Amiges

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Escuchamos música fuerte y gritamos con las ventanas abiertas como si estuviésemos solos en el mundo. Después de lo de Jack, ninguno comentó algo más. Pero sabía que querían hacerlo, se notaba en sus rostros la indignación. Y lo entendía. Pero en ese momento queríamos olvidar todo, la familia, el pasado y las preocupaciones del futuro. Vivir el momento. Y eso hicimos el fin de semana, que se hizo bastante corto.

—Emma, ¿Estás bien? —fue la pregunta que salió de la boca de Marc, al sentarse a mi lado en la toalla, mientras observábamos a Ethan lanzarse como un loco al agua, una y otra vez. Eran casi las 11, y seguíamos siendo los únicos en el lago. El sol calentaba amigablemente y la vegetación que nos rodeaba, nos brindaba todo tipo de cantos de aves. Miré el cielo azul sin ninguna nube y me pregunté por qué no habíamos venido antes, considerando que este hermoso lugar está a sólo una hora de Riverlight.

—¡Claro que lo estoy! —le respondí golpeando su brazo, expresando nuestra amistad como en una película. Movió sus largas pestañas de arriba a abajo incrédulo. Tras unos segundos de mirarnos solté un suspiro—. Marc, no sé. —apoyé mi cabeza en mis piernas y posé mi vista en Ethan que movía los brazos de un lado al otro saludándonos—. Es como si... cuando todo estaba por fin tomando un rumbo, cuando por fin estaba bien yo... él vuelve y me traen todos esos recuerdos que no quería ver más. Traumas, que aunque sé que no son su culpa, vuelven a mí. Y ya no quiero más de eso.

—¿Cómo que no son su culpa? ¿No te parece raro que todas tus desgracias tengan que ver con él? Los rumores sobre ti, y que no pudieras tener amigos. Lo del loco ese de Nolan, ¿Y que se haya ido de repente? eso claramente es su culpa.

—Lo sé. Pero también recuerdo aquella vez que me salvó. Y que le debo la vida por eso.

Marc me tomó de los brazos haciéndome levantar la cabeza.

—¡No le debes nada! —exclamó, Ethan que venía hacia nosotros mojado, se detuvo silencioso y se sentó en el pasto—. Está bien, sí. Te salvó esa vez. Pero tu no le pediste nada, él tomó esa decisión porque quiso. No por eso vas a estar con él para devolverle el favor, es ridículo.

Miré como Ethan asentía con la cabeza mientras Marc hablaba. Solté una risita y luego un suspiro.

—Tienes razón Marc.

Recordé entonces el día del viaje estudiantil. A comienzos de nuestro último año, justo después de aquel verano en que pasó todo. Ethan ya me había contado lo mal que estaba Marc. Pero al verlo en clases me sorprendí. Parecía otra persona, como si aquella amable y sonriente había desaparecido. Se juntaba otra vez con Samuel y Oliver, y quizá qué cosas le habían dicho sobre mi. La primera noche luego de ver cómo se escaparon de la cabaña para ir drogarse tranquilamente, fue cuando con Ethan lo esperamos. Y a pesar de que había salido con todo su grupo de "amigos" lo encontramos sólo, viendo las estrellas. Al principio nos mandó a la mierda, pero Ethan le gritó todo tipo de cosas que de seguro le dolieron en el alma. Él era el que más conoció a su pequeña hermana, después de todo.

—No tienes porqué cargar con todo esto solo. —soltó Ethan con las lágrimas en sus ojos. Rodeó a su amigo con su brazo, quien no dejaba de llorar—. Estamos contigo. Así que no te preocupes.

Tomé las manos de Marc y lloramos los tres hasta quedar secos. Nos miramos las caras y luego terminamos riendo. Nos veíamos fatal. Admiré mucho la valentía que tuvo Ethan para encarar todo esto. Entendí en ese momento, que cuando más mierda hay en tu vida, es cuando aparecen los que de verdad lo valen. Y desde entonces que somos los tres. Imperfectos, pero apoyándonos para ir por el camino correcto. Y aunque ahora nos separaríamos, no lo olvidaría jamás. 

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