Me senté con el ahora señor Berlín, justo a su diestra, le miré.
— Viejo, necesito saber qué pasó. — tomó mi teléfono y escribió lo que había pasado, asentí. — Ares rompió con los Royals. — asintió levemente. — ¿Crees que es buena idea? — me marcó un cincuenta, cincuenta, fruncí los labios. — ¿Quién te disparó? ¿Lo viste? — asintió y escribió que le habían disparado de frente y a quemarropa, el golpe de su ceja fue un cabezazo, todo lo anterior ejecutado por Thiberius. — Jace se va a enojar mucho. — Berlín asintió con su dedo índice. — Hijo de puta, le rasca mucho las bolas al tigre. — estaba muy tranquilo cuando alguien llamó a mi móvil y como Ash lo tenía, respondió.
— ¡Sebastian! — era Hailee. — ¡Sebastian! Me están siguiendo. — Ash señaló la puerta.
— Ay me voy a arrepentir, tranquilo, Ash, ahora vuelvo. — apreté más mi cabestrillo y comencé una verdadera corrida al antro a dónde habían ido, estaba a diez minutos corriendo, lástima que no tenga las piernas de Ash, ese maldito es una liebre corriendo. Mientras corría podía escuchar que Hailee hacia lo mismo, gritaba y parecía luchar, mierda, mierda, ese hijo de puta de Donagon no entendió, casi me atropellan dos veces, atravesé el parque por completo para cortar camino, escuché la misma música que escuchaba por el teléfono, miré a los lados.
— ¡Auxilio! — seguí corriendo, guardé ni teléfono en el cabestrillo, me subí al cofre de un auto para impulsarme y golpear al primero, de ahora en adelante solo podía pelear con mis piernas, no puedo arriesgar mi brazo más de lo que ya está, así que comencé a golpearlos, eran cuatro, Donagon no estaba aquí, mejor para él.
— Nightmare, viniste a la fiesta, espero que eso le conste a tu amigo y no nos metas en problemas. — ¿Cuál amigo?
— Por el momento tengan miedo de mí, cuarteto de putitas. — apenas intentaban acercarse y les esperaban mis potentes piernas, sinceramente les tenía tantas ganas de patearles el culo que estaba motivado, los subasté a golpes hasta que solo dos quedaron de pie, uno de ellos fue por Hailee.
— Suéltame. — ocupó el tacón de su zapatilla y se lo clavó en la cara, no sé si en el ojo, pero vaya que gritó, después la golpeó y la hizo caer, rematé al sujeto con el que peleaba y fui por ese último que intentaba atrapar a Hailee, aunque una vez más cerca, vi que lo que quería hacer era alcanzar su arma mientras la borracha de Hailee no podía retroceder debido al mareo. Me lancé sobre él y evité que tomara el arma, con un solo brazo rodeé su cuello, pero hábilmente, me dio un codazo golpeando directo en mi mano, aflojé un poco mi agarre, pero no lo solté por completo, sin embargo, eso no evitó que pudiera tomar el arma y apuntarle a Hailee.
— ¡Hailee muévete de una buena puta vez! — este sujeto es un matón, la mano le temblaba, pero le apuntó a Hailee, así que tuve que tomar una decisión. Le rompí el cuello con toda la fuerza que tenía en mi brazo sano, me tiré a un lado del muerto y respiré apresuradamente, la mano me dolía como si me hubiera lastimado hace dos segundos. Después de un par de minutos supe que tenía que huir, me levanté torpemente y la miré, estaba parada cerca de mí, sus rodillas sangraban, su labio estaba roto y seguía ebria. Pensé en dejar las cosas así y caminé para volver al hospital.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Roman pour AdolescentsHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...