CAPITULO LXVII "PESADILLA"

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Al parecer me había precipitado con el asunto de Minerva en el antro de los Royals, ya que parece que nadie la había visto o quien la vio, no le tomó importancia a lo que había pasado o no tenía el poder para que fuera importante lo que decía, el ...

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Al parecer me había precipitado con el asunto de Minerva en el antro de los Royals, ya que parece que nadie la había visto o quien la vio, no le tomó importancia a lo que había pasado o no tenía el poder para que fuera importante lo que decía, el punto es que mientras el asunto no saliera, todo estaría bien.

— ¿Traes el dinero? – le pregunté a Minerva que entraba a mi departamento, yo estaba tomando una cerveza y mirando el futbol.

— Se vendió toda, en dos horas.

— Eres buena con los negocios, cariño. – era una bronca hacer negocios con las drogas, era dinero solo para mí que no tenía que compartir con nadie, el problema era conseguirlas, tomar unas Vipers sin que Ares o Fabián se dieran cuenta era imposible, pero tenías mis trucos, además de que no solo tenía que vender Vipers, tenía acceso a las estrellas náuticas de forma clandestina y espero llegar al CAM pronto.

— No quiero seguir con esto. – la tomé del rostro.

— ¿Qué dijiste?

— No quiero hacerlo ya, muero de miedo cada que salgo con esa cosa conmigo, no quiero venderla más. – le apreté las mejillas.

— Mira, Minerva, no sé si no entiendes que eres una díler, una cuneta, eres hermosa y por eso no sospechan de ti, ya te dije que si no haces lo que te pido entonces ¿Cómo vas a demostrarme tu amor?

— Puedo hacerlo de otro modo.

— No está sujeto a discusión, lo harás todo el tiempo que yo quiera, mi amor. – comencé a besarla. – El trato que te doy yo, no te lo dará nadie más, porque eres hija y hermana de un policía, porque Dorian será detective este año eso es un hecho, yo cuido que no te maten por culpa de tu papá y ¿Así es como me pagas?

— Lo siento, tienes razón, perdón.

— Nadie te va a querer tanto como yo, Minerva, nadie, eso es un hecho, porque a las familias de los policías nadie las quiere, eres un problema y yo te amo, aunque lo seas. – le palmeé el rostro — ¿Estoy siendo suficientemente claro?

— Como siempre. – sonrió forzado, pero me importa una mierda.

— ¿Me vas a proteger como yo lo hago, Minerva?

— Si, como lo he hecho.

— Esa es mi gatita. – le besé la mejilla. – Tráeme otra cerveza.

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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora