Tenía los brazos dormidos cuando recobré la consciencia, después de que abrí los ojos supe porque me sentía así. Estaba atado con las manos hacia arriba, con el torso descubierto y un terrible dolor de cabeza, la que me pesaba como si fuera de hierro. El clima ya no era como en Rusia, así que deduje que ya nos encontrábamos en España, en un lugar en que el nunca había estado, miré a los lados, esperando ver al tío Gama.
— Es demasiado oro junto, Ares, tu tío va a visitar el desierto con mis aliados mientras tú y yo platicamos un poco. – me golpeó las costillas con firmeza, dejé de respirar unos segundos. — ¿Quién más sabe que Jason no es Jason? – le escupí en la cara, lo que claramente, no le agrada a nadie, ni siquiera cuando es un bebé el que te rocía de saliva, volvió a golpearme un par de veces. – Eres muy necio, Ares, eso no te va a lleva a ningún lado, no cabe duda que eres un Rivas y que eres un Ponce, he sabido de los tuyos y como es que llegaron a la extinción después de la muerte de ese ancestro tuyo, Andrés, Andrés Ponce de León, el zorro del desierto, ni tan hábil, murió incluso antes que el mismo Salvador Palacios en aquellos tiempos, fue demasiado fácil, tan fácil como será tu muerte, pero la tuya no será tan rápida, así que coopera y te prometo que te dispararé en la frente.
— Vete al puto infierno demente de mierda.
— Fue muy astuto de tu parte, algo no encajó y decidiste investigar, llegaste al fondo del mar, pero no te alcanzará el tiempo para volver a la superficie, Ares, aun estoy en la desidia, no sé si será mejor dejar a Yoan Palacios vivir para que su propia gente lo mate o matarlo yo mismo y decirles quien es, ambas serán divertidas y placenteras.
— ¿Qué sucedió? ¿Qué hicieron los tuyos para encolerizar tanto a los Palacios? – busqué alrededor. – Estás solo ¿Y tus putas? Oh vamos, Thiberius. – se ocultó por completo en sí mismo, sonreí. – Lo sabes, sabes que Julieta estaba con Balam, han estado juntos por años, mientras a ti te chupaba el paquete otra zorra, ella la pasaba muy bien con Balam.
— Pues tuvieron un romántico final. – oh mierda.
— ¿Los mataste? – encogió los hombros mientras los ojos se le inundaban de lágrimas. – Estás jodido Thiberius, un psiquiátrico te vendría de maravilla.
— Si no era para mí, no sería para él, es la regla ¿Dejarías a la linda pelirroja en manos de alguien más?
— Si eso la mantendrá a salvo, ten por seguro que amaría tanto al que la ame como yo la amo a ella.
— ¿Ves que no estás normal?
— El anormal eres tú y lo sabemos todos, la mataste, Thiberius ¿Cómo pudiste hacerlo?
— No quería hacerlo, perdí el control.
— Creo que ha sido la única mujer que te amó al principio, pero cuando supo que eras un espécimen sacado del maldito Chernóbil, quiso huir, pero lo notaste, la enviaste a matar al papá de Sebastian y fue así como la sometiste.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...