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Harry

Después de todo lo que estaba ocurriendo últimamente, lo que menos podía hacer era estar tranquilo en el trabajo fingiendo que nada pasaba. Todo pasaba, y yo quería poder hacer algo. Pero ____ no quería siquiera hablarme. No podía comprenderla al cien por ciento, porque por muy fuerte que fuera todo, como mi compañera de vida debía de apoyarme en todo. Y no lo estaba haciendo.

Golpeé el volante del auto tres veces hasta que por fin me decidí a bajar de este y entrar al hospital en donde trabajaba mi mujer. Llevaba unas rosas conmigo, los trabajadores de ahí no se extrañaban al verme porque me gustaba sorprender a mi mujer con estos detalles. Siempre me hacia tiempo para ella, para a veces sacarla un poco de la rutina.

Mis pies se guiaban solos, yo solo miraba fijo sin saber exactamente en donde estaba puesta mi mirada, hasta que la vi, sentada, con un vaso de café entre sus manos. Parecía cansada, agotada.

—Harry, hola—Matt, mi buen amigo se puso delante de mí, mirando las rosas—____ no vino a trabajar, pensé que lo sabrías

Asentí dándole una pequeña sonrisa

—Si, lo supuse. Me disculpas un momento

No lo escuche más, solo seguí caminando hasta donde estaba Kendra sentada. Misma que se impresiono al verme sentar a su lado. Ni siquiera la recordaba demasiado, para ser sincero.

—Hola, ¿Cómo sigue Aria?

Trago saliva y tardo un poco en contestar. Parecía que yo la intimidaba.

—Ahora esta dormida, pero se encuentra bien. Gracias por preguntar

—Desde que me entere me ha tenido con mucho pendiente. ¿Por qué no recurriste antes a mi? —quise saber

Ella me miro irónica

—Porque tu estas casado

—Lo sé, pero Aria no tenia que llegar hasta este punto para que me buscaras. Yo en cualquier momento las hubiera apoyado

—Esa no es tu obligación para conmigo

—Tienes razón, pero eres la madre de mi hija

—No tienes duda de que es tu hija, ¿verdad? —sonrió un poco

—Creo que no tendrías por qué engañarme, menos cuando ella se encuentra tan mal—deje a un lado las rosas y tome sus manos. Kendra se sorprendió—Se que este no es el mejor momento para hablar, pero, ¿Por qué nunca me buscaste? ¿en verdad fue por mi matrimonio?

Ella soltó incomoda sus manos, mirando hacia todas partes

—Tu ya lo has dicho, no es el mejor momento—suspiro—Si quieres respuestas puedo dártelas, pero no ahora. Yo solo quiero que salves la vida de mi razón de ser.

—En cuanto estén los análisis yo estaré dispuesto a realizarme la operación. Quiero que tenga una vida feliz....y también quiero ser participe de ella

Recordaba vagamente a esa pequeña niña de ojos verdes, esa que estiro sus bracitos hacia mi cuando me vio. ¿Por qué me perdí de tanto?. Me dolía no haberla visto crecer como a mis hijos.

—Gracias, solo todo lo que puedo decirte—suspiro mirando las rosas—Son hermosas

Las tomé y se las di

—Dáselas a Aria. Se que aun no puedes decirle que son de mi parte, pero solo entrégaselas

Con una pequeña sonrisa me levante

Styles II [H.S] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora