CAPITULO LXVIII "¿PUDÍN?

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Los días en que Gideon venía de visita siempre han sido los más divertidos para mí, por eso lo aprecio, porque él sabe sacarme de mi monotonía cuando Gamaliel no está

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Los días en que Gideon venía de visita siempre han sido los más divertidos para mí, por eso lo aprecio, porque él sabe sacarme de mi monotonía cuando Gamaliel no está. Eso y porque, bueno, siempre me dice lo que tengo que escuchar, no lo que me conviene.

— ¿Quieres otra porción de pie? — le ofrecí.

Sí, hasta la fecha sigo preparándole todos los pasteles que me pida, como hoy, que tenía antojo de pie de limón.

— Si, pero vos no le digas a mi esposa, Shan queré que viva muchos años y me redujo el azúcar, de todas formas, moriré y seré infeliz. — a pesar que nuestras mansiones estaban prácticamente juntas, no teníamos tanto tiempo de vernos, pero siempre que se puede, es bueno. — Vos dale de esto a Gama, somos felices con dulce, lo sé.

— Eso lo sé más que bien, por eso guardaré tu goloso secreto.

Claro que no mencionaré ni recordaré que Gamaliel ha estado un poco raro desde el día que me pidió casarnos otra vez.

— Vos conoces a tu esposo, yo conozco a mi hermano, por cierto ¿Sigue en videoconferencia?

Asentí — No recuerdo que mi abuelo tuviera que invertir tanto tiempo en la agencia como lo hace Gama, digo, sí, siempre estaba yendo y viniendo, pero no se iba por tanto tiempo — sonó el timbre y revisé la cámara —. ¿Quién lo diría? Mi hermano vino de visita.

— Vaya, el vaquero más elegante de Texas, vos no le invites de esto, es exclusivo.

Reí abriéndole la reja a mi hermano. Dejé solito a Gideon en la cocina, pero sabía de antemano que no se movería tan pronto.

— Hola, candy man — saludé abriendo la puerta.

— Queenie texana — nos dimos un abrazo y él se quitó las gafas —. ¿Cómo estás?

— Perfectamente bien, ¿y tú? ¿Ya vas sanando?

— Eh — suspiró —. La gran ventaja del trabajo es que funciona muy bien como un placebo para cuando tu puto ex mejor amigo te baja a tu prometida.

— Yo te lo advertí, todos lo hicimos, nada bueno sale de Oklahoma — le recordé.

— Mejor ayúdame a bajar la carga preciosa que viene dentro de la camioneta.

— ¿Pues qué tanto trajiste? — le pregunté en lo que él abría el baúl.

Además de unas cuantas cajas livianas y de tamaño razonable, trajo consigo un enorme cuadro que nos costó entrar.

— Diablos, fue más sencillo meterlo en el carro, créeme.

— Mejor te lo cuestiono, en serio.

— ¿Pasa algo con el rey de Texas? — dijo Gideon con el pie en la mano. — No lo mires, ni hay para vos.

— Tacaño — le acusó.

— Los tacaños nacen en el norte, yo soy del sur, Buenos Aires, el rey del norte, pero está en el sur, vos me entiendes.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora