CAPITULO LVI "DAR PARA RECIBIR"

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Conduje hasta donde Jason me dijo, cambiamos de auto y tomamos camino de nuevo, después de un buen tramo, nos detuvimos afuera de una casa de medianas dimensiones y sin mucha luz, miré a Jason

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Conduje hasta donde Jason me dijo, cambiamos de auto y tomamos camino de nuevo, después de un buen tramo, nos detuvimos afuera de una casa de medianas dimensiones y sin mucha luz, miré a Jason.

— ¿Traes armas?

— Sabes que siempre estoy armado. — levanté el asiento de mi auto y encontramos varias armas que tenía ahí por si era necesario. — ¿Cuál es tu arma favorita?

— Un arma cargada, Bass, mi arma favorita es un arma cargada. — mientras decía esas reveladoras palabras, sacó balas para sus glock 9mm.

— ¿Que vamos a encontrar aquí?

— Vorys purasangre, son los rusos Bratva más antiguos, suelen poner toxinas en sus balas, pero también poseen los antídotos porque ha pasado que les disparan con sus propias armas, es una manera de salvarse dos veces, ellos deben tener dosis dentro, si vas a entrar conmigo, tienes que asegurarte de dos cosas, que no te descubran y que no te disparen, porque, aunque el disparo no sea de muerte, la toxina si lo es ¿Comprendes?

— Si, comprendo.

— Sabes que no soy un hombre que le guste tener deudas, hoy voy a saldar mi asunto con Ares Ponce.

— ¿Hablas de lo que pasó hace dos años?

— Salvó mi vida y yo de algún modo haré algo semejante por él.

— Yo también estoy agradecido por ese día, Jason, estoy seguro que hubieras muerto, tú dices cómo es que debemos entrar. — bajamos del auto y saltamos la barda por la parte de atrás.

— Me duele la cabeza. — miré la herida que tenía a un costado de la frente.

— Necesitas sutura.

— Será después. — entramos por una de las ventanas de manera cautelosa, miré a uno de los guardias, me ajusté el guante de la mano izquierda y lo tomé por detrás.

— Buenas noches. — lo solté una vez que le rompí el cuello.

— Tenemos que matar a los que podamos, nadie debe saber quién o como entramos o cuál era nuestra verdadera intención al venir aquí. — asentí, Jason se detuvo y señaló esa puerta, dentro de escuchaba un hombre hablando en ruso con otro.

— ¿Que dicen?

— Hablan sobre el cardenal y un arzobispo, creo que tiene que ver con la distribución de las catacumbas, y la catedral.

— La catedral es de ámbito público, no puede ser profanada según los reglamentos que estipuló el monseñor de Galicia.

— Sabes que el dinero hace que los hombres nieguen a Dios, independiente del miedo.

— ¿Crees que los tuyos quieran la catedral?

— Más bien, creo que descubrieron que los Royals la quieren, parte de hacerse la vida cansada es evitar que tú enemigo tenga lo que desea.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora