Maratón: "Ser un adulto".

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Maratón fiesta de Miri 3/5.
Narra Shawn. 💛

Y ahí estaba de nuevo ella, sentada con sus audífonos puestos y concentrada en su libro.

No sabía si acercarme o no, ella a estado distante y no me gustaría incomodarla.

Ella levantó la vista de su libro y me miró, tenía ese gesto inexpresivo y su mirada sin vida, hace meses que ha estado así.

—Hola —sonreí.

Me acerque a ella, quito un audífono de su oído y cerró su libro.

—¿Dijiste algo? —preguntó sentándose correctamente.

—Dije hola —reí —¿Estás ocupada?

—No, solo leía.

—Bien y ¿quieres hacer algo?

—¿Cómo qué?

—No lo sé, aprovechar que estoy de descanso.

No dijo nada, de su bolsillo sacó su teléfono y miró la pantalla de este por unos segundos.

—No puedo ¿te parece si hacemos algo mañana?

—Bien.

Agache la mirada mientras ella recogía todas sus cosas, su teléfono comenzó a sonar así que de nuevo dejo todo.

—Espera aquí —me dijo y contesto.

Asentí, se alejó un poco mientras estaba en la llamada. No comprendía lo que pasaba debido a que ella se encontraba lo suficientemente lejos para no entender pero lo suficientemente cerca para saber que algo no estaba bien.

Quitó el cabello que tapaba su rostro y me miró seria. Definitivamente algo no está bien.

—Debo irme.

Tomo todas sus cosas con rapidez y antes de que pudiera decir algo salió corriendo de mi apartamento.

Ella no es así, se ha vuelto distante y más reservada. Se ha hecho más insegura y menos expresiva. Su comportamiento es distinto y ahora es más temerosa, ¿qué pasa con ella? ¿Cuándo cambio tanto?

No estaba tranquilo, debía saber que pasaba con ella. Tome las llaves de mi camioneta, dinero, mi teléfono y salí. Conduje hasta su casa.

Toque la puerta, ya había oscurecido y el cielo estaba lleno de estrellas. Ella abrió la puerta y me miró confundida.

—¿Qué haces aquí? Te dije que nos veríamos mañana.

—Debo hablar contigo ahora.

—Shawn, no tengo tiempo.

—Es importante.

Dudo por unos segundos pero me dejó pasar a la gran casa, saludé a su familia y fuimos hasta su habitación.

—¿Qué necesitas?

—¿Cómo estás?

Se recargo en una mesa que se encontraba frente a su cama y yo me senté en la cama. Pensó unos minutos sin decir nada y respete su silencio.

—Bien —contestó no muy segura.

—Dime la verdad.

—Te digo la verdad.

La miré incrédulo, ella miente.

—T/n.

—¿Qué quieres que te diga?

—Quiero que me digas cómo estás realmente.

—Te he dicho que estoy bien.

Negué con la cabeza, sé que miente y no estaré satisfecho hasta saber qué pasa con ella.

Shawn Mendes Imaginas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora