Hace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...
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Había estado en medio de muchas encrucijadas, pero creo que esta había sido un poco peor para mí dados los implicados y las circunstancias, desperté y me sentía más cansado que la primera vez, no era capaz de moverme, pero al abrir los ojos, estaba Jason mirándome, apoyado sobre la ventana, al parecer había amanecido.
— Eres muy interesante, canario.
— Mirá quién lo dice. — desperté por completo. — ¿Qué me pasó?
— Te desmayaste.
— ¿Sarah?
— En UCI, está muy lastimada.
— Quiero verla.
— No van a dejarte, además tienes que descansar, recaíste y será peor mientras no descanses, tuve que suturar otra vez tu herida.
— ¿Vos dijiste tuve?
— ¿Qué? Soy médico también y muy bueno. — me miró en silencio. — Eres un miembro de fuerzas especiales ¿Cierto?
— ¿Disculpa?
— No quieras fingir demencia, conozco a los de tu clase, los huelo, tenía mis sospechas, pero cuando te vi pelear supe que eras más que un simple marine o algo así, eres un NAVI, ¿En serio te creyeron que fuiste al ejército de analista?
— Estás loco.
— No, no lo estoy, tienes un golpe en la cabeza que solo un loco o alguien bien entrenado podría ignorar, tienes alta tolerancia al dolor, caminas con la espalda recta, a pesar de padecer... Un trastorno ligado a la ira, sabes controlarlo, tienes entrenamiento táctico, mataste, tal vez a quince tipos en menos de cinco minutos, un SEAL.
— Viste el tatuaje.
— No lo hice, estudio a las personas, canario, es lo que hago, es como ir a un casino y tratar de no memorizar las cartas en juego, no puedo evitarlo ¿Por qué crees que soportaste seis meses de entrenamiento y te sientes mal con esto? Por lo que está implicado, el amor hace que experimentemos situaciones complicadas a las que no estamos para nada acostumbrados, no es lo mismo servir a tu país que adentrarte en una misión en la que tú corazón corre peligro, el miedo de fallar aumenta de forma muy significativa.
— No fui entrenado para fallar.
— Sin embargo, te dio miedo que ocurriera.
— ¿Eres psíquico?
— Esas mierdas no existen, los astros no dirigen nuestra vida, canario, solo es una forma mediocre de culpar a otro ente de lo que nos ocurre a diario.
— ¿Crees?
— Es muy fácil culpar a una estrella que no interfiere en mi vida diaria que aceptar que cometo errores o que las cosas no siempre van a salir como planeo.
