Escuché los cascabeles de camino a mi oficina y supe que alguien me seguía, pero lo ignoré, es parte de jugar con tus hijos de cuatro años. Entré a mi oficina atendiendo una llamada con Llaó.
— Realmente esperábamos que vinieras, pero está bien, Madaby también vendrá para el año nuevo, no veo el problema.
— ¿Estás seguro?
— Sí, papá y mamá no deben tardar en llegar, nos veremos para año nuevo entonces.
— Sí, salúdame a todos.
— Sí claro, Llaó, les daré la mano a todos en tu nombre.
— No seas sarcástico que no se te escucha bien. – sonreí. – Feliz navidad.
— Feliz navidad a ustedes también, chao. – colgué la llamada y me senté en mi escritorio, firmé algunas cosas.
— ¡Feliz nochebuena papá! – mis traviesos hijos lanzaron espuma con las latas hacia arriba, apenas alcancé a proteger los documentos.
— ¿En qué quedamos sobre usar artefactos extraños en esta oficina?
— Papá, dijiste eso cuando tenía el encendedor en la mano. – dijo Oliver, ambos estaban vestidos de duendes.
— Tienes cuatro años, un niño de cuatro años no debe tener un artefacto flaméale, Oliver.
— Mis experimentos son precisos.
— Lo sé.
— Necesito fuego.
— Háblalo con Malik.
— Salió a correr y es, digamos que, urgente, es el regalo de mamá. – apuesto por los cristales de yodo. – Estoy siendo extremadamente cuidadoso, alejé a Ximena lo suficiente.
— Te creo, o tal vez quieras ir por los abuelos al aeropuerto conmigo.
— ¡Abuelos! ¡Abuelos!
— No lances eso sobre el cabello de tu abuela ¿Están listos para ésta misión?
— Señor, sí señor. – dijeron al unísono.
— Entonces, adelante, tropa. – salieron marchando de mi oficina y yo detrás de ellos, Roma estaba en el pasillo.
— ¿Pero qué sucede?
— Señora. – saludaron al estilo militar. – Iremos a una misión, volveremos a las mil cien.
— Bien. – negué con la cabeza, me acerqué a ella y le besé los labios.
— Iré por los abuelos al aeropuerto, volveremos a las. – miré mi reloj y me sorprendí. – Como a las mil cien.
— Es igual a ti.
— No lo maldigas de ese modo, te amo.
— Yo también te amo. – seguí a mi tropa de soldados hasta la camioneta.
ESTÁS LEYENDO
✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Novela JuvenilHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...