No sé si les ha pasado, pero justo ahora, tengo partida a la mitad la mente, porque, por un lado, es justo que Gama esté enojado con nuestros hijos, y del otro lado, está equivocado y me siento tentada a llevarme a mis hijos a otra parte que no sea España... Claro que, si hago eso, también tendría que llevarme a sus parejas y Sarah no podría hacer un viaje tan largo.
— ¿Y ustedes para qué están aquí? — les pregunté a unos agentes que reconocí.
— Su esposo nos ordenó vigilar que el novio de su hija no entre — me respondió uno de ellos.
Fruncí el cejo — ¿Por qué? — cuestioné.
— Él sólo dio la orden, señora, reservó para sí mismo el resto de la información.
Momentáneamente me abstendré de darle una abofeteada a ese rubio argentino, pero sólo hasta saber más.
Entré a la habitación de mi hija y debo admitir que fue un alivio ver que no tenía nada serio de gravedad, no físicamente, pues anímicamente, las cosas eran diferentes.
— Cariño, ¿qué tienes? ¿Por qué lloras así? — le pregunté acercándome a ella.
— Vieja, el viejo perdió la cabeza. — dijo entre hipo.
— ¿Ahora qué hizo? — pregunté, con cierta decepción implícita.
— Ya no queré que vea a Bass y va a mandar a Fabián al ejército otra vez.
— ¿¡Que hizo qué!? — cerré los ojos al respirar para calmarme —. De nuevo, ¿qué es lo que hizo? — pregunté suspirando.
— Me dijo que, si Bass y yo nos miramos otra vez, le hará daño y ya no me dejó verlo, y mi hermano en cuanto esté bien se irá al ejército.
— Ahora sí lo golpeo — me susurré —. Nena, escucha, es importante que me respondas esto: ¿Tú papá estaba histérico, o sólo enojado?
— Nunca lo había visto así.
Lo cual sólo significa una cosa, y para el colmo, también implica que no está en condiciones para recibir una noticia tan grande como la que tengo.
Suspiré — Tenía la esperanza de que las cosas no estuvieran tan mal con él — comenté sin querer.
— Lo está, vos decile algo mamá, debe andar por ahí.
— Tú no te muevas de aquí, por lo menos no hasta que regrese, ¿okay? De alguna forma le pondré las tuercas en su lugar a tu papá, y si no, pues recurriré al método de Black Widow con Hawkeye.
— Espero que vos puedas, está como si se le hubiera metido el demonio. — salí de la habitación y para mí sorpresa, Fabián venía en camino.
— ¿Qué haces vos en Barcelona?
— Pensando seriamente sobre si meter o no a tu papá en un frasquito al fondo de la alacena — respondí, entonces lo miré mejor —. Tienes nuevas suturas — señalé.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...