Jacquie adoraba las compras navideñas, sinceramente, no conozco un solo varón que lo tolere, pero tengo que guardar silencio si no quiero terminar el año soltero.
— Amor, ven, ven. – es la décima tienda a la que entramos, ya no aguanto los pies y ella trae tacones, las mujeres tienen muchas fortalezas ¿Cuál sexo débil? Eso lo inventó un hombre para menguar su frustración.
— Jacquie ¿No quieres descansar un poco?
— ¿Descansar? No, no quiero descansar ¿Crees que se me vea bien ese vestido que se encuentra ahí? – señaló el aparador.
— Claro, a ti todo se te ve bien. – sonreí sin querer hacerlo.
— Si no eres sincero conmigo esto no va a funcionar Ares.
— Es la verdad, creo que se te vería bonito, más si te lo pones y después nos vamos a sentar.
— ¡Ares!
— ¿Qué?
— Si no querías venir, me lo hubieras dicho.
— Te lo dije y no me hiciste caso.
— Eres un espécimen bastante masculino y desesperado y por eso te desprecio a veces.
— Hola. – dijo Hailee. – Y adiós. – continuó caminando con Fabián detrás de ella con algunas bolsas.
— Si no la amara, ya la hubiera matado. – Hailee tendría cumpleaños pronto, para ser exactos, cuatro días después de navidad, siempre sus temáticas eran decembrinas, éste año no sería la excepción, siempre ofrece una fiesta impresionante y es recompensada con regalos a su entero gusto.
— Señorita panda, no me dijiste el color de éste año. – le dijo Jacquie.
— Rojo, nena, rojo, nos vemos ésta noche en la posada. – Jacques agitó la mano para despedirse de Hailee, Fabián hizo un ademán de soldado para despedirte, le respondí de la misma manera. Después de ir a otras tiendas más descubrí que no era el único pobre diablo que habían llevado de compras, Ghal y Jov andaban aquí también, al igual que Ashton y Atenea, que llevaba jalando de la mano a su "novio" por todo el centro comercial, solo ellos se engañan al negar que son algo más que amigos.
— ¿Crees que Ate y él salen? – encogió los hombros, las mujeres siempre cubriéndose con todo lo que tienen. – Tú sabes, no me digas que no.
— Lo único que sé, es que no sé nada, guapo. – me besó los labios, al menos me llevó a cenar, mientras lo hacíamos tuve que hacer preguntas.
— ¿Cómo está Balam?
— Echando lumbre, pero se lo ganó, Hailee hizo bien.
— ¿Crees?
— Sí, es mejor eso que ver a Balam cada ocho días mientras está en prisión por abusivo.
— Está mirando a Hai como una mujer.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...