CAPITULO LXXXIV "CONOCIENDO AL ÁNGEL DE SANTIAGO"

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Llegué al hospital dispuesto a tranquilizar a Gamaliel a pesar de la situación que se estaba viviendo en Barcelona, llegué a recepción y pregunté por Sarah Corleone, de inmediato me mandaron a la zona VIP del hospital en dónde se encontraba ella, ...

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Llegué al hospital dispuesto a tranquilizar a Gamaliel a pesar de la situación que se estaba viviendo en Barcelona, llegué a recepción y pregunté por Sarah Corleone, de inmediato me mandaron a la zona VIP del hospital en dónde se encontraba ella, la realidad es que no pretendía pelear absolutamente con nadie, no es que no estuviera de humor, o sí tal vez sea que no estoy de humor. Todo parecía ir tranquilo hasta que un joven de unos veinticuatro años chocó conmigo mientras iba ocupado en su teléfono.

— Disculpe. — me dijo algo avergonzado la realidad es que nunca había visto a este joven porque me imagino que vive en Barcelona y por lo tanto no habíamos tenido esa oportunidad de coincidir como con la mayoría de las personas que habitan en este planeta, además de que he coincidido con muchísimas personas a lo largo de mi vida pero nadie me había llamado tanto la atención como él tenía algo diferente me hacía sentir algo diferente como si lo conociera o todo lo contrario como si lo que menos debería haber hecho es conocerlo.

— Oye, vas a hacerle daño a alguien, debes tener cuidado por donde caminas. — le dije.

— Oye Jason creo que ya podemos irnos estoy cansada y creo que tú también debes descansar. — le dijo una mujer, ¿Jason?

— Adelántate, ya voy. — le dijo a la mujer que siguió caminando. — Lo siento, ha sido una noche larga. — me respondió.

— ¿Jason? ¿Tú eres Jason Briar?

— ¿Quién pregunta? — es extraño, pero yo ya sabía de antemano que el él era Jason Briar, sin embargo, el parecía no saber quién era yo.

— ¿Eres Jason Briar o no? — me miró.

— Sí, yo soy Jason Briar. — debo aceptar que el instinto me gano yo sé que había platicado mucho tiempo con Gina que no debería de tener nada en contra de la familia de Albert, pero no lo podía evitar así que sin pensarlo saqué mi pistola y le apunté en la frente.

— Hasta que por fin te conozco.

— Oiga, oiga, tranquilo. — yo estaba consciente de que esa era mi oportunidad para vencer a Briar o al menos llevar un pie adelante de él como parecía que no había podido hacerlo hace veinte años, estoy consciente de que fue de algún modo un empate, yo perdí a mi hijo y él perdió su esposa, pero están de acuerdo en que no es lo mismo, ¿Verdad? Creo que tiene que pasar por lo mismo que yo para entender que no debió meterse con nosotros, nunca.

— Supongo que para este momento tu cerebro inteligente ya te digo quién soy, sé que eres una persona muy capaz, yo también soy una persona muy capaz, así que te permito que tú digas mi nombre.

— Mire, ya sé quién es usted y sé que está enojado, pero usted no está enojado conmigo, yo no he hecho absolutamente nada que le perjudique y si quiere matar a mi papá, está bien, no tengo ningún inconveniente, la verdad es que yo también lo haría si fuera igual de hijo de puta que él, pero no lo soy, así que si va a disparar y eso lo hará sentir mejor, hágalo, pero como se lo dije al Director de la CIA, se lo voy a decir a usted, a él no le importa lo que pase conmigo y si usted cree que lo va a afectar de algún modo el que yo muera, dispare. — levantó las manos como un Palacios lo haría, en este momento me puse a recordar las veces en las que el abuelo me contaba sus experiencias con sus enemigos y las muchas veces que tuvo que levantar los brazos y retarlos a tirar un disparo, lo mismo pasó con mi papá, incluso le pasó con mi madre, cuando tuvieron problemas, el Briar me miraba fijamente, no parecía tener miedo, es más, hasta parecía que quería que lo hiciera, pero algo no me permitió hacerlo y no sé si me voy a arrepentir de haber bajado el arma después de esa extraña sensación. — Usted sabe que su hijo ha sido el que encendió la fogata, ahora el bosque entero arde, pero yo solo me he defendido, por eso es que muchos seguimos aún vivos. — de pronto sentí algo frío en mi nuca.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora