— ¿Qué fue eso, Sarah? ¿Ah?
— ¡Cállate la puta boca, Wesh, no tienes derecho!
— ¿Disculpa? – me golpeó.
— Te acostaste con Virginia. – mi semblante cambió, mierda. – Eres un hijo de puta.
— ¡No es cierto Sarah!
— ¡No me mientes que no soy ninguna estúpida!
— Sarah.
— No me jodas.
— No me acosté con ella. – pausé. – Nos besamos, pero no me acosté con ella.
— ¿Esperas una felicitación? Porque te recuerdo que me viste hace cinco minutos besándome con Fabián Rivas y estallaste como lo que realmente eres, un maldito animal.
— Sarah.
— Mira, Wesh, he tenido que cargar con esto desde que eras novio de Virginia, me humilló, se encargó de que toda la escuela se enterara que le quité a su novio, me llamaron puta, zorra, mala amiga y sí, era todo eso y mira con lo que me sales, que te besas con ella y yo tengo que dejarlo pasar ¿Sabes qué? Ándate al carajo, ya no quiero saber nada de ti, no me importa lo que digas, la justificación que tengas porque ella era mi amiga y te elegí a ti y veo que más estúpida no pude ser, así que se acabó.
— Sarah.
— ¡Se acabó! ¡No me toques! ¡Se acabó!
— ¿Vas a irte con él?
— Ese asunto no es tuyo, lo que hagas tú, es tu puto problema Wesh, a la mierda.
— ¡Sarah! – la miré marcharse hasta la avenida, detuvo un taxi y abordó ignorándome por completo, azoté las manos en la pared.
— ¿Wesh?
— ¿En serio Virginia?
— ¿Qué?
— ¿Por qué le dijiste del beso?
— Nunca le dije del beso, le dije que nos acostamos.
— Nunca se te quitó lo mentirosa.
— Se lo merece, porque se metió en nuestra relación, estábamos bien, Wesh, hasta que comenzaste a verla de manera diferente.
— No me jodas Vinia, ¿Ahora resulta que me amabas? ¿Te estás escuchando? No debí aceptar hablar contigo, eres una mentirosa, siempre lo fuiste y nunca vas a cambiar, Sarah no va a perdonarme y el pendejo Rivas va a aprovechar.
— ¿Rivas? ¿Alexis? Wow, ella sí sabe mejorar.
— Eres una maldita.
— También tenías que pagarme lo que me hiciste, el compromiso lo tenías tú conmigo, ambos lo tenían, tú como mi novio y ella como mi amiga, pero a los dos les pareció fácil burlarse de mí y fingir demencia cuando estábamos todos juntos, nos abandonó, a Miranda, a Colette, a mí, por ti y como siempre, no sabes ser fiel a tus sentimientos, Wesh, ahora págalo, nos vemos, qué buena fiesta, me divertí mucho. – siguió su camino a la avenida y detuvo un taxi con otra chica y abordó. Me apoyé en la pared, tratando de calmarme.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...