Hace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...
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Miraba por la ventana directamente al mar de Barcelona, entonces pude recordar lo que mucha gente me había dicho a lo largo de mi vida, lo que Grace y otras más habían dicho sobre lo mal que estaba utilizando mis habilidades de genio. Grace dijo que podría ser alguien mejor si yo quería, niña tonta ¿Qué podría saber ella a los doce años? Me dijo muchas veces que hiciera cosas buenas, como si eso se pudiera cuando te pasa lo que te pasa, solo existen reacciones y acciones, yo he reaccionado conforme a las acciones. Mi memoria me permitía recordar cosas desde que yo era muy joven, probablemente, antes de que mi mente se bloqueara cuando tenía tres años, pudiere recordar algo más o tener las cosas más claras, tal vez podría recordar a mamá cuando estuve en su vientre, tal vez podría entender por qué me ha ido tan mal.
La noticia de la muerte de Monaschi hizo ruido por todos lados, la policía está comprada por ellos así que, el blanco soy yo, aunque en las calles corrimos el rumor de que fue Elena quién mató a su medio hermano, de aquí a que averigüen quien lo hizo, Elena tendrá todo Barcelona para dominar desde donde ella quiera y yo probablemente tenga cuatro opciones sobre mi vida, probablemente termine volviendo a Galicia, vaya a prisión, me asesinen o termine reinando Barcelona con mi chica ideal, la decisión no es mía en ningún aspecto.
— Están sorprendidos, no creen que yo lo hice, Jason.
— Eso no importa, mientras tengan la duda.
— ¿Por qué estás tan seguro?
— Si no cree que tú lo hiciste, saben que alguien que te protege lo hizo y es mejor no profundizar en asuntos que pueden llevarte a la muerte. – me hizo mirarla.
— No quiero que te hagan daño.
— No te preocupes por mí, haremos esto bien y para el medio año próximo, Barcelona será toda tuya como lo prometí.
— No si el pago eres tú.
— Nada de eso, Minnie. – Mickey se asomó por encima de su sombrero, sonreí. – Oye, esto se está volviendo incómodo ¿Crees que es bueno que yo sepa que vives en la cabeza de mi novia y no yo?
— Jason.
— No es una escena de celos, solo que, él pasa mucho tiempo en tu cabeza, quiero mi propio espacio, yo no invado el suyo, es respeto, Mickey, se llama respeto. – nos besamos.
— ¿Cómo haremos esto?
— Vamos a combatir con prudencia, la gente que te vaya a seguir será suficiente, entre más vayamos conquistando tendremos más aliados, hasta que lleguemos a la mansión y te puedas quedar con todo.
— ¿Y si no puedo?
— Si no puedes qué, Minnie.
— Hacerlo, mandar.
— Claro que podrás.
— Tú tienes experiencia en eso, yo solo he hecho lo que me dicen cuando me lo dicen.
