Nunca le había visto dormir tanto, ya llevaba veinte horas inconsciente y parece que Fabián no se cansaba de ello, le tomé de la mano.
— Siempre me enojo porque vos sos un demonio de Tasmania, pero ya no, por favor, despierta ya. — estuve ahí con él durante algunas horas más, al punto de casi quedarme dormida, hasta que sentí que su mano se movió. — ¿Lex?
— Hola vos. — susurró. — Ah.
— Tranquilo, tranquilo.
— Estoy bien ¿Sarah?
— Sigue buscándola papá.
— No tenemos tiempo, la van a matar.
— Oye vos, tenés una lesión seria en la cabeza, muy seria Fabián vos pudiste morir.
— Pero no lo estoy y mientras no lo esté quiero encontrar a Sarah antes de que sea tarde.
— Vos tendrás que confiar en los veteranos.
— Eso son, veteranos, no voy a permitir que mi viejo peleé mis guerras, los retiramos hace tiempo, las cosas no van a cambiar.
— Descansa, che.
— No puedo. — le puse la mano en el pecho.
— Fabián, si vos no estás bien, no vas a poder hacer nada por ella, dormiste casi un día entero, necesitas descansar, dejar que el edema baje, vos sos médico, pelotudo de mierda. — lo pellizqué. — Te voy a agarrar a trompadas si te mueves de aquí ¿Me oíste? ¿Cómo podés ser así cuando sabes el riesgo que representa que vos no descanses?
— Descansan los muertos.
— Pues vos finge que lo estás, porque si no te comportas yo me encargaré de que lo estés, pelotudo hijo de la santa concha de tu pulcra madre.
— ¿Vos estás enojada conmigo?
— Mientras vos sigas siendo un pelotudo querré cortarte la cabeza.
— En estos momentos no me haría mal si lo haces.
— Cállate ya que te cuelgo del árbol más alto de Galicia.
— ¿Por qué sos tan violenta conmigo?
— Porque vos sos re pelotudo, mejor cállate ya.
— Vos sos igual de gruñona que mamá ¿Tomaste pastillitas de Elizabeth? ¿Acaso venden ese veneno?
— Cállate ya y duerme.
— No quiero dormir, necesito sentarme, che, me saldrán raíces en el culo, vamos, dame una mano. — presioné el botón de la cama y lo incliné.
— Vaya, la tecnología ¿No?
— Vos sos un gran hacker, pero vos sos más animal que otra cosa. — le golpeé la nariz.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Ficção AdolescenteHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...