Hace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...
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— ¡Problemas, problemas, problemas grandes!
— ¿Qué traes, Fabián? – me preguntó Ares mientras permanecía sentado en su trono en The Nest.
— Malik, Malik se va a agarrar a lapos con Thiberius Briar.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— Secuestraron a Chiara y él se llevó a Julieta, es todo lo que sabemos.
— Debió quedar de verse con él en un lugar neutral, convoca a los Vipers y dile a Balam que convoque a los Royals, esto no va a terminar bien, que se preparen.
— Claro.
— ¿En dónde está Charlie?
— No lo sé, pero tampoco lo necesitas, me pondré mi traje de guerra. – salí del bar y me percaté de que se avecinaba una buena tormenta, y lo era en todos los sentidos habidos y por haber, fui a la guarida de los Vipers, las indicaciones corrieron como el viento y para veinte minutos después, ya estábamos listos.
— F.R.
— Dime.
— Vieron el auto de Malik moverse hacia el puente.
— Qué predecible es.
— ¿Por qué vamos nosotros? – preguntó Charlie.
— Porque es Malik, porque tenemos a Ashton en el hospital y porque necesitamos ayuda de los Royals si queremos saber quién lo atacó y atraparlos más rápido, sabes, no me gusta que cuestiones a mi primo, porque las ordenes no son mías, son de Ares.
— Las que cumples cuando te conviene.
— Si vos tenés un problema, lo podemos solucionar al término de esto, Charlie, por el momento, obedece. – me acerqué a él y le susurré. – O no. – salí Ares estaba listo, saqué mi móvil y llamé a un amigo.
— Cuñado.
— ¿Qué?
— ¿Acaso crees que no sabría que mi hermana anda cantando como loca por toda la casa y que vos no tenés la culpa? Un detalle, parece que hay un inminente enfrentamiento entre los Briar y los Palacios, si las cosas se ponen muy pesadas ¿Crees que vos puedas darnos una mano en el puente de las peleas eternas?
— Por mi cuñado, lo que sea y que ese sea nuestro secreto. – sonreí.
— Pelotudo. – le colgué.
— ¿Qué pasa Fabián?
— Relaciones públicas. – abordé la moto y nos pusimos en marcha, todos llevábamos nuestro traje de ataque, chamarra de piel con nuestras insignias, jeans negros, botas y nuestro objeto favorito, la lluvia comenzó a ser intensa en el camino, cuando llegamos al puente, los Royals ya se encontraban ahí, ellos portaban una bomber jacket con una corona real y un diamante en la espalda.
