CAPITULO XXXII "POSADA"

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Jacquie adoraba las compras navideñas, sinceramente, no conozco un solo varón que lo tolere, pero tengo que guardar silencio si no quiero terminar el año soltero

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Jacquie adoraba las compras navideñas, sinceramente, no conozco un solo varón que lo tolere, pero tengo que guardar silencio si no quiero terminar el año soltero.

— Amor, ven, ven. – es la décima tienda a la que entramos, ya no aguanto los pies y ella trae tacones, las mujeres tienen muchas fortalezas ¿Cuál sexo débil? Eso lo inventó un hombre para menguar su frustración.

— Jacquie ¿No quieres descansar un poco?

— ¿Descansar? No, no quiero descansar ¿Crees que se me vea bien ese vestido que se encuentra ahí? – señaló el aparador.

— Claro, a ti todo se te ve bien. – sonreí sin querer hacerlo.

— Si no eres sincero conmigo esto no va a funcionar Ares.

— Es la verdad, creo que se te vería bonito, más si te lo pones y después nos vamos a sentar.

— ¡Ares!

— ¿Qué?

— Si no querías venir, me lo hubieras dicho.

— Te lo dije y no me hiciste caso.

— Eres un espécimen bastante masculino y desesperado y por eso te desprecio a veces.

— Hola. – dijo Hailee. – Y adiós. – continuó caminando con Fabián detrás de ella con algunas bolsas.

— Si no la amara, ya la hubiera matado. – Hailee tendría cumpleaños pronto, para ser exactos, cuatro días después de navidad, siempre sus temáticas eran decembrinas, éste año no sería la excepción, siempre ofrece una fiesta impresionante y es recompensada con regalos a su entero gusto.

— Señorita panda, no me dijiste el color de éste año. – le dijo Jacquie.

— Rojo, nena, rojo, nos vemos ésta noche en la posada. – Jacques agitó la mano para despedirse de Hailee, Fabián hizo un ademán de soldado para despedirte, le respondí de la misma manera. Después de ir a otras tiendas más descubrí que no era el único pobre diablo que habían llevado de compras, Ghal y Jov andaban aquí también, al igual que Ashton y Atenea, que llevaba jalando de la mano a su "novio" por todo el centro comercial, solo ellos se engañan al negar que son algo más que amigos.

— ¿Crees que Ate y él salen? – encogió los hombros, las mujeres siempre cubriéndose con todo lo que tienen. – Tú sabes, no me digas que no.

— Lo único que sé, es que no sé nada, guapo. – me besó los labios, al menos me llevó a cenar, mientras lo hacíamos tuve que hacer preguntas.

— ¿Cómo está Balam?

— Echando lumbre, pero se lo ganó, Hailee hizo bien.

— ¿Crees?

— Sí, es mejor eso que ver a Balam cada ocho días mientras está en prisión por abusivo.

— Está mirando a Hai como una mujer.

✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora