Cuando tengo días malos, siempre suelo soñar que estoy en un auto y que hay mucho humo, no estoy seguro de saber la edad que tengo, pero hace calor, hay humo y llamo a mamá, pero ella no aparece, mamá no viene, mamá me abandonó. Desperté de golpe.
— Oye, hermano, tranquilo. – un sujeto que no conozco de tez morena me miraba con atención, luego apareció otro más, éste muy blanco para estar vivo. – Tranquilo Jason.
— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?
— Mira hermano, te pillaste a golpes con unos sujetos, nosotros trabajamos en el bar, tú estabas peleando atrás, nosotros ya nos íbamos y te vimos herido, después vimos tu pasaporte, que eres ruso, no quisimos ir al hospital por si estás de forma ilegal aquí ¿Cómo te sientes?
— De pronto olvidé que suelo ser intolerante al dolor.
— Hablas castellano fluido.
— ¡Mi maleta!
— La trajimos, no hemos revisado tus cosas, tranquilo. — exhalé con alivio.
— Gracias.
— ¿De dónde vienes?
— Santiago de Compostela, es una larga historia, pero gracias, yo soy Jason Briar.
— Y eres bueno para pelear, Jason, increíble, yo soy Mario. – dijo el moreno.
— Y yo soy Carlos, pero tú me puedes decir Charly. – dijo el blanco.
— ¿Estás vivo? – le pregunté, Mario tiró una risotada.
— Sí ¿Tú no?
— Es que estás muy, transparente.
— Es lo mismo que digo yo, Jace, tal vez ya se murió y no se ha dado cuenta ¿Puedo decirte Jace?
— Sí.
— Mira Jace, supongo que has tenido días difíciles, puedes quedarte aquí, no es el lugar de lujo, pero al menos no pasarás frío.
— Amigos, gracias, pero solo tengo trescientos euros.
— No hay problema, nosotros cantamos en las calles o nos permiten hacerlo en los bares ¿Tienes algún talento?
— Sí, tengo talento para que me den palizas.
— No lo creo, hermano, los noqueaste, los dejaste tirados, pero aprovechando que estamos hablando del tema, ¿Por qué estabas peleando con ellos?
— Estaban molestando a una chica.
— No vi a ninguna chica cuando salí.
— Seguro se fue, no la vi muy bien, pero no era muy alta y traía un sombrero.
— No la vimos, eres valiente.
— Es mi maldición.
— Bueno, no te preocupes, yo creo que tienes unas dos costillas rotas, estarás bien si descansas.
ESTÁS LEYENDO
✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...