Las horas pasaban largas y cansadas, largas, largas y cansadas, pero a pesar de todo, no me podía dormir, estaba pensando, llorando a ratos, temía con la vida, la vida de Ash, temía que lo que él y yo habíamos vivido, fuera todo para nosotros. El hospital se había vuelto un caos, Ares no paraba de gruñir al mirar a algún Royal cerca, el más afectado por su ira, sin duda y para sorpresa mía, era Malik, lucía atormentado, y la cosa se puso peor cuando el tío Eiden se limitó a decirle "arréglalo", como si aceptara que la decisión de Malik de ocultar información a los Vipers, en efecto, fue un maldito error. Mis padres y mi hermano estuvieron conmigo todo el tiempo, no sé cuántas horas habían pasado, pero entre más se extendían, mi corazón se comprimía más y más.
— Familiares de Ashton Berlín. — me levanté del asiento como si tuviera resorte al escuchar el nombre de Ash.
— Yo soy su novia. — miré a mis padres. — Ellos son mis papás ¿Cómo está él, doctor?
— Delicado, su situación es muy complicada, tenemos que esperar.
— ¿Puedo verlo?
— No creo que sea conveniente.
— Por favor, sé que él me puede escuchar y estará más fuerte si hablo con él, por favor. — mi tío Gamaliel le clavó la mirada al médico y éste no tuvo opción más que asentir.
— Ven conmigo. — lo seguí de manera tímida, estaba nerviosa, mi flaco, ¿Por qué a él? Abrió la habitación y al verlo mi estómago crujió, estaba tan pálido.
— Dios, Ashton. — susurré. Me limpié el agua de los ojos y entré.
— Esperemos que lo logre, si ocurre algún cambio, llámeme de inmediato.
— Gracias. — el médico salió y me dejó sola con Ash, es la primera vez desde que le conozco que lo siento tan ausente, como si su cuerpo estuviera, pero algo más de él, no. — Flaquito. — los labios me temblaron. — Flaquito ¿No vas a dejarme vos, verdad? Yo sé que no serías tan maldito de hacer algo así, sos un buen pibe, además ¿Cuánto tiempo hemos sido novios? ¿Cinco meses? ¿Quién deja a su novia en plena fase de enamoramiento? Nadie Ashton, nadie. — le tomé la mano. — Ash, no me dejes, no ha sido suficiente, sé que nunca tendré suficiente de vos, pero esto, este tiempo, no ha sido suficiente. — me limpié las lágrimas. — Solo, solo quédate conmigo, sé que podría vivir una vida sin vos, pero el punto es que no quiero vivirla ¿Vale? Sin vos no ¿Qué sentido tendría vivirla sin este pibe flaco? Nada, sos flaco, pero muy significativo, solo no me dejes ¿Sí? Yo no lo haré, nunca. — miré todo lo que tenía conectado a él, sueros, electrodos, un respirador artificial, máquinas que vigilaban su ritmo cardíaco y no sé qué más. — ¿Te lastima eso en tu garganta, flaquito? — esperé a que me respondiera, como una loca. — Espero que no. — respondí, lo miré con atención, espero que la herida de su frente no sea muy grande. Por instinto o algo, bajé mi mirada a su cuello y vi que tenía un poco de sangre, fruncí el cejo. — Estos pelotudos no te asearon bien, cariño. — busqué en mi bolso un pañuelo, entré al baño para humedecerlo un poco y lo froté para darle calor, ¿Cómo puede ser tan descuidados? ¿Será buena idea llevarlo a otro hospital donde lo atiendan mejor? Seguí frotando el pañuelo cuando escuché que alguien abrió la puerta.
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✟ ɢᴀɴɢꜱᴛᴀ'ꜱ ʀᴏʏᴀʟᴛʏ ✟
Ficção AdolescenteHace cerca de veinte años la historia de los Palacios parece no haber terminado del todo bien, en realidad, nada bien. Eiden Palacios había logrado darle un golpe mortal a Albert Briar, pero el precio que había pagado por ello, era demasiado alto, t...