CAPITULO XLVIII "INVITACIÓN A CENAR"

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En cuanto recibí el mensaje de Sebastian salí de casa para verle, sé lo que ocurrió y estaba preocupada

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En cuanto recibí el mensaje de Sebastian salí de casa para verle, sé lo que ocurrió y estaba preocupada.

— Cariño ¿Estás bien?

— Sí, no tiré golpes, aunque no lo creas. — me abrazó. — ¿Fabián está bien?

— Está con Sarah.

— Por fin se animan.

— Si. — le besé los labios, el color de me vino al suelo cuando vi a mi madre bajar de su auto. — Mierda.

— ¿Qué? — mamá se acercó. — Ou, buenas tardes señora Rivas.

— Jovencito — se quitó las gafas —. Así que, ¿lo invitaste a cenar, mi cielo? — me preguntó al guardar sus gafas dentro del bolso.

— Amm, no señora, eso no ocurrió. — negó.

— ¿Ah no? — frunció ligeramente hacia arriba los labios —. Pues qué lástima, habría sido lindo compartir la mesa contigo. De cualquier manera, espero que tengas buena noche y que conduzcas con cuidado.

— Aunque si usted me invita no me negaré.

— Bass.

— ¿Qué? Ella sabe que estamos saliendo por favor Hailee, señora, fue en año nuevo, tiene días esto, para que no piense que huyo de usted y su agradable marido.

— Lo sé, pero habría sido más satisfactorio oír un aviso de tu parte, antes de que mi hija saliera a media noche, ¿no lo crees?

— Eso fue idea mía, vieja. — dije apenada, Bass me señaló. — Fui a dejarle un regalo a Sebastian.

— Muy bonito, por cierto.

— Conque un regalo — inhaló al sonreír —. Tu padre y yo te enseñamos desde pequeña a pensar en los demás, y según parece, aprendiste bastante bien — miro a Bass —. Si cenarás con la familia, creo que primero deberías entrar a la casa.

— Claro ¿Fabián no me sacará a patadas?

— Es mi casa, así que, si alguien tuviera que sacarte, de improviso, ese alguien sería yo, a través de mi muy amado esposo — se encaminó a la puerta —. ¿Vienes, mi cielo? — me preguntó.

— Si vieja, te seguimos a vos. — yo estaba nerviosa, pero parece que Bass estaba cómodo con todo o lo actúa muy bien.

Mamá ingresó el código de entrada y abrió la puerta, con lo primero que se topó, fue a mi hermano correteando a su siberiano, quien estaba dejando un buen camino de huellitas enlodadas.

— Alexis Fabián, ¿qué te he dicho sobre tu perro?

— El hermoso Alaska está haciendo deporte.

— Hola señora Rivas.

— Vieja, ella es Sarah, atraparemos con suerte a Alaska hasta que se canse.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora