CAPITULO XLIII "ALIANZAS Y TRAICIONES"

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Le di el espacio que probablemente mi hija necesitaba para asimilar lo que acababa de pasar, Gamaliel terminó de dar órdenes y fuimos al hospital, Atenea estaba en la sala de espera, con la pierna derecha saltando de los nervios

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Le di el espacio que probablemente mi hija necesitaba para asimilar lo que acababa de pasar, Gamaliel terminó de dar órdenes y fuimos al hospital, Atenea estaba en la sala de espera, con la pierna derecha saltando de los nervios.

— Ate. – se levantó y me abrazó.

— Se fue unos minutos, en la ambulancia, sentí que no podía respirar. – miré a Gamaliel.

— Ya me ocupo de esto. – me susurró, quiero a esos hijos de puta bien muertos.

— Lo logrará, caramelo, vos vas a ver que sí. – Gamaliel comenzó a teclear en su teléfono, poco después, apareció la doctora.

— ¿Cómo está?

— Le salvó la vida. – Ate abrazó a Gama, claro, le acaba de salvar al novio. – Perdió mucha sangre, pero la inmunoglobulina hizo bien su trabajo, el diagnóstico del doctor Rivas fue correcto, trombocitopenia inmunitaria.

— ¿Qué es eso, doctora? – le preguntó ella.

— Es un trastorno que puede llevar a que se presenten moretones y sangrado fácil o excesivo. El sangrado resulta de niveles inusualmente bajos de plaquetas, las células que ayudan a la coagulación de la sangre, por eso sangró demasiado, aunque la herida era para que perdiera, por mucho, la mitad de la sangre que realmente perdió.

— ¿Le hiciste vos estudios? ¿Está limpio? – le preguntó Gama.

— ¿Limpio de qué, tío?

— Esa enfermedad suele desarrollarse después de diagnosticar VIH, hija, solo quiero saber si estás segura cerca de él.

— Está limpio, considero que había estado tratando la enfermedad, habrá que esperar a que despierte para que nos diga qué pasó. – esas horas me parecieron siglos, Atenea estaba nerviosa y eso me ponía nervioso a mí, la doctora volvió a aparecer y nos llevó hasta la habitación, el pibe estaba listo para Halloween, está blanco tono moribundo.

— ¿Jonas?

— Si me dices Jonas, siento que estás enojada.

— Lo estoy, me asustaste vos, sos un pelotudo.

— Lo siento.

— ¿Se puede saber cuándo me ibas a decir que padeces una enfermedad tan seria?

— No es algo de lo que me guste hablar.

— De no ser por mi tío, tal vez hubieras muerto, Jonas.

— No me digas Jonas, por favor.

— Esto es serio, Berlín, pudiste morir ¿Qué hago yo con eso? ¿Ha?

— Superarlo y ya.

— Ashton, te hirieron por ponerte bronco por mi culpa.

— Ese hijo de puta te hizo daño ¿Ya te revisaron?

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora