Cuando me avisaron que Ghal estaba en problemas me dolió todo el cuerpo, después del informe, quería yo matar gente. Llegué a la plaza bastante irritado.
— ¿Cuánto tiempo lleva ahí?
— Al menos media hora, señor.
— Quítate vos a la mierda antes de que te corte la cabeza, somos la puta CIA ¿Cómo pudo ocurrir esto? — farfullé entrando a la plaza, ver a mi sobrino sentado en un charco de agua me hizo tener una idea que equivale a la oportunidad de Malik de redimirse.
— Señor.
— ¿Y vos quien sos?
— El gerente de la plaza.
— Es mi sobrino, yo me encargo.
— Es excelente, solo quería comentarle que su sobrino cayo, bueno, dentro de una fuente diseñada por un sujeto de Alemania y que rompió algunos cristales del fondo. — me detuve a mirarlo.
— ¿Vengo por mi sobrino ciego que lleva media hora sentado ahí, fuera de control, asustado y desorientado y vos me hablas de putos cristales de mierda? — el sujeto tragó saliva. — Pet, quítalo de mi vista ahora.
— Si señor. — la gente curiosa miraba a mi sobrino, suspiré, estoy enojado.
— Gamaliel, cálmate, vos no sos genocida, vos sos un alto mando de los Estados Unidos, sos importante para el mundo, contrólate. — me dije, suspiré. — A la mierda. — me paré en el borde de la fuente. — A ver, metiches, si encuentro en internet, alguna foto o información de mi sobrino, le juro a ese listillo hijo de puta con la mano en mi corazón y la otra sobre la tumba de mi abuelo Isaac que en paz descansa que será lo último que suba a la red antes de que lo borre del mapa, así que si tienen fotos curiosas sobre él, les aconsejo que las borren, porque hablo más en serio que cuando le pedí matrimonio a mi esposa ¿De acuerdo? — los miré a todos, algunos borraban las fotos en ese momento, otros se fueron, me metí a la fuente valiéndome una mierda mojarme y me acerqué a Ghal. — Hijo. — estaba temblando, el agua estaba helada, pero no dejó que lo ayudaran, estaba nervioso y muy inseguro. — Hijo, soy yo. — le tomé la mano suavemente y la llevé a mi rostro, me inspeccionó y después me dejó acercarme más, lo abracé. — Tranquilo, estoy aquí. — rompió en llanto y lo consolé. — Tranquilo, tranquilo. — lo levanté, me quité mi saco y se lo puse para darle algo de calor. — ¿Podés caminar? — asintió, lo tomé de la mano y lo guíe hasta la orilla, donde mi gente ya nos esperaba, abordamos la camioneta. — Dana.
— Señor.
— Llama a Paloma, vamos al hospital, que preparen ropa limpia para mí sobrino y la ducha, llamen a mi hermano, que vaya, trata de no preocuparlo.
— A la orden. — cerró la puerta de la camioneta y abracé a mi sobrino, respingó casi de inmediato. — ¿Qué pasa?
— Mi hombro.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Teen FictionHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...