerte ya no significaba muerte debido a la gran ciencia medica que existía. Sabia que podría seguir adelante, no me dejaría vencer ahora que puedo conocer a mi verdadero padre.

Me quedaba tanto por vivir, que jamás me daría por vencido. 

A partir de ahora vería la vida con otros ojos. 


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Styles II [H.S] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora