Salía de casa cuando vi un auto estacionado afuera de casa, dos hombres a todas luces rusos esperaban ¿Jason habrá vuelto? Mi instinto me dijo segundos después que Jason no hubiera mandado a dos tipos por mí, hubiera venido personalmente o me hubiera llamado para no nos vieran en público, seguí caminando ignorando a los sujetos.
— Señorita Gabarri. — me tomó del brazo, tiré fuerte por instinto.
— ¿Qué quieren?
— Le quieren ver, por favor. — el segundo tipo abrió la puerta del auto, no dejé que me tocaran, será peor si me resisto. Abordé el auto y miré el camino percatándome de que me llevaban a la casa de los Briar, cada metro avanzado en el auto me dolía más el estómago y fue cada vez peor. Me sugirieron descender del coche y lo hice, seguí a los hombres hasta dentro de la casa, realmente nunca había estado aquí dado que Jason no vive aquí regularmente, siempre que teníamos una reunión o charla privada era en el club o en su departamento, en fin, al momento de llegar al fondo de la casa las piernas se me hacían como gelatina, me mantuve de pie por mera fuerza de voluntad, porque si por mí fuera, estaría de rodillas pidiendo me dejaran ir. El señor Albert Briar estaba sentado del lado dominante de la sala, fumando un puro.
— Señor, la chica está aquí.
— Ya la vi. — le dijo a su esbirro. — Gipsy, toma asiento por favor. — me dijo en un tono amable del que siempre me ha alertado Jason, el mismo que no está aquí para librarme de lo que está por suceder. — ¿Sabes por qué estás aquí?
— No señor. — para este momento las piernas me tiemblan, pero trato de disimularlo alisando mi falda, trago saliva.
— ¿A dónde ibas?
— A trabajar.
— ¿Tan elegante? ¿Que no trabajabas en el restaurante de tu tía?
— Ya no, señor, hago trabajo de oficina ahora.
— Parece que te va muy bien, compras ropa más cara ¿O la compra alguien para mí?
— No, señor.
— Me dijeron que estás trabajando en el norte ¿Es cierto?
— Si, señor.
— ¿Para quién trabajas?
— Para Castillo D'Marco.
— ¿Por qué?
— Porque me cambié de preparatoria, conocí a la hija de la directora y me recomendó. — quiero llorar, estoy aterrada y esto fue a más cuando se levantó del sofá, no lo miré, mantuve la mirada en mis piernas, pero con el cañón de su arma me obligó a mirarlo.
— ¿Le eres tan fiel a Jason? — ¿Qué?
— No sé de qué me está hablando. — le susurré.
ESTÁS LEYENDO
✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Ficção AdolescenteHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...