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Aria

Los días que pasaba en el hospital eran mayor a los que pasaba en la escuela, pero no por ello dejaba de pedir apuntes. Theo se había comportado como un excelente amigo. Era él quien, a pesar de no estar en la misma carrera, se encargaba de pedirle a los chicos de mi salón apuntes, de esa manera podía seguirles el paso. Los profesores también me tenían mucha paciencia.

Mamá el día de ayer llego a comentarme sobre un posible donante de médula ósea. La sola idea de pensar que podría estar mejor, me alegraba demasiado. Quería volver a lo mismo de antes, disfrutar mi vida con una sonrisa sin tener que ver como la mirada de mis padres en cada ocasión se llenaba de lágrimas. Era algo que simplemente se me hacía muy difícil de ver. Odiaba tener que verlos de aquella manera. Pero terminaría pronto, confiaba en ello.

—¿Como estas, hermosa? —mamá ingreso a mi habitación con una nerviosa sonrisa

—Emocionada, mami—comente con una enorme sonrisa—Todo saldrá bien, ¿verdad?

—Por supuesto que sí. No debes de estar preocupada por nada

Suspire tranquilizandome

Papá También entro a la habitación con una sonrisa alentadora. De esa manera podía sentir que en verdad todo saldría bien. Ellos lograban mantenerme tranquila.

—Ya es hora—murmuro papa acariciando mi mejilla. Dirigió su mirada a mamá quien asintió nerviosa—Estaré afuera para cualquier cosa

Esas miradas que se daban eran muy extrañas a mi parecer. Era como si se estuviesen diciendo algo que solamente ellos sabían, y que no querían contarme.

Apunto estuve de preguntarle a mamá, cuando la puerta volvió a ser abierta por el doctor Matt, mi medico de cabecera. Detrás de él, mi respiración se fue por algunos segundos al ver que la señora Styles, la esposa de mi padre biológico, se encontraba entrando a la habitación. Mamá apretó mi mano, mas no dijo absolutamente nada. Podía sentir como de pronto la tensión embargada todo el lugar.

Mire a mamá en busca de respuestas, pero ella no tenia idea de que yo sabia quien era la mujer que estaba frente a nosotras con un semblante serio. ¿Acaso ella me reconocía? No hacía mucho que había estado en su hogar con Darcy. Lo dudaba mucho, siendo doctora conocía a cientos de personas al día. Lo que sí, es que jamás pensé tenerla de frente de esta manera, y casi puedo apostar que mamá tampoco.

—Buenos días, Arias. ¿Como amaneciste hoy? —fue la primera pregunta del guapo doctor que me atendía. Le había calculado aproximadamente 40 años

—Bien, creo—trague saliva sin apartar mi mirada de la señora Styles

—Ella es la doctora _____—omitió su apellido—Y nos estará apoyando en todo este proceso. Ya esta informada sobre tu situación

Todo me sudaba.

—Hola Aria—saludo cortamente. La notaba tensa, pero aun así medio una pequeña sonrisa.

Su voz sonaba suave, como el dulce viento de verano. Tan cálido que querrías ser abrazada por ella. Era guapa, alta y esbelta. Su rostro era joven, sin ninguna marca de edad. Según sabia, tendría la edad que mi madre. Sus ojos eran de un color azul claro, pareciendo grises. Ahora entendía porque los ojos de Darcy eran entre una mezcla de verde y azul. Verde por parte de nuestro padre, y azul por su madre.

Las veces que me había preguntado sobre por que Harry se había enamorado de ella, era tan simple como mirarla. Era hermosa, y eso claramente logro conquistar a mi padre.

Styles II [H.S] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora