CAPITULO XXV "RELACIONES PELIGROSAS"

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Dicen que un buen abogado sospecha de todos, del fiscal, del juez, de los testigos, pero, sobre todo, de su cliente

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Dicen que un buen abogado sospecha de todos, del fiscal, del juez, de los testigos, pero, sobre todo, de su cliente. Tenía muchas dudas respecto a lo que había pasado con Jason y su repentina desaparición, así que había tomado la decisión de llegar al fondo de esto, si bien es cierto los Palacios, Rivas y anexos, teníamos una razón medular para despreciar a los Briar ¿Qué razón tenían los Briar para sentir lo mismo por nosotros? ¿Por qué Albert Briar había atacado a mis tíos y no conforme con ello, había intentado intimidar a Ghalion una vez más? Hablar del tema con mis padres no estaba en el plan, el tío Gideon aún estaba perturbado con el tema, así que el único que me quedaba, era mi tío Gamaliel, aparte de que él era uno de los que les había tocado sangrar el asunto con los Briar.

Mi tío Gamaliel era un sujeto preciso, emotivo, protector y el papá que cualquiera quiere tener (cuando de buenas cosas se trata), por pláticas entre mis padres supe que mi tío había sido condenado a la pena capital en Estados Unidos y estuvo a dos inyecciones de morir, mamá dice que algo cambió en él, refiere que se volvió oscuro, retraído y callado después de aquello, yo no tengo margen de comparación, siempre lo conocí de éste modo, reflexivo, todo el tiempo, perdido en sus pensamientos, tanto, que a veces se le olvidaba en dónde estaba o simplemente seguir una conversación, tiene pesadillas a veces, olvida nuestros nombres pero sé que no ha olvidado todo lo que pasó, todo lo que cambió en ese tiempo, el curso de lo que vivimos hoy.

— ¿Interrumpo? – le dije mientras él mantenía sus manos dentro de los bolsillos y miraba por la terraza, después noté que observaba a Fabián caminar de un lado a otro mientras sostenía un libro que probablemente va a memorizar, porque de entre toda la violencia que ese rubio puede adorar, existe un genio, como el que está a mi lado.

— Cuando vi a Fabián por primera vez estaba a un par de corredores de la habitación de Elizabeth, hubo un altercado fuerte en la prisión, me rompieron la pierna, no pude verle nacer y no hay día que no lamente eso, ha memorizado cincuenta páginas en muy poco tiempo que no olvidará nunca, lo llevé a conocer Buenos Aires a los once años en helicóptero, cuando volvimos a tierra, dibujó con exactitud lo que había visto, memoriza los números de las cuentas bancarias de cualquier tarjeta que tenga en la mano algunos segundos, lo he visto suturar la piel de una uva a la perfección, es muy bueno tocando el violín, pero no tan preciso como Ghalion en el piano, lo he visto pelear, es rápido, pero nadie es más rápido que una bala, Ares, sé que esto va a terminar muy mal ¿Podés sentirlo también? – asentí.

— Sí, yo también puedo sentirlo.

— ¿Qué tenés que decir del pibe con el que peleó?

— ¿Gitano? – negué. – Los jugadores cambiaron, tío y aunque nadie lo crea, el juego también, Gitano es, en términos generales, tranquilo, créame, si alguien debe estar preocupado, es él, aquí el peligro es Fabián.

— ¿Y los otros?

— Son tranquilos, no se meten con nadie a menos que les provoques, son buenos soldados, obedecen, siempre.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora